Todos los emprendedores quieren que sus empresas lleguen a ser grandes. Los caminos hasta la grandeza son muchos, pero entre ellos hay algunos que quieren llegar muy lejos y muy rápido, como los unicornios; y otros que prefieren hacerlo un poco más despacio, como los camellos. Sin embargo, una nueva forma de concebir los negocios se abre paso, especialmente entre las mujeres emprendedoras. Hoy te presentamos cuáles son las diferencias entre las empresas unicornio, camello y cebra.
Negocios de alto impacto vs. Negocios de alta duración
Por un lado, tenemos a las empresas unicornio, que son exitosos modelos de negocio que en muy poco tiempo buscan valer mucho dinero; y por otro, tenemos a las empresas camello, que más bien buscan crecer poco a poco e ir preparados para las contingencias económicas que puede haber en el camino. A continuación, una breve descripción con las características de cada uno:
Empresas unicornio
- Son empresas con base tecnológica. Van desde una app (como Uber), hasta servicios de venta por internet (como Kavak).
- Están en su etapa inicial. Es decir, tienen menos de 5 años de haber sido creadas.
- Valen más de mil millones de dólares.
- Requieren de una gran cantidad de financiamiento y levantamiento de capital antes de llegar a su punto de equilibrio.
Más detalles sobre las empresas unicornio.
Empresas camello
- Empresas con crecimiento constante y con proyección de vida a largo y muy largo plazo.
- Costes fijos reducidos y reservas de dinero positivas y fuertes.
- Diversifican su portafolio de productos y servicios que ofrecen a los usuarios.
- No dependen del financiamiento externo, sino que crecen en la medida que sus propias ventas le permitan.
Más detalles sobre las empresas camello.
Negocios con impacto social: las empresas tipo cebra
Si bien, convertirse en una empresa unicornio requiere de una gran idea de negocio, una enorme cantidad de trabajo y un poco de suerte. Fue en 2017 que comenzó a gestarse un movimiento en respuesta a las propias empresas unicornio. Fue en Sillicon Valley que un grupo de mujeres emprendedoras redactaron un manifiesto reclamando a los inversionistas que invirtieran más en empresas de impacto social, en vez de perseguir a los clásicos unicornios.
Y es que, a consideración del movimiento cebra, los inversionistas prefieren determinado tipo de emprendedores al momento de decidir a quien apoyar: hombres blancos. Y, aunque pueda sonar exagerado, no es común ver a afrodescendientes o latinos al mando de una empresa unicornio, incluyendo mujeres.
Las empresas cebra vienen a ser una opción más real de lo que los unicornios en realidad pueden aportar a la sociedad. El movimiento cebra busca el equilibrio entre rentabilidad y beneficio social, no necesariamente con una base tecnológica. Y, por supuesto, busca la pluralidad de emprendedores que se vuelven directores de sus propias empresas: personas que son poco representadas en la concepción tradicional de los negocios. Con ideas que al final del día se traducen en un impacto positivo en beneficio y retorno para el consumidor y la comunidad donde se encuentra la empresa.
Las empresas cebra buscan hacer más justa, participativa y cooperativa, la forma en que las empresas se manejan, tratando de cambiar el paradigma de maximizar la rentabilidad a costa del consumidor. Y, en una sociedad donde las PyMES son las que mantienen 9 de cada 10 empleos en el país, priorizar el crecimiento de empresa cebra debería de ser incluso una política pública.
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