4 apps para tus finanzas personales

Llevar registro de tus gastos e ingresos da mucha flojera, lo sé. Pero tendrás que hacerlo eventualmente y es mejor empezar temprano. Puede que cosas como el retiro o una enfermedad te parezcan lejanas o improbables, pero tener finanzas personales poco sanas puede afectar tu desarrollo profesional en el muy corto plazo, imagínate: que tienes una gran idea de negocio pero un historial crediticio que no te sirve ni para entrar a un tanda; que estás harto de tu trabajo y no quieres pasar un día más ahí pero no tienes ahorros para sobrevivir ni el fin de semana; que te quieres mudar más cerca de tu trabajo y encontraste un gran lugar pero te piden un depósito que, si ahorras, podrás pagar en tres meses; que quieres continuar estudiando o necesitas tomar un curso que te ayudará a ascender pero no hay becas disponibles.

Ahora que ya tengo tu atención te veo pensando, “bueno sí, pero yo no necesito un app para llevar el registro de mis finanzas…” Y es cierto, con manejo súper básico de Excel y algo de disciplina podrías resolverlo. Lo cierto es que a muchos les falta disciplina y a otros les falta regresar a la secundaria para aprender lo mínimo indispensable de Excel. Por eso te comparto algunas aplicaciones muy sencillas que pueden ayudar a que estés más consciente de tu situación financiera. Recuerda que apoyarte en cursos en línea de Finanzas Personales también será muy valioso y útil para que desarrolles y fortalezcas esa capacidad.

1. Goodbudget

Es muy simple, metes la cifra que ganas y después lo mismo con tus gastos. La parte mágica de esta app (para ti que nunca has llevado un registro) es que: 1, tiene ejemplos de gastos comunes que a veces ni siquiera tenemos en mente y 2; que puedes meter de forma anticipada gastos que ya sabes que tienes, gastos de impulso y también ver el efecto en tu presupuesto de esa TV que compraste a 48 meses.

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2. Money control

De entrada está más bonita que la anterior (tiene íconos bien padres). Además de hacer lo mismo, el balance entre tus ingresos y gastos, te permite clasificar tus cuentas de gastos (efectivo, cheques, tarjetas de crédito) y de ahorro (por si algún día la usas). Puedes meter ingresos y gastos recurrentes en una plantilla especial (para no hacerlo cada mes) y te da escenarios de tu situación financiera en los siguientes 12 meses (qué miedo). Incluso te da gráficas por si necesitas explicarle a tu pareja la situación de forma visual.

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3. Expensify

Ésta es bastante más pro, así que si ya eres un obsesivo de llevar tus cuentas te va a gustar. Una de sus muchas cualidades es que puedes escanear tus recibos y detecta información como el nombre del establecimiento y el monto de la transacción. Una vez que lo hace en automático lo agrega a tus gastos, donde tú puedes meter más información e incluso integrarlo a tu carpeta de reembolsables. Una joya para el godínez que vive con miedo de perder sus recibos antes de cobrarlos.

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4. La de tu banco

Yo sé, muchos prefieren no tener información bancaria en su celular por motivos de seguridad (pero andan con 10 tarjetas y mucho efectivo en la cartera) y otros tantos prefieren hacer cola en el banco para pagar la luz (porque en algo hay que perder el tiempo). Si no eres uno de ellos seguro tienes la app de tu banco y sabes que puede ser muy útil, desde checar si ya depositaron, revisar y exportar el detalle de tus últimos estados de cuenta y hacer transferencias.

Si tienes más apps para mejorar tus finanzas personales compártelas. Y si no crees en las apps mándanos un video tuyo teniendo éxito con un ábaco.

7 cosas que hace un pésimo manager

Liderar un equipo no es fácil, pero tener un mal jefe tampoco. Tu manager puede hacer una de las siguientes cosas: retarte para ser la mejor persona que puedas y ayudarte a llegar ahí, o dejarte en un lugar cómodo con cero preocupación por ti o por tu desarrollo profesional y metas.

A continuación te decimos 7 cosas que hace un pésimo manager. Ya sea que estés en tu primer trabajo o ya tengas experiencia, identificar estos errores te ayudarán a saber si te están guiando por mal o buen camino.

1. Jamás habla de ti

No se trata de que parezca un padre orgulloso de su hijo. Pero muchos managers acostumbran olvidar darle crédito a sus empleados cuando lo merecen. Un buen manager es el que habla sobre ti con otros colegas, o explica lo que están haciendo en conjunto. Pero siempre existe el jefe que olvida los logros del equipo y habla con un “YO” todo el tiempo.

2. Te encasilla

Si una de tus metas personales es desarrollar competencias adicionales o experiencia en áreas fuera de tu trabajo cotidiano (lo cual está perfecto si quieres seguir escalando), necesitas un jefe que te empuje. Lo peor es toparte con alguien que no te deje probar nuevas ideas y que restrinja tu trabajo estrictamente a lo que está en tu descripción de puesto. Eso significa también que tu jefe no tiene bien definido hacia dónde te quiere llevar o que ni siquiera tiene la intención de sacar lo mejor de ti.

3. No está presente

Tener independencia es genial. Es decir, tener un jefe que te dé libertad es lo que todos queremos. Pero hay un punto medio. Un mal jefe es el que te da tanta libertad que de repente te sientes perdido. Jamás contesta tus correos, no te da retroalimentación ni revisa tus procesos. Suena extraño, pero siempre es mejor tener alguien que recuerde tus errores y los señale, que vivir perdido en el trabajo sin saber si lo estás haciendo bien o mal.

4. No sabe nada de ti

Tampoco se trata de que se convierta en tu mejor amigo o consejero espiritual. Pero un buen jefe recuerda detalles como lugares a donde te vas de vacaciones, cosas que te gustan, hobbies que haces o intereses. Uno siempre se siente mejor cuando la otra persona recuerda cosas que dijimos o que nos gustan. Un jefe que no reconoce a sus empleados no puede responder a las necesidades de sus empleados ni comprenderá la manera de trabajar de cada uno.

5. No hay confianza

Es verdad que la confianza se gana. Pero un buen jefe debe saber delegar y ponerte responsabilidades esperando que las cumplas de la mejor manera. No hay nada más desalentador que notar cuando alguien no tiene confianza en ti. Manejar un equipo correctamente es que tu jefe te haga saber que confía en ti y que sabe que harás las cosas bien.

6. No sabe escuchar

Saber escuchar es una competencia importante. Generalmente a la gente le encanta hablar de uno mismo, pero jamás tiene tiempo para los demás. Alguien que sabe escuchar inmediatamente te provee de reconocimiento. Es una manera de darle importancia al empleado y de hacerlo sentir respetado. Es horrible cuando das ideas o propones algo y tu jefe simplemente no responde a ellas y pasa al siguiente tema.

7. Jamás pide opinión

Un jefe que sólo impone, no abona nada al equipo. Pedir opiniones, feedback e ideas refresca la dinámica del equipo. Además de que te sentirás útil, tendrás curiosidad por varios temas e intentarás dar la mejor idea, lo cual significa que seguramente serás más productivo. Es cierto que hay decisiones que sólo las toma el manager, pero muchas veces éstas recaen de manera directa en el equipo, por lo que pedir la opinión de todos nunca está de más.

¿Has tenido algún mal jefe en el trabajo? Cuéntanos cómo has lidiado con él. Síguenos en nuestras redes sociales para enviarnos tus comentarios y ver más contenido: YouTube, Instagram, FacebookTwitter y LinkedIn.



¿Cómo pedir un aumento?

Seguro ha pasado alguna vez por tu cabeza pedir un aumento. Sabemos que no es nada fácil; quieres más dinero pero no sabes cómo pedirlo. Todo es cuestión de saber negociar. Antes de solicitarlo debes saber claramente qué quieres y cómo será la manera de plantearlo. Mucha gente difiere en si el momento correcto es tras una evaluación o antes de esta.

Más que buscar el momento idóneo, aquí van 6 consejos sobre cómo lograr que esta conversación no se vuelva un tormento:

1. Tira alto

Pide más de lo que la gente está dispuesta a aceptar. Aunque tu jefe tenga un número en mente, es probable que ponga las dos cifras en la mesa, las medite, haga cálculos, y tal vez deje un numero resultado del promedio. A mucha gente le da pena verse ambiciosa con lo que pide, pero está claro que al momento de negociar, la contraparte siempre se baja un poco de la oferta inicial.

2. Deja fuera lo personal

Tu salario debería estar determinado por la eficiencia, no en cuánto dinero necesitas para cuestiones personales. Si estás atravesando momentos difíciles financieramente, te recomiendo no mezclar este discurso con las razones del aumento. Habla de manera profesional sobre tus logros y el valor que brindas a la empresa.

 3. Trabaja, luego pide

No es buena idea pedir un aumento si no has demostrado buenos resultados. Haz una lista de todos los pendientes que tienes, mails por responder, proyectos que no sacaste adelante y cosas olvidadas. Será mejor que los termines antes de que tu jefe te recuerde que los hagas. Se trata de tener el expediente impecable al momento de solicitar tu aumento.

4. Vende, no ruegues

Enfócate en vender, no en rogar. No hay nadie mejor para enlistar cada contribución que has hecho en la empresa que tú. Tu jefe no puede recordar cada cosa que hace la gente de su equipo, así que, recuérdaselo. Crea una lista con lo más importante que lograste y sácalo a relucir para crear el mayor impacto posible. La gente adquiere aumentos salariales por agregar valor, así que en vez de rogar un aumento porque lo necesitas, explica por qué lo mereces.

5. Investiga cuánto vales

No puedes pedir lo que no sabes. Si no sabes lo que mereces terminarás pidiendo algo o muy bajo, o bastante excesivo. Investiga cómo está el mercado, los sueldos, habla con algunos amigos en compañías distintas. Haz tu estudio de mercado para demostrar que no percibes el sueldo de los que están en la industria y en tu posición, por ejemplo, mediante bolsas de trabajo comparando sueldo ofertados. Investiga el rango de salarios para tu puesto dados los años de estudio, nivel educacional, carrera y aptitudes requeridas para el puesto.

6. ¿Son ellos más que yo?

Esto es negativo y poco ético. Hablar del sueldo de tus compañeros te hace ver mal. Ya sea que te lo hayan contado o lo hayas descubierto, quedarías fatal. Es una manera no muy elegante de compararte con tus compañeros, y darás a entender que tu métrica es lo que otros hacen, y no lo que puedes demostrar.

Mucha suerte y ¡cuéntanos si lo lograste! Síguenos en nuestras redes sociales para enviarnos tus comentarios y ver más contenido: YouTube, Instagram, Facebook, Twitter y LinkedIn.

Trucos para buscar en Google

Actualmente, la cantidad de información disponible y aumento en el acceso a internet permiten que cualquier duda o curiosidad esté al alcance de nuestras manos. Tan solo basta escribir nuestra duda en el buscador de Google y listo. Sin embargo, no siempre es tan sencillo y te aseguro que alguna vez has terminado desesperado buscando en la quinta página  de Google sin tener éxito. Probablemente se debe a que no estás buscando de la mejor manera. Así que si quieres evitar el terror de no encontrar la información que necesitas pon en práctica estos trucos para buscar en Google como un pro, aquí te van unos consejos:

1. Tipo de archivos: Cuando buscamos archivos tipo PDFpresentaciones de PowerPoint (PPT),  o archivos de Excel (XLS), lo único que tienes que hacer es introducir los términos o palabras de búsqueda seguido de filetype: PPT, XLS o PDF.  En este ejemplo quise buscar el archivo en PDF de un reporte de gasto.

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2Usa a Google como buscador dentro de páginas. Existen muchas páginas que tienen buscadores internos deficientes o es difícil de navegar en ellas. En estos casos podemos usar a Google como buscador. Lo único que tienes que hacer es escribir site: seguido del sitio web que queremos buscar y el término de búsqueda. Por ejemplo, en este caso quise encontrar información sobre el gasto en el sitio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

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3. Usa símbolos. Para hacer búsquedas más específicas utiliza los siguientes símbolos. Cuando quieres excluir resultados de tu búsqueda usa el símbolo “-“. Por ejemplo, yo quería buscar información sobre el animal jaguar y no quería ver información del automóvil:

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4. Cuando quieras buscar frases específicas con un orden predeterminado, utiliza las comillas “”. En el siguiente ejemplo yo quería encontrar páginas que tuvieran el nombre de la “Comisión Interamericana de Derechos Humanos”. De otra forma, Google arrojará resultados en donde aparezcan esas palabras en cualquier orden.

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5. Haz una búsqueda doble. Google es bastante flexible y sabe que quizá en tu primer intento no descartarás todos los términos de búsqueda que estás pensando. Así que te permite hacer una búsqueda de dos palabras o frases a la vez para que seas más eficiente. Lo único que tienes que hacer es utilizar el separados OR (en mayúsculas) entre cada frase o palabra.

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6. Busca sinónimos. Supongamos que quieres buscar utilizando una palabra pero también quieres obtener resultados de otras palabras que se asemejen. Para ello usamos el símbolo ~ antes de la palabra clave.

 



6 cosas que no puedes seguir aplazando

Cuando empezamos a trabajar o a adquirir nuestros primeros ingresos sentimos que aún tenemos mucho tiempo por delante y que será después cuando debamos empezar a tomar decisiones responsables que repercutan en nuestro futuro. Sin embargo, hay decisiones y acciones que mientras más pronto tomemos, mejor.

En esta ocasión te diré seis cosas que debes empezar a hacer YA para tener un desarrollo profesional realmente exitoso.

1. Ojo con tus finanzas personales. El inicio de tu vida laboral es el momento perfecto para que aprendas a cuidar tu dinero. De acuerdo al estudio “Cultura financiera en los jóvenes” realizado por Banamex, el 54% de los jóvenes no lleva un registro de sus gastos mensuales. Por ahí puedes empezar. Cada mes, haz un presupuesto detallado en el que establezcas tanto tus ingresos como tus gastos.  Lo más importante de éste…respétalo. No gastes a lo tonto y mucho menos te endeudes de la misma manera. Tener un buen historial crediticio es una excelente decisión. Aunque aún lo veas muy lejano, también piensa en el retiro.  Según la “Encuesta Ahorro y futuro: ¿Cómo piensan los mexicanos?” de la Asociación Mexicana de AFORES (AMAFORE), sólo el 12% de los mexicanos tienen muy claros sus planes para el retiro y sólo el 28% de los mexicanos están dentro de alguna AFORE. La esperanza de vida está aumentando y pasarás muchos años más sin trabajar. Piensa ¿de qué vivirás? ¿cómo mantendrás tu nivel de vida? ¿cómo solventarás los gastos de una eventual enfermedad?

2. Ocúpate. Según datos de la Encuesta Nacional de Juventud, la mayor parte de los jóvenes dedica su tiempo libre a estar con sus amigos (22%) pero debes saber que aprovechar tu tiempo libre puede darte experiencia y conocimientos que deriven en mejores oportunidades profesionales. Por ejemplo, combina un trabajo de medio tiempo con tus estudios o incluso puedes emprender. Puedes aprovechar tu tiempo libre para vender cosas hechas por ti o para dar clases de algo que sepas hacer muy bien. Otra opción puede ser unirte como voluntario. En México el trabajo voluntario tan sólo representa el 0.4% del trabajo remunerado mientras que en países más desarrollados como los Países Bajos representa el 14.4%. Utilizar el tiempo libre en actividades productivas puede servirte para identificar o desarrollar competencias que no necesariamente desarrollas en la escuela o el trabajo. Sabemos que siempre es tentador “perder el tiempo” pero en cambio, ocupa el tiempo libre para alimentar tu mente y tu espíritu.

3. Aprende o perfecciona tu inglés. Saber inglés es indispensable. Así que si a estas alturas no lo dominas, haz lo necesario para lograrlo.  Si todavía tienes dudas de los beneficios que puede tener el ser un pro del inglés, lee esto.

4. Arriésgate. Es probable que a esta edad aún no estés 100% seguro de lo que quieres hacer con tu vida profesional pero la buena noticia es que estás en la edad perfecta para descubrirlo ya que, un candidato de 25 años puede aplicar al 80% de las vacantes, mientras que uno de 35 al 60%, uno de 45 años al 20% y de 55 al 6%. Así que mientras más joven pruebes diferentes opciones de trabajo, más fácil será que encuentres uno que te llene por completo. Otra cosa en la que puedes arriesgar sin preocuparte es al emprender. Aunque no hay una edad perfecta para hacerlo, un estudio de American Express OPEN concluyó que la juventud (entre los 20 y 30 años) es el mejor momento para emprender porque se tiene menos miedo al fracaso dado que hay menos responsabilidades económicas y más tiempo por delante para poner en marcha lo aprendido de estas experiencias.

5. Viaja. Ya sea que en la universidad puedas irte de intercambio o que viajes por placer; ten en tus planes viajar. Los viajes ayudan a tu desempeño profesional pues pueden mejorar habilidades como la comunicación, el manejo del tiempo, el perfeccionamiento de otros idiomas, la adaptabilidad, el trabajo en equipo o la capacidad de resolver problemas. El conocer, no sólo otros países sino otras ciudades, nos ayuda a tener una perspectiva diferente del lugar en donde vivimos y por lo tanto abre nuestra mente a opciones diferentes de pensamiento. Nos vuelve más creativos e incrementa la capacidad resolutiva al tener que sortear diversas situaciones en distintas circunstancias. La cotidianeidad puede hacer que tu cerebro se estanque así que la próxima vez que tengas unos días libres, ve a una ciudad que no conozcas y descúbrela.

6. Cuídate. Por último y aunque esto no es estrictamente del ámbito profesional, es importante saber que no puedes aplazar el cuidado de tu salud. En México, el 30% de los jóvenes sufre de obesidad y el 40% de los jóvenes realizan menos de cuatro horas de ejercicio a la semana. Ambas características han ocasionado que enfermedades como la diabetes, hipertensión y cáncer estén aumentando en población cada vez más joven. Es importante que hagas ejercicio, cuides tu alimentación y te alejes de cualquier exceso.

Si no tienes buena salud difícilmente podrás alcanzar tus objetivos profesionales.

¿Cómo usar la puntualidad a tu favor?

Más allá de que te haya tocado tráfico o se te haya dificultado encontrar la oficina, el llegar después de la hora acordada a una cita puede decir mucho sobre tu perfil e incluso descartarte en automático de entre un grupo de candidatos.

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Uno de los hallazgos más sobresalientes de la Encuesta de Competencias Profesionales 2014 es que una de las competencias básicas que actualmente las empresas NO están encontrando en los recién egresados es la “puntualidad” (inclusive estarían dispuestos a pagarle más a un candidato por esto).

Leíste bien. Ser puntual es algo que aporta muchos beneficios a tu perfil profesional y es un factor determinante en tu contratación.  Y es que si eres de los que piensa que ser puntual sólo se refiere a llegar temprano o tarde a algún lado, estás equivocado.

Puntualidad, según la RAE, además de llegar a un lugar o irte de él a la hora convenida, es el “cuidado y la diligencia en hacer las cosas a su debido tiempo”,  así como la “certidumbre y conveniencia precisa de las cosas, para el fin a que se destinan”.  ¿Cómo puedes aplicar esto a tu vida profesional? Te digo en unos sencillos pasos:

1. Si tu objetivo es llegar a tiempo o entregar algo en el plazo acordado, ANTICÍPATE. Visualiza la fecha y a partir de ahí haz un recuento hacia atrás en el tiempo y establece metas pequeñas. Ejemplo: Si tu entrevista de trabajo es el lunes de la semana que entra, cuatro días antes investiga la ruta, tres días antes investiga la empresa y haz tu tarea, dos días antes imprime y ten listo tu CV y así sucesivamente. Evita hacer todo el mismo día con dos horas de anticipación.

2. Imagínate diferentes escenarios que podrían afectar tu meta. BUSCA esos factores que arriesgarían tu puntualidad y prepárate para hacerles frente. Ejemplo: Si quedaste en entregar algo el lunes de la semana que entra, imagínate que tu jefe te pide otras dos cosas para entregar el mismo día. Evita dejar todo para un día antes y ser de esas personas que sólo trabajan bajo presión.

3. Demuestra que la gente puede confiar en ti y en que entregarás puntualmente algo, comprométete con tu tarea y CUMPLE con ella. Deja atrás los pretextos y los auto sabotajes para no cumplir con algo. Ejemplo: Si tienes una cita con un proveedor o con un cliente, evita pensamientos como “puedo llegar tarde porque soy el cliente” o “siempre hay 10 minutos de tolerancia”. Dale importancia a tus metas y comprométete con ellas.

4. Practica una comunicación escrita puntual: LEE Y RESPONDE los correos electrónicos dentro de un tiempo razonable. Evita ser de esas personas que no leen los correos o peor aún, de aquellos que los leen y nunca contestan. ¿Cuál es el tiempo ideal de respuesta? Depende muchísimo de tu trabajo y carga laboral, sin embargo, varios expertos señalan que la respuesta debe ser enviada en un lapso máximo de 24 horas. Ejemplo: un tipo de respuesta puede ser algo incluso como “Bien. Lo tomaré en cuenta”, de esta manera le haces saber a la persona que leíste su correo.

5. La comunicación oral sigue siendo importante: REGRESA UNA LLAMADA puntualmente. ¿Cuántas veces no escuchamos la clásica frase “estaba por llamarte”? El tiempo de espera para regresar una llamada debe ser el mínimo posible. Ejemplo: si estás aplicando para varias vacantes y de pronto tienes una llamada perdida en tu celular de un número que no conoces, anímate a regresar la llamada y reportarte. ¡No esperes tres días para marcar!, hazlo de manera puntual.

Ser puntual demuestra que tienes dominio sobre tus actividades, que eres alguien capaz de programarte y te permite ser un profesionista menos estresado. Cumplir puntualmente con algo también demuestra que eres alguien a quien se le puede asignar una tarea. No importa el tamaño de esta, cumplir sistemáticamente hará que vayas alcanzando tus objetivos poco a poco.

¿Tienes algún otro consejo para ser un profesionista puntual? ¡Compártelo con nosotros! Síguenos en nuestras redes sociales para enviarnos tus comentarios y ver más contenido: YouTube, Instagram, Facebook, Twitter y LinkedIn.

5 consejos básicos para no sufrir con Excel

Una de las competencias más importantes que las empresas buscan entre los jóvenes profesionistas es el uso de paquetería básica, como Excel. La mayoría de nosotros afirmamos en nuestro CV que somos los más pros aunque nuestros conocimientos no sean los más avanzados o nuestro dominio no sea total. Así que si necesitas volverte pro en Excel, aquí te van unos consejos:

1. Dale nombre a un rango de celdas: El asignar un nombre a un rango de celdas hace que la información contenida en el rango esté mucho más organizada y te puede ayudar a encontrar información mucho más rápido. También ayuda cuando utilizas ese rango de celdas o información en fórmulas. En lugar de tener que seleccionar todo el rango para insertarlo en la fórmula, únicamente tendrás que escribir el nombre y listo. La manera de nombrar o dar un rango a las celdas es seleccionar la celdas y asignarle una etiqueta en el “cuadro de nombres” de Excel.

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2. Combina texto: Muchas veces queremos combinar el texto de dos o más celdas en una sola. Para hacerlo de manera rápida podemos utilizar el símbolo &Para combinar la información de “Nombre”, “Apellido Paterno” y “Apellido Materno”  y combinarla en la columna de “Nombre completo” escribimos la formula =A2&B2&C2  y obtenemos JuanPerezSanchezPara agregar un espacio entre dos palabras utilizamos las “ “  en la fórmula =A2&” “&B2&” “&C2 y así obtenemos Juan Perez Sanchez.

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3. Cambia entre mayúsculas y minúsculas: Es muy fácil cambiar el formato del texto para que sean puras mayúsculas o minúsculas, únicamente necesitas escribir la fórmula =Mayusc() para mayúsculas =Minusc() para minúsculas. También puedes usar =nompropio() para obtener el texto con la primera letra en mayúscula y el resto en minúscula.

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4. Inserta comentarios: No hay nada peor que tener que revisar una hoja de cálculo que hace tiempo que no utilizas y tratar de acordarte cómo obtuviste información o en dónde te quedaste. Así aunque tengas memoria de teflón puedes usar los comentarios para escribir cómo obtuviste la información o las fuentes que consultaste. Lo único que tienes que hacer para insertar un comentario es situarte en la celda y escribir (Shift+F2).

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5. Rellena celdas: Para escribir rápidamente un mismo valor o texto en un rango de celdas, selecciona el rango a rellenar, escribe el valor de relleno y pulsa CTRL Enter al mismo tiempo. Inmediatamente el rango tendrá el nuevo contenido.

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8 errores en la búsqueda de trabajo

Sabemos que buscar trabajo no es algo sencillo, y muchas veces es un proceso desesperante. Por esa razón, en esta ocasión nos ocupamos en seleccionar aquellos errores más comunes que hemos visto a la hora iniciar esta búsqueda. ¡Evítalos a toda costa!

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1. Buscar sin un objetivo

Mandar muchísimos CV´s no es sinónimo de aumentar las posibilidades de encontrar trabajo, sobretodo si al mandarlos lo haces sin un plan y metas específicas. Antes de tu búsqueda, intenta determinar tu objetivo de carrera: ¿en qué y en dónde quisieras trabajar? Y a partir de esa respuesta puedes hacer una lista de actividades específicas que te acerquen a tu meta. Así, tu búsqueda será más productiva y cercana a lo que quieres.

Tip del buscador experto: si no sabes por dónde empezar, consulta la lista de los mejores lugares para trabajar en México y estudia una empresa por día.

2. Buscar el trabajo soñado

Todos queremos el mejor trabajo con el mejor ambiente en el mejor lugar y con el mejor sueldo, eso es obvio, pero probablemente sea mejor empezar con algo que se acerque a ello. El hecho de que tengas claro lo que estás buscando o dónde quieres trabajar no quiere decir que no vas a aceptar algo que se asemeja bastante. El tener expectativas muy altas para el primer empleo muchas veces lo que hará es cerrar otras oportunidades.

Tip del buscador experto: inicia tu búsqueda por cercanía, es decir, primero busca oportunidades cerca de donde vives.

3. Buscar sin orden

Entrar todos los días a checar las vacantes en la misma página o en la misma bolsa de trabajo es una actitud muy pasiva. Intentar ampliar la búsqueda hacia otras fuentes de empleo aumentará tus posibilidades de encontrar algo. Por ejemplo, hacer llamadas a los departamentos de recursos humanos de las empresas en las que te gustaría trabajar, buscar directamente en la sección de ofertas de empleo en los sitios web de las empresas que te interesa, asistir a eventos o foros donde podrías contactar gente de las empresas en las que te gustaría trabajar son solo un par de ideas.

Tip del buscador experto: lleva un registro detallado de a qué empresa has mandado tu CV y para qué vacante has aplicado, también incluye datos del reclutador a quien le has enviado tu información. Incluye también los usuarios y contraseñas que has generado en las páginas de bolsas de trabajo.

4. Buscar y no dar seguimiento

Muchas veces escuchamos frases como “mandé mi CV pero nunca me hablaron” o “fui a la entrevista y nunca me volvieron a llamar”. Si el interesado eres tú, intentar mostrar un poco de iniciativa no estaría mal, ¿no crees? De igual forma, ¿no te gustaría saber qué pasó después de la entrevista?, ¿no te gustaría ser considerado para opciones futuras? ¿qué tal una llamada o un correo al reclutador para comentárselo? Recuerda que siempre está la posibilidad de pedir retroalimentación, en caso de que la recibas será de gran beneficio para tu búsqueda.

Tip del buscador experto: el tiempo ideal para llamar al área de recursos humanos después de haber mandado tu CV es de siete a diez días.

5. Buscar en mi tiempo libre

Si realmente quieres hacer una búsqueda profesional de empleo, tienes que ponerte metas. Empezar con algo realista como: enviar un CV al día, llenar una aplicación en la página de una empresa y hacer una llamada al día sería un punto de arranque que cualquiera podría hacer. Por supuesto que esto requeriría un poco más de tu tiempo libre, por lo que tendrías que asignarle unas horas al día a la búsqueda. Recuerda: buscar trabajo, es un trabajo en sí mismo.

Tip del buscador experto: lleva contigo a las entrevistas una copia impresa de tu CV y haz tarjetas de presentación con tu nombre y datos de contacto.

6. Buscar sin tener un perfil profesional

Cada vez es una práctica más recurrida el investigar al candidato en herramientas sociales como LinkedIn, Twitter, Facebook Instagram, etc. Si vas a emprender tu primera búsqueda de empleo, asegúrate de tener una imagen profesional que te represente en línea. Empezar por hacer tu cuenta en LinkedIn podría ser un primer paso.

Tip del buscador experto: tómate una foto profesional para tu perfil en LinkedIn (acércate a un estudio fotográfico aunque sea sencillo o pide ayuda a alguien, evita a toda costa las selfies)

 7. Buscar y no hacer networking

Actualmente la principal fuente de contrataciones es a través de recomendaciones y de personas en común. Piénsalo: si tuvieras que contratar a alguien, antes de iniciar con una búsqueda desde cero ¿no preferirías contratar a alguien que te recomiende tu mejor amigo? O ¿no preferirías contratar a alguien con quien ya has trabajado y sabes que es de confianza? Hacer este tipo de relaciones va más allá de entregar tarjetas de presentación, pero si desde ahora comienzas a sembrar buenas amistades, seguro en un futuro alguien echará mano de ti para alguna chamba.

Tip del buscador experto: mientas más extendida y variada sea tu red, tendrás mayores oportunidades de conocer gente.

8. Buscar y mandar a todos lados el mismo CV

Probablemente estás en tu primera búsqueda de empleo, y por lo tanto haz hecho tu primer CV (si tienes dudas de cómo hacerlo, tenemos varios artículos al respecto del Currículum Vitae) o puede que ya tengas un CV perfectamente bien armado. ¿Qué tal si en lugar de mandar el mismo CV a todos lados, te tomaras unos minutos para ajustarlo de acuerdo a las necesidades del puesto para el que estás aplicando? Cada vez que mandes tu CV asegúrate de contestar honestamente las siguientes preguntas: ¿lo que quiero de este trabajo está reflejado en mi CV? Y ¿lo que puedo aportar a esta empresa está reflejado?

Tip del buscador experto: a la hora de llenar aplicaciones, ten a la mano toda la información de tu CV en formato de texto plano, es decir, en archivo .txt o .rtf . ¡Esto te ahorrará mucho tiempo!

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Pensamiento lineal vs pensamiento lateral

Hace algunos años me encontraba en un proceso de selección para una empresa a la cual tenía muchas ganas de entrar a laborar. Participé con toda la actitud y confianza y al fin fui candidateado para la terna final. Por algunos comentarios recibidos por parte de la reclutadora entendí que yo era el candidato más viable a ser contratado. Me presenté el día y a la hora citada. Nos explicaron que el proceso sería una entrevista con el gerente de RH y que consistiría únicamente en una pregunta. Agregaron que para hacer completamente justo el proceso, harían la misma a los tres candidatos y la respuesta que diéramos sería evaluada y consensada para elegir al candidato a contratar ese mismo día. Mi mente en ese momento evaluó toda la situación, repasé los puntos más importante de la Ley Federal del Trabajo, recordé información sobresaliente de la empresa en los últimos días; en fin, tuve una revolución cerebral.

La reclutadora llamó al primer candidato (no fui yo). Mis ansias y nervios crecían. Respiraba, trataba de que no me sudaran las manos, analicé la situación y comencé a suponer cosas basado en el tiempo que se tardara el candidato en salir de aquella oficina. Me enfoqué en preguntas del entorno global, incluso repasé posibles respuestas en inglés y al mismo tiempo buscaba la forma de que dejaran de sudar mis manos. Fue entonces cuando el primer candidato salió. Miré mi reloj y vi que solo estuvo alrededor de tres minutos. Esto me dio entrada para pensar dos cosas: “¿será una pregunta de sí o no?”, “¿A dónde lo llevan?”. Lo pasaron a otra sala y cerraron la puerta. Inmediatamente la reclutadora me nombró: “Alberto Jiménez, por aquí por favor”. Entré a una oficina bien iluminada y perfectamente ordenada, el gerente, un caballero pulcro, me pidió que tomara asiento y continuó: “gracias por estar interesado en laborar con nosotros, como ya te han explicado, únicamente realizaré una pregunta a los tres candidatos, la respuesta que me des se evaluará junto con las otras dos. Después te pasaremos a una sala para que no puedas interactuar con el resto de los candidatos hasta que hayamos seleccionado al candidato a contratar. Así que si eres el indicado saldrás el día de hoy con contrato firmado. ¿Tienes alguna duda?” Aunque al relatarlo me llevó más tiempo del que realmente fue.

La pregunta era la siguiente: ¿Qué sería lo primero que pasaría si la tierra de repente dejara de rotar sobre su propio eje? En ese momento mis ojos se abrieron mostrando mi sorpresa por la pregunta. Sentí como todos y cada uno de mis engranes cerebrales dejaban de trabajar y buscaban la forma de meter reversa para así estar listo a esa pregunta. Yo esperaba preguntas sobre administración, legislación laboral, sindicalismo, trámites ante dependencias, recursos humanos, personales, de muchos otros temas pero no una pregunta así. Al finalizar mi respuesta comprendí por qué el candidato anterior había estado tan poco tiempo allí adentro y al igual que a él me pasaron a una sala con cubículos individuales. A un lado estaba el primer candidato, serio y pensativo. Yo estaba seguro que él estaba repasando la pregunta y su respuesta y comencé también a repasar mi respuesta. Pocos minutos después pasaron al tercer candidato y al igual que nosotros dos, tomó asiento y analizó su respuesta (seguramente).

Después de unos minutos nos llamaron uno a uno y supe que yo no había sido elegido para cubrir la vacante. Yo me sentía el candidato con mayor ventaja.  ¿En qué momento la perdí? ¿Por qué me habían hecho esa pregunta?  ¿Qué fue lo que no les gusto de mi respuesta? Salí del edificio vapuleado, no por el candidato que logró ocupar la posición anhelada, no por el gerente que imponía al verlo, sino por no saber qué era lo más indicado para contestar.

Tiempo después entendí que lo importante no era la respuesta en sí, sino todo el proceso de pensamiento que genera la pregunta. No se requieren conocimientos específicos del tema, el proceso de pensamiento que cada uno ha desarrollado permite tener una idea sobre cómo se reaccionará ante cambios o circunstancias imprevistas; qué tan inspirados y motivados estamos.

Es importante deslindarnos del pensamiento lineal que domina nuestro consiente, el que guía nuestra rutina, trabaja con la lógica problema-solución y nos da la primer respuesta que considera lógicaHoy en día los reclutadores buscan líderes con ideas innovadoras capaces de manejar equipos de trabajo enfocados en alcanzar metas flexibles, con pensamiento lateral en donde todas las ideas para solucionar un problema son válidas. Este pensamiento genera ideas dinámicas que sirven para proponer mayores acciones en menores tiempos.

Si en algún momento te encuentras con este tipo de preguntas, tómate dos segundos antes de contestar. Activa tu pensamiento lateral, evita la primer respuesta que creas lógica y omite lo obvio. Atrévete a contestar todas las demás preguntas que vengan a tu mente por más sin sentido que te parezcan. El pensamiento lateral es una estupenda oportunidad para solucionar problemas viejos con ideas innovadoras.

Te dejo un artículo que va en línea con lo que me sucedió. Este es sobre el tipo de preguntas que hacen para entrar a la Universidad de Oxford, pero se acomodan muy bien al tipo de respuestas que tanto los reclutadores de un trabajo como de una universidad esperan: sentido común.

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Expectativas y realidades de emprender

A la hora de emprender siempre tenemos muy claro lo que queremos conseguir con ello, sin embargo, a veces las expectativas que tenemos pueden ser poco realistas y por ende vienen las trágicas decepciones.

1. EXPECTATIVA: Tendré más tiempo libre.

REALIDAD: Quien diga que así es, miente. Echar a andar un negocio no es fácil e implica muchísimas tareas que deberás, en el mejor de los casos, supervisar y en el peor, hacerlas tu mismo. Por lo tanto, al menos durante el arranque de tu negocio no tendrás tiempo ni para respirar. Así que, poner tu propio negocio te dejará muchas cosas pero tiempo libre no es una de ellas.

2.   EXPECTATIVA: Mi producto/servicio revolucionará el mercado.

REALIDAD: Nadie duda de tus buenas ideas pero acéptalo, no serás el próximo Steve Jobs. La buena noticia es que esto no significa que tu negocio vaya a fracasar. Lo que debes hacer es identificar un problema e intentar resolverlo de una forma diferente a como lo está haciendo el resto. La clave no es tener una idea que revolucione el mercado sino una buena ejecución de cualquier idea.

3.  EXPECTATIVA: Seré mi propio jefe.

REALIDAD: Qué increíble pensar que ya no tendrás un jefe a quién rendirle cuentas pero te tengo una noticia: ahora tendrás unos jefes aún más exigentes… tus clientes. No podrás dejar pasar ningún detalle porque podría tener repercusiones fatales en tu empresa. Pero no te asustes, el aprendizaje y la libertad de tener el control de las decisiones que se toman en tu empresa es algo mucho más valioso que solo el hecho de no tener jefe.

4.  EXPECTATIVA: Seré millonario

REALIDAD: Emprender cuesta dinero y generalmente los negocios no tienen utilidades hasta el segundo año de vida. Posteriormente, los rendimientos irán creciendo pero recuerda que para que esto ocurra lo más pronto posible deberás pensar en ser eficiente es decir, en tener capacidad de producir al menor costo. Además, según WealthInsight, en México hay sólo 145 mil millonarios, (personas que poseen activos financieros por más de un millón de dólares) así que como verás no es algo que cualquiera puede alcanzar, pero no te desanimes, mejor reordena tus prioridades y que esta no sea la primera.

5. EXPECTATIVA: Todo será diversión.

REALIDAD: Si bien emprender es una aventura increíble, no se puede decir que no te enfrentarás a problemas.Los emprendedores tienen fama de optimistas y deben serlo para animarse a dar un paso como este, pero al emprender deberás estar consciente de que te enfrentarás a obstáculos que tendrás que superar si quieres triunfar. Nadie dijo que será fácil así que ten por seguro que sufrirás pero valdrá la pena. Si tienes un negocio, cuéntanos que otra expectativa tenías que no se cumplió en la realidad.

Y recuerda que, si aún no decides qué emprender, puedes tomar este curso en línea para convertir tu idea en empresa.