Ser escritor es una de las profesiones mas bonitas de la humanidad. Los escritores son parte del club de guardianes de la imaginación humana, pues nos regalan historias de todo tipo que alimentan nuestra mente y nuestro espíritu. Aunque hay quienes afirman que después de las historias antiguas ya nada es nuevo, sino son continuas reinterpretaciones, lo cierto es que todos alguna vez nos hemos emocionado, reído, llorado o espantado con un buen libro. Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas para aquellos cuyo llamado es la creación literaria y aquí te explicamos por qué es difícil ser escritor.
Es difícil ser escritor y ser joven
Si tienes algún amigo o conoces a alguien menor de 30 años que dice ser escritor no deberías de juzgarlo tan duro la próxima vez. Muchos autores jóvenes son rechazados por las editoriales, no porque las obras sean malas, sino mas bien porque son autores que simplemente no venden. La industria editorial, como todo negocio, se sostiene a través de las ventas de los libros y los lectores por lo regular suelen preferir a autores que ya conocen, en ese sentido, sacar al mercado la obra de un autor al que sólo lo conocen en su casa es una decisión que muchas editoriales prefieren no hacer.
La presión tampoco ayuda
¿Qué es lo que piensan las personas cuando se enteran que alguien es escritor? «¿Y sí comes?«. Lamentablemente no es una profesión con prestigio como abogados, médicos o ingenieros de las que los padres puedan estar orgullosos por sus hijos que quieren dedicarse a la literatura. La dificultad para ser publicado y la cultura mexicana que hay sobre la lectura tampoco funcionan como aliciente, por el contrario, quizá muchos autores han sepultado sus sueños por los comentarios que sus amigos y familia les han hecho. Que tristeza.
¿Y sí se vive de eso o no?
Cuando por fin los dioses de la escritura le sonríen a algún mortal que con sangre, sudor y lágrimas obtuvo su manuscrito y después de una gran odisea cumplirá su sueño de verlo publicado, la realidad es que este punto también es muy difícil. Por cada libro que se venda, aproximadamente el 50% se va para la editorial y otro 30% o 40% para las librerías, el restante es para el autor. Es decir, si un libro se vende en $300 el autor sólo recibirá $30, lo anterior no es malo, pero tampoco necesariamente bueno, vivir de escribir sí se puede, aunque para nadar en dinero se necesitan vario Best Sellers.
El rechazo siempre presente
Con determinación e ilusiones, los autores envían sus manuscritos a concursos y editoriales. Esperan bastante tiempo para recibir respuesta y en algunos casos nunca llega, pues muchas editoriales consideran que si en 6 meses no le han respondido al autor, se considera que declinaron la propuesta editorial. El corazón de un autor se acelera cuando una mañana, al revisar el buzón de entrada de su correo electrónico, ahí se encuentra el mensaje de la editorial y hay un 99% de probabilidades que sea un rechazo.
Sin embargo, los rechazos son el pan de cada día para los autores, porque solo a Stephen King lo publican con los ojos cerrados. Queda la firme convicción de saber que a muchos autores los rechazaron las primeras veces, como Golding, el autor de «El Señor de las Moscas» que fue rechazado 21 veces y años después ganó el premio Nobel; o el mismo King, quien escribió tres novelas antes de que publicaran su primer obra y ahora ha vendido mas de 350 millones de libros. También están los ejemplos de William Saroyan, rechazado 7000 veces antes de publicar su primer cuento, y nuestro favorito, Rudyard Kipling, el autor de «El libro de la Selva» a quien le dijeron que no lo podían publicar porque «sencillamente no sabe usted usar el idioma inglés» y posteriormente, en 1907 recibió el novel de literatura. Así que, quizá sí existen los finales felices.
Por el gusto de escribir
Si bien resulta difícil ser escritor, la realidad es que los auténticos escritores sólo quieren escribir; imaginar nuevos mundos y nuevas formas de vida, crear en su mente y en la de sus lectores esperanza, miedo, alegría, frustración, rechazo, felicidad y todos los sentimientos que existen y que nos hacen humanos. También tiene su riesgo ser escritor, bien podrían morir y sus libros ser reconocidos hasta después de su defunción, pero no importa, es por el gusto de escribir.
Así que si conoces a alguien que sea escritor, especialmente si es joven, no seas tan duro con él, ¡Apóyalo! Si te es posible, compra algunas de sus obras y fomenta esta profesión que no es nada sencilla pero muy satisfactoria.