En México, en promedio, sólo 3 de cada 10 jóvenes logran llegar al nivel de educación superior; sin embargo, hay entidades en que la cifra disminuye a tan sólo 1 de cada 5 jóvenes, como sucede en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Guanajuato y Quintana Roo. Sin embargo, a pesar de las ventajas que podría ofrecer un título universitario, cada vez son más los egresados que se dan cuenta que no es tan sencillo incorporarse a la vida laboral; por eso, hoy queremos hablarte acerca de un reporte emitido por Deloitte al respecto de la universidad del futuro y los cambios que necesita para mejorar su función de crear nuevos profesionistas.
Los estudiantes ya no son lo que eran antes
Cuando piensas en la palabra ‘estudiante universitario’ lo primero que se te viene a la mente es un adulto de 18 años, recién egresado de la preparatoria y que pretende acabar su carrera en unos 4 o 5 años, dependiendo del plan de estudios. Sin embargo, en México existen dos factores que ejercen presión alrededor de las universidades, sus planes de estudio y las empresas que no ven con buenos ojos lo que está sucediendo.
El primer punto es meramente socioeconómico, los padres de la generación X, que quizás no lograron tener el acceso a la educación superior, quieren que sus hijos, millennials y centennials, vayan a la universidad. Han invertido en ellos durante su educación básica para que tengan oportunidad de entrar en alguna de las grandes universidades del país; en pocas palabras, hay más jóvenes de educación media superior que quieren entrar a la educación superior. Esto supone una presión adicional para los sistemas públicos, como el IPN, la UNAM o la UAM, pues no alcanzan a que todos puedan tener un lugar dentro de sus instalaciones.
En segundo término, que también está relacionado con el primero, los millennials son la primera generación más pobre que sus padres, es decir, no tienen dinero, dependen de sus padres para acceder a instituciones privadas de educación superior en caso de que no hubieran podido asegurar un lugar en la educación pública; o, si quieren continuar estudiando, deben de dedicarse en largas jornadas a un trabajo poco calificado para lograr pagar la colegiatura de la escuela.
Al último, es indudable que los empleadores, es decir, las empresas, están encontrando deficiencias en las habilidades y capacidades con las que salen los egresados universitarios de las aulas, porque simplemente no saben lo que las empresas necesitan que sepan.
En esencia tenemos más personas que quieren entrar a la universidad; pero tenemos poco dinero para gastar y pocas posibilidades de pagar una educación privada. Y empresas que no están dispuestas a contratar a alguien a quien todavía es necesario capacitar.
¿Qué dice Deloitte?
Deloitte cree que los modelos universitarios en el futuro deberán de cambiar para adaptarse a las necesidades, tanto del mercado, como de los propios estudiantes:
Las becas no serán sólo de manutención o excelencia
Deloitte cree que será necesario que los programas de ayuda escolar, especialmente las becas y programas de excelencia, deberán de tomar en cuenta a estudiantes no tradicionales, que cada vez más tengan responsabilidades de adultos, como ayuda de transporte, ayuda de alimentos e incluso ayuda para cuidar a los hijos, porque, sin duda, los universitarios ya no son todos jóvenes, pueden ser empleados de mayor edad que buscan capacitarse para superarse así mismos y conseguir mejores empleos.
Las becas tampoco deberán de someterse sólo a estudiantes presenciales
La manera en que la educación cambia está dejando a un lado al aprendizaje presencial dividido en varios semestres, para dar lugar a personas que aprenden con cursos en línea; con cursos cortos y no semestrales; mientras trabajan; por tanto, los programas de becas también deberán de considerar a estudiantes fuera del esquema tradicional.
Las universidades deberán de cambiar su modelo educativo
La educación basada en competencias, el modelo de formación dual e incluso el aprendizaje adaptable al individuo son algunas opciones que actualmente están surgiendo en universidades alrededor del mundo; pero que, en el futuro, serán una regla. Así mismo, incorporar la inteligencia artificial y el big data podrá permitir averiguar qué estudiantes requieren de un poco más de atención para salir adelante en sus clases, e incluso, el desarrollo de métodos de enseñanza que permitan al estudiante poseer un empleo de medio tiempo.
La importancia de incluir la formación dual
Los programas de formación dual, junto con los programas de práctica profesionales o de mentorías, tendrán que ser una regla en el modelo educativo de las universidades del futuro; para que, en convenio con empresas, los estudiantes puedan adquirir habilidades prácticas que no pueden adquirir fácilmente en las aulas y aún así, les permita desarrollar ambas actividades sin llegar a ser agotador.
Si quieres leer el reporte completo de Deloitte, te lo dejamos en este link.