Como sociedad mexicana, nos encontramos en continua queja con otros países, por discriminar a los migrantes mexicanos en el extranjero. Sin embargo, vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro. En 2017, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, presentó los resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS), mostrando que, en México, la discriminación y el racismo abundan; por eso, hoy queremos hablar sobre la discriminación salarial por ser LGBT+.
La brecha salarial no es exclusiva del género
Existen muchos estudios al respecto de la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres; sin embargo, cuando trasladamos las cifras hacia la brecha por la orientación sexual, encontramos que el tema no se ha abordado de manera equitativa. Lo anterior no quiere decir que no exista la brecha salarial por ser LGBT+, por el contrario, es un fenómeno real y que requiere de visibilidad. Así pues, retomando la ENADIS de 2017 publicada por el INEGI, encontramos que México es un país con arraigados prejuicios y estigmas sociales. El 35% de los hombres no le rentaría un cuarto de su vivienda a una persona LGBT+; mientras que el 41.8% de las personas LGBT+ declararon que en algún momento de los últimos 5 años han sentido la negación de sus derechos. Y el 30.1% de las personas LGBT+ afirmaron haber sido discriminadas en al menos una ocasión durante el último año. En otras palabras, aún cuando existen leyes que protegen en contra de la discriminación de cualquier índole, la realidad es que sigue ocurriendo.
Dentro de las cifras que podemos encontrar sobre discriminación salarial por ser LGBT+, encontramos un reporte realizado por el instituto de investigación económica IZA World of Labor, encontró que un 14.8% de empleados LGBT reportó una menor satisfacción en su empleo que sus compañeros heterosexuales; mientras que esta cifra para las empleadas fue el 12.2%. De acuerdo con este mismo reporte, en países como Países Bajos, Francia, Grecia y el Reino Unido, los hombres LGBT+ ganan un 5% menos que sus compañeros heterosexuales; mientras que esta cifra crece hasta el 16% en países como Canadá, Suecia o Estados Unidos. Para el caso de mujeres LGBT+, muestran que, para el caso de Australia, ganan un 28% menos que sus contrapartes heterosexuales, cifra que va variando entre el 8% en Grecia y Reino Unido, hasta el 20% en Estados Unidos y Canadá.
¿Por qué sucede esta brecha salarial?
De acuerdo con el informe del IZA World of Labor, las razones detrás de la brecha salarial por orientación sexual no son sencillas de dilucidar incluso ahora, varios años después. La falta de políticas públicas alrededor del mundo e iniciativas para medir este fenómeno, además de los sesgos sociales que pueden existir, hacen difícil determinar causas y consecuencias. Sin embargo, este mismo reporte encuentra que hay evidencia suficiente para afirmar que el acoso sufrido en el colegio está relacionado con bajos niveles educativos y, en consecuencia, menor probabilidades de obtener mejores trabajos.
El bullying sufrido en los años formativos se asocia con el mismo fenómeno dentro de los centros de trabajo realizado por colegas, compañeros y otros colaboradores; es decir, el bullying por la orientación sexual tiende a permanecer con el paso de los años, trascendiendo del ámbito escolar, al ámbito profesional. En Reino Unido, los hombres y mujeres que sufrieron bullying por su orientación sexual durante la escuela, tienen un 35% de probabilidades de sufrirlo durante el trabajo.
Erróneamente se cree que las personas LGBT+ tienden a tener mejores ingresos o mejor educación, pero este sesgo social es un estereotipo que se reproduce, especialmente en las grandes ciudades, en donde las personas LGBT+ se sienten más cómodas para vivir. De esta manera, los esfuerzos por las empresas de impulsar campañas de visibilidad e inclusión tienen un papel fundamental, no sólo para identificar a los colaboradores que tienen una orientación sexual a la heterosexual; sino también por que esto permite abrir puertas a las organizaciones, gobiernos y empresas, para delimitar vías de acción y proteger los derechos de las personas LGBT+.