Si te das a la tarea de buscar “ranking de universidades” en Google, te toparás con más de 400 mil resultados. Si lo haces en inglés, la cifra se eleva hasta los 276 millones. ¿Te imaginas consultar todos estos resultados para asegurarte que tomarás una correcta decisión sobre en qué universidad te conviene estudiar? Imposible, ¿cierto? Y todo se vuelve aún más confuso cuando, en esa búsqueda, te topas con casos como el ocurrido en 2011, en el que una nota del periódico The Nation catalogaba a 5 universidades tailandesas dentro de las mejores de toda Asia mientras que en el Bangkok Post, una editorial lamentaba el mal estado de las universidades tailandesas. Entonces, ¿podemos confiar en estos rankings universitarios?
Antes de responder esta pregunta, debemos entender que no todos los rankings miden lo mismo ni se construyen del mismo modo. Algunos de ellos toman en cuenta únicamente la opinión de quienes emplean a los egresados universitarios midiendo cosas como: preparación, desempeño y valores. Este tipo de rankings ofrece un análisis de las habilidades que adquieren los universitarios para enfrentar el mercado laboral, pero sobre todo la aplicación que éstos hacen de lo aprendido en la universidad. Si lo que te interesa es saber la empleabilidad de tu carrera y universidad, ésta es una muy buena fuente de información para ti. También te puede ayudar a saber si una universidad contribuye a que obtengas las herramientas que los empleadores esperan de un egresado. Una desventaja de este tipo de rankings es que puede arrojar resultados que tengan más que ver con el desempeño personal que realmente con las universidades.
También existen rankings que tienen una metodología más enfocada a la investigación y se basan en indicadores como el número de alumnos y profesores que han ganado premios Nobel, el número de artículos indexados en el Science Citation Index, el número de investigadores citados o los artículos publicados en ciertas revistas. Un ejemplo es el Academic Ranking of World Universities (ARWU) que en sus inicios se creó con el objetivo de sentar un punto de referencia internacional a las universidades chinas. Pero por el número de instituciones que califica (más de 1,200) y por el rigor en la publicación de resultados, este ranking se convirtió ya en un referente alrededor del mundo. En este caso, si estudiarás una carrera que nada tiene que ver con investigación, tal vez los resultados de este ranking no te digan nada.
Otros rankings como el Times Higher Education (THE) o el QS tienen también su propia personalidad. El primero, tiene el objetivo de ser útil en un espectro más amplio, es decir, pretende servir tanto para generar políticas públicas en materia de educación superior, como para fortalecer la reputación de ciertas instituciones universitarias. Teniendo este objetivo, su metodología tiende a ser más estricta. En el segundo, en cambio, la crítica es que su resultados son basados únicamente en encuestas, haciendo que el ranking parezca más bien una recopilación de opiniones.
Adicionalmente, mientras QS sondea las opiniones en investigación pero no en calidad educativa, THE tiene cinco diferentes mediciones de calidad educativa. De hecho, éste indicador representa un tercio del score final de las instituciones.
También están los rankings publicados por The Economist, The Wall Street Journal o el Financial Times, que se enfocan específicamente en programas de negocios y MBA o el Ranking Web of Universities que presentan un indicador que es una combinación entre el volumen de la información publicada, la visibilidad e impacto de estas páginas. Este ranking incluye a casi 12,000 universidades de todo el mundo.
Entonces, ¿podemos confiar en estos rankings? La respuesta es sí. No hay duda de que los rankings son una fuente útil de información que, de otro modo, no estaría disponible, sin embargo, antes de dejarte llevar por los resultados debes analizar la metodología de cada uno e identificar exactamente qué mide el que estás consultando.
Aunque capten mucha atención de la prensa, los rankings de universidades no miden todo lo bueno de todas las universidades y mucho menos alcanzan a medir el valor real que aportan éstas a la sociedad o al sistema educativo. Si bien, es bueno medir, debes tener muy claro que ningún ranking debe decidir por ti. Se trata más bien de entender cuáles son sus criterios de evaluación, en qué aspectos se enfocan y aplicar la información que ofrecen inteligentemente. Aunque los rankings internacionales tienen una metodología aplicable a cualquier parte del mundo, los que se hagan localmente tendrán un abanico más amplio de universidades de cada país, por esta razón, aquí te decimos cómo funcionan los rankings que se hacen en México.
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