Cuéntame tu mayor fracaso

Cuando a una persona le preguntan su mayor defecto generalmente contesta con algo como “soy extremadamente perfeccionista o muy puntual”. Lo mismo sucede cuando nos preguntan en la vida profesional sobre algún fracaso. Lo primero que pasa por nuestra mente es “no puedo decir algo tan malo porque no me contratarán”. Pero te tengo una noticia. El fracaso trae detrás muchas cosas como aprendizajes y lecciones que un reclutador espera que hayas aprendido. Así que contar tu historia no tiene nada de malo, pues la manera en la que uno fracasa y lidia con eso, llega a determinar qué tan exitosos seremos. Hay dos lados de la moneda: lo ves como una catástrofe total, o te acerca a definir tus metas.

No hay nada más interesante que escuchar a un empresario o emprendedor contar por qué no les fue bien en algún punto de la vida y cómo lo resolvieron. Simplemente te dan más confianza que alguien diciendo que jamás le ha ido mal en la vida. Lo malo es cuando alguien no sabe explicarte la razón del fracaso, o peor aún, es algo que resultaba muy evidente, pero simplemente no pusieron cuidado en los detalles. Primero que nada, toma en cuenta estas lecciones que puedes aprender del fracaso:

1. Ayuda al ego. El ego suele traicionarnos y hay algo en él que te hace querer tener la razón siempre. Fracasar es vencer a tu ego, hacerle ver que no siempre lo que piensas es correcto y que la gente se equivoca. Si de entrada nunca aceptas la razón del fracaso, esto te traerá muchos problemas en la vida laboral. Recuerda que para los reclutadores no hay nada peor que una persona presuntuosa o que no acepte sus errores. Es una señal de que no podrán trabajar en equipo, pues la culpa siempre será de los demás.

2. Reconsiderar. Generalmente cuando algo sale mal, uno se frustra y no quiere saber más del tema. Tras un fracaso, es necesario que pienses nuevamente las cosas, reconsideres, y encuentres nuevas formas para llegar a tu objetivo. ¿Qué pasaría si tu jefe te dice que algo salió mal en el proyecto que encabezabas? No puedes sentarte a llorar. Lo que necesitas es evaluar lo hecho y encontrar el error para corregirlo. Parece fácil, pero mucha gente no es capaz de darse cuenta en qué se equivocó.

3. Fracasar no te hace un fracasado. El fracaso es un resultado de algo, no es una forma de describirte. Es más, te encuentras un paso más arriba de las personas que solo sueñan con hacer algo, pero ponen tantos peros que finalmente no inician nada. Toma en cuenta que no te fuiste por la segura, lo cual es una buena cualidad para un candidato. Siempre es más atractivo para un reclutador alguien que ha tenido experiencias diversas, pues saben manejar el riesgo mejor que las personas que nunca desean arriesgar.

Debes tener en mente que cuando un reclutador te pregunta sobre malas decisiones o por qué no llegaste a la meta (pasa mucho en el caso de ventas), quieren ver cómo reaccionas a esa pregunta. Lo que intentan descubrir es que seas capaz de enfrentar el fracaso, pero que puedas explicar siempre el contexto y qué aprendiste.

Es muy importante cómo lo comunicas y ten claro que es tu momento de contarle al reclutador cómo convertiste esa debilidad en fortaleza. Debes conocer tus puntos débiles o fracasos y enumerarlos antes de ir a una entrevista. Pero nunca es bueno ir con una respuesta demasiado ensayada. Como consejo final, siempre habla sobre debilidades o fracasos laborales. La gente no necesariamente quiere enterarse de tu vida personal. Siempre intenta dar un ejemplo de algo que de una pista de lo bueno que eres resolviendo problemas en el trabajo. Si es tu primer empleo, puedes hablar de algún caso en la escuela o en tu examen profesional.

Así que ya sabes, no hay respuestas malas, el punto es lo que hayas aprendido. Ante preguntas negativas, siempre debes tratar de cambiar a una connotación positiva.

Y ahora el examen profesional

Ya terminaste materias, ya liberaste el servicio social, aprobaste todas tus materias, y por fin terminaste la tesis, ahora sí lo único que  se interpone entre tu título y tú es el examen profesional. Este es el último obstáculo para que te vuelvas un joven profesionista.  La importancia del examen profesional va más allá de la experiencia o del momento que representa en tu desarrollo como estudiante pues es una experiencia que te ofrece la oportunidad de aprender o poner a prueba ciertas competencias que utilizarás en tu futuro profesional.  Frecuentemente, entre las prisas por terminar y la emoción de cumplir con todos los requisitos no preguntamos o no nos enteramos de cómo es un examen profesional y qué se espera de ti como alumno.  Al menos a mí me pasó que apenas un día antes de mi examen profesional me enteré del formato, duración y dinámica, lo cual no ayudó a los nervios y al estrés. Para que no sufras como yo, aquí te van unos consejos.

¿Cuál es el formato? 

La estructura de los exámenes profesionales varía y depende mucho de la institución educativa, la carrera y el tipo de trabajo de titulación que realizaste, así que lo mejor es preguntar a tus asesores, sinodales o profesores. Sin embargo, la mayoría consta de una exposición de tu trabajo de titulación o tesis que puede durar entre quince minutos a más de una hora seguido por varias rondas de preguntas y respuestas. Durante esta exposición se busca que puedas explicar la motivación detrás de tu tesis, la pregunta de investigación que la motivó, el planteamiento metodológico que usaste para responderla, y los hallazgos más importantes del estudio. Más allá de la duración, los sinodales calificarán tus competencias de expresión oral y  de argumentación lógica y clara. Es decir, evaluarán que tanto conoces tu trabajo y que tan bien lo puedes defender.

No tienes que estudiar

Un examen profesional no es una evaluación tradicional en el sentido que puedas repasar de alguna guía o materia en específico pero eso no quiere decir que no evaluarán algunos conceptos y competencias que adquiriste a lo largo de la carrera y especialmente durante la elaboración de tu tesis o trabajo final lo cual sí deberás repasar a manera de tener toda la información fresca aunque seguramente dominas el tema.

Conoce a tu público

Cuando preparas una presentación uno de los aspectos más importantes es conocer a quién se las vas a presentar. En el caso del examen profesional, la audiencia más importante son los sinodales pues ellos son quienes decidirán si apruebas o no. Por lo tanto, es importante que puedas conocer quienes formarán parte del sinodo para así poder anticipar el tipo de preguntas que te harán o los temas que tocarán a la hora de las preguntas y respuestas. Si no puedes conocer de antemano quien tienes que tener en cuenta que hay distintos tipos de sinodales que van desde el que se quiere lucir y habla más de lo que pregunta o cuestiona, el que se porta mala onda y pregunta cosas sumamente específicas sobre tu trabajo para ponerte en aprietos y el que quiere que te luzcas y te deja el protagonismo.

Consulta tu tesis

No importa si terminaste la tesis hace años o si está recién salida de la imprenta tienes que leerla a consciencia muchas veces. Seguramente encontrarás errores de dedo, de formato y te mortificarás de algunas cosas que escribiste. Es normal. Aprovecha esta oportunidad para leerla con ojos frescos, de corrido y tratando de escuchar la historia que estás contando para poder replicarla de manera sintetizada el día del examen.

“Decora” tu tesis

Una vez que hayas leído tu tesis varias veces, es momento de marcar las páginas clave en donde se encuentran elementos como la pregunta de investigación, tus hipótesis, la manera en que las pones a prueba y los resultados más importantes.  Utiliza marcadores de varios colores para resaltar los distintos tipos de contenidos como preguntas, argumentos, tablas, gráficas o imágenes que te puedan ayudar al momento de explicar o defender tu trabajo. En otras palabras, transforma tu tesis en un “acordeón” que te pueda ayudar si entras en aprietos durante la examinación.

Créete experto/a

Uno de los mejores consejos que me dio mi asesor de tesis antes de entrar al examen profesional es que nadie conoce tu tesis mejor que tú. Quizá los sinodales que tengas en frente son expertos en el tema y sin duda tienen más experiencia que tú, pero no conocen el contenido y los detalles de tu trabajo como tú. Recuerda que mientras más confianza tengas en lo que escribiste más sólida será tu defensa.

Sin duda el examen profesional es una de las experiencias más emocionantes ya que marca el inicio oficial de tu vida profesional así que aprovéchalo, fortalece tus conocimientos y competencias.

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Cómo hacer presentaciones geniales

ADVERTENCIA: este no es un tutorial para usar Prezi, ni para ponerle efectos a tu Power Point y tampoco un listado de las aplicaciones de moda.

Haciendo cuentas llevo por lo menos 14 años presentando de todo. Empecé en la Universidad y no veo cerca el día en que vaya a dejar de hacerlo (lo cual está muy bien por que de hecho me gusta). En este tiempo he visto que sin importar a qué te dediques es muy probable que en tu vida profesional debas presentar muchas veces y que, además, la importancia de esas presentaciones sea enorme. Puede ser la diferencia entre ganar o perder un cliente o entre obtener o no un ascenso. Así de simple.

Ahora, si bien es cierto que hay personas con un talento natural para esta labor (el clásico que elige el equipo en la Universidad porque tiene esa rara habilidad conocida como “buen verbo”) llega un punto en tu vida profesional en que ese talento ya no alcanza para salir bien librado. Y, por otro lado, el que no tengas ese talento de ninguna manera quiere decir que no puedas desarrollarlo. Así que para unos y para otros, aquí les comparto algunas recomendaciones para hacer presentaciones geniales:

1. Tu Power Point es innecesario (Keynote, Prezi o la aplicación de moda).

Tus diapositivas pueden ser una gran herramienta para apoyar una idea o para representar gráficamente algo que verbalmente es más complejo de explicar. Sin embargo, la mayoría de las personas se concentran tanto en sus diapositivas que olvidan que éstas son sólo una herramienta para comunicar, no un fin en si mismas. En estos casos es común que la información que se presenta sea redundante, que sea humanamente imposible leerla en el tiempo que se muestra, que no sea útil para el objetivo,  que compita por la atención de la audiencia con el presentador y que, en el peor de los escenarios, el propio presentador sea rehén de sus diapositivas e incapaz de avanzar sin ellas (típico que falla el cañón y entra en pánico). En mi experiencia la mayoría de las veces no se requiere de soporte gráfico (eso son las diapositivas) para hacer una presentación extraordinaria. Se requiere más de los siguientes puntos.

2.Conoce a tu público.

No hay presentación más decepcionante (odiosa en realidad) que la de quien te quiere vender sus servicios (por maravillosos que sean), te dice todo lo que tienes que hacer y no se tomó la molestia de investigar a fondo qué hace tu empresa. Comunicar es segmentar y hacer una presentación es fundamentalmente comunicar, así que la mejor forma de segmentar tus mensajes en una presentación es conociendo a tu audiencia. Esto te ayudará a determinar elementos importantes como qué información excluir, qué detalles priorizar y cómo ser más contundente. Finalmente, muchas veces hay una diferencia fundamental entre lo que quieres decir y lo que tu público quiere escuchar, la clave está en encontrar qué elementos hay en común. Ese lugar en común es donde está la mayor oportunidad para comunicar tus mensajes.

3. Estrategia mata storytelling.

Desconfía de quien te diga que lo más importante de una presentación es que cuentes una historia. A menos que sea tu trabajo contar historias por el sólo gusto de hacerlo, lo más importante de una presentación es que tenga un objetivo claro. Es a partir de ese objetivo que se debe elegir una estructura y determinar qué información sí es útil como argumento. Contar historias no está mal, pero si contarla no es parte de una estrategia corres el riesgo de que tu público se concentre más en tu historia que en tu objetivo (un poco como esos anuncios que te parecen geniales pero no tienes idea de qué vendían).

4. Ensaya, presenta y perfecciona.

No hay peor idea en el mundo que terminar tus diapositivas y presentarlas sin ensayar. Al ensayar la presentación es más fácil darte cuenta si hay información que sobra, si es involuntariamente redundante o si hay saltos argumentativos que dificultan la comprensión. Además, ensayar te ayuda a considerar aspectos logísticos básicos que a la hora de presentar pueden ser incómodos (desde qué tan lejos de ti está la pantalla o el público hasta cuánto tiempo tienes). Por otro lado, te puedo asegurar que no hay mejor presentación que aquella que se hace mil veces y se va perfeccionando con los resultados obtenidos (qué causó dudas, cuándo perdiste la atención de la audiencia, en qué momentos te sentiste incómodo y por qué, qué soportes gráficos te hicieron falta, qué cosas nuevas sabes de tu público, etc.)

Me gustaría decirte que hay una fórmula infalible de presentar si empleas ciertas técnicas (haz pausas, contacto visual, habla de ti mismo, lenguaje corporal, presenta datos, etc.), pero la verdad es que no hay atajos que funcionen, lo primero es considerar estos 4 puntos y ponerlos en marcha. Sin esto, todo lo demás es vender castillos en el aire.

Puedes escribirme a @eduardoreyesc, sin pena que sí contesto.

¿Quieres ir a una conferencia?

Es mitad de semana y lo único que deseas es llegar al viernes. Pero el calendario te recuerda que tienes una conferencia a la cual asistir. Tu primer pensamiento es “me llevo la lap para terminar toda la chamba que tengo” o “me llevo mi Kindle y termino ese libro buenísimo que estoy leyendo”. Es posible que nos haya tocado asistir al menos a una conferencia, pero seguramente a pocas les sacamos provecho porque creemos que con asistir es más que suficiente y cuando regresamos a la oficina no tenemos nada nuevo o interesante que decir sobre el evento.

Ahora, ¿Has querido asistir a una conferencia pero el precio resulta muy elevado (algunas oscilan entre 5 y 12 mil pesos)? Esto puede ser un gran desincentivo y si no sabes venderle bien ese evento a tu jefe, ¿por qué la compañía desembolsaría esa cantidad si no tienen seguro el retorno de inversión?

En este post te diré cómo sacarle jugo a las conferencias y de qué manera lograr que te manden a alguna sin pensar que están tirando el dinero a la basura. Pero vamos por pasos. Primero déjame venderte la idea de por qué es importante ir a conferencias:

1. Escuchas y ves lo que otras personas están haciendo, a la vez que ellos aprenden lo mismo de ti.

2. Te sirve como fuente de inspiración para futuros proyectos.

3. Te darás cuenta de qué está bien o qué es lo que jamás deberías hacer en una conferencia. (tipos de presentación, oradores, temas, respuestas, acercamiento con el público)

4. Las conversaciones en el pasillo y el networking es lo más valioso.

5. Puedes establecer relaciones con personas que solo conoces en redes sociales.

6. Un ponente te puede dar una gran idea para emprender.

7. Seguro aprendes algo que no sabías de la industria.

8. Puedes agregar contenido a tu sitio o blog.

9. Puedes buscar trabajo.

10. Si eres de ventas y tus prospectos asisten, es una gran idea estar presente.

11. Si necesitas una lluvia de ideas, qué mejor que varias cabezas con ideas diferentes en una conferencia.

12. Es una gran idea para ver qué hace la competencia.

Si ya quedaste convencido después de estos doce puntos, ahora lo importante es saber cómo lograr que tu empresa pague si es que la conferencia tiene costo (si es gratis, ya te estás tardando en llegar). Muchas de las conferencias profesionales, como ya lo decía, suelen ser caras y no todos los jefes entienden la importancia o los beneficios derivados de asistir. Hacer networking es lo más importante, pero también es muy difícil de cuantificar. Primero identifica esto antes de si quiera plantear tu asistencia:

1. Contenido de la sesión: ¿Qué sesiones tienen una relevancia particular respecto al trabajo de tu organización?

2. Contactos. ¿La conferencia tendrá ponentes o asistentes que estén haciendo lo que tu compañía? O ¿Quisieras aprender de ellos?

3. Mejores prácticas. ¿Habrá sesiones de entrenamiento que brindarán un beneficio inmediato para tu grupo de trabajo?

4. Entrenamiento: ¿Habrá talleres dedicados a enseñar a los asistentes alguna habilidad especial y/o a ayudar a tu equipo a superar retos actuales o de futuro?

Tras identificar lo anterior, es bueno que llenes dos formatos que adjunto a continuación. Te serán muy útiles para hacer el comparativo costo/beneficio (además de que te verás muy pro si se lo entregas a tu jefe). El primero es una hoja de gastos y el segundo es uno de beneficios. Descárgalos y usa lo que haga sentido para tu organización. Lo demás, descártalo.

Plantilla de Gastos

Plantilla Beneficios

Ahora bien, ya pasaste los dos primeros filtros: animarte a ir y convencer a tu jefe. Para cerrar, te dejo estos consejos sobre qué hacer una vez que estés dentro.

1. Escribe al menos un punto importante de cada sesión.

2. Si hay comida, siéntate en una mesa donde no conozcas a nadie y no olvides llevar tarjetas de presentación. Si hay solo un coctel al cierre, deja tu zona de confort y rompe el hielo.

3. Toma notas de las personas con quien hablas, de qué empresa son y su puesto.

4. Si quieres saber en qué está la competencia, escucha más de lo que hablas e involúcrate en las conversaciones adecuadas.

5. Piensa qué encuadre le quieres dar a lo que haces en el trabajo. Dependiendo el tipo de conferencia, platícalo de una manera diferente. Suena obvio, pero muchas veces al contar lo que hacemos, podemos sonar planos, pues creemos que todos entienden. Véndete bien.

6. Si se puede, pide la lista de asistentes y sus correos. Es información muy valiosa a futuro por que sabes que les interesan las mismas cosas que a ti.

7. Ve a los stands y agarra folletos, revistas, publicaciones y todo tipo de información. Puede haber un tema que resulte interesante o algún ángulo que no hayas considerado.

Fuentes:

https://homes.cs.washington.edu/~mernst/advice/conference-attendance.html 

http://www.writingassist.com/resources/articles/how-to-justify-conference-attendance/

https://www.themuse.com/advice/the-one-experience-youre-missing-out-on-at-conferences

http://blog.hubspot.com/marketing/conference-checklists?utm_campaign=blog-rss-emails&utm_source=hs_email&utm_medium=email&utm_content=13960231

http://www.presidio.edu/blog/13-reasons-to-attend-professional-conferences/



¿Qué hago en el primer día de trabajo?

La buena noticia es que ¡ya tienes trabajo! La mala noticia: una imagen vale más que mil palabras. Después de que hiciste un buen CV, pasaste todas las entrevistas y cerraste tu contratación; estás ante tu primer día de trabajo. ¿Qué hacer ese primer día para que la gente no crea que cometió un error al contratarte? ¿cómo empezar con el pie derecho? He tenido la oportunidad de recibir a muchas personas en su primer día de trabajo en distintas organizaciones y quiero compartirte una brevísima guía de aquello que he visto que funciona.

–  Antes del primer día: una vez que ya cerraste tu contratación y te dijeron el día en que te debes presentar, asegúrate de preguntarle a la persona de recursos humanos o tu nuevo jefe (o quien sea que esté en el área de contrataciones) algunos datos útiles que te podrían servir: ¿cuál es el horario? ¿existe un código de vestimenta que deba conocer?

Investiga las rutas para llegar a tu trabajo, ya sea que vayas en transporte público, caminando, en bici o en tu propio coche, practícalas anticipadamente y ve cuál es la que mejor te conviene. Ojo: trata de hacer estas prácticas en días hábiles y lo más parecido al horario en el que trabajarás (muchas veces hacemos esto en pleno domingo sin tráfico y descubrimos que el lunes a la hora pico esa es la peor ruta). Al tiempo total del recorrido agrega diez minutos para asegurarte que llegarás a tiempo el primer día. Y ¡ten un plan b a la mano por cualquier cosa!

Haz tu tarea (si no la hiciste previamente para la entrevista): investiga bien a la empresa, sus competidores, revisa su sitio de internet, sus redes sociales, etc. Si eres súper geek incluso puedes programar alertas en Google con el nombre de la empresa o el nombre de tu jefe.

– El primer día en tu trabajo. Controla un poco tu carácter, ya sea que seas súper extrovertido o súper introvertido, trata de llevar esto (por lo menos el primer día) a un punto medio. También ¡pregunta, pregunta, pregunta! Pregunta si existen manuales de inducción o reglamentos que debas conocer. Investiga cómo se hacen los registros de asistencia (o de horas) y asegúrate de alguien te ayude a registrarte para tener acceso a la oficina. Hay muchas oficinas que tienen códigos súper específicos para todo: vestimenta, papelería, impresiones, uso de espacios y hasta celebraciones de cumpleaños. Pregunta sobre lo que se acostumbra para la hora de comer y sobre si hay un lugar específico para hacerlo (hay algunas oficinas donde no puedes comer en tu lugar). Pregunta si existe un directorio de personas, cargos, teléfonos, mails, etc. y de igual forma si tienen un organigrama que puedas ver. Pregunta por la ruta de evacuación y qué se hace en caso de alguna contingencia.

Asegúrate de que la oficina tenga toda tu documentación y cosas necesarias para tu debido registro (y que todo esté en orden para que después recibas ¡tu primer pago!).

– Durante los próximos días. Conoce a todos con los que estarás involucrado en tu trabajo y a todos tus compañeros de equipo. Intenta tener una reunión en privado con tu jefe y de conocer su manera de liderazgo y de comunicación. Evitarás malentendidos si le preguntas cuál es su estilo para trabajar y averiguas cómo le gusta que se entreguen las cosas.

Enfócate en tus nuevas tareas, (la organización no espera que resuelvas de la noche a la mañana aquello por lo que fuiste contratado), pero ir alcanzando pequeñas metas te harán avanzar firmemente en tu carrera. Si te asignan una tarea pregunta por la fecha de entrega y asegúrate de cumplirlo cabalmente. Pregunta con quién te puedes apoyar si tienes dudas (muy probablemente no quieras molestar a tu jefe con cosas que alguien más sabe, conoce y domina).

Ten un poquito de iniciativa. Después de terminar o de cumplir tu primer objetivo, no te recluyas en tu lugar a esperar que tu jefe venga y te diga qué es lo siguiente que tienes que hacer. Si cometes algún error durante la primera semana, asegúrate de disculparte y enmendar tu falla con quien sea necesario.

Recuerda que nadie espera que sepas todo durante el primer día o semana. Todo inicio de ciclo conlleva nervios, ten en cuenta que no eres ni el primero ni el último en pasar por esa situación. ¡Mucho éxito!

Cómo recibir feedback y no morir en el intento

Siempre da miedo escuchar lo que la gente piensa de nosotros, por lo que es común que en el área laboral huyamos de ese incómodo momento en el que nos dicen para qué somos buenos (y no tanto). Pero pedir retroalimentación no solo es un paso que todos deberíamos dar, es una muestra de que estamos interesados en mejorar nuestro trabajo y corregir ciertas fallas que tal vez no estábamos enterados que existían. Pero a veces no solo es cuestión de pedir feedback, si no saber qué hacer después de que nos dicen nuestras verdades.

En este post te damos una breve guía para saber cuándo pedir retroalimentación, cómo tomarla y qué hacer con ella.

1. No tengo idea si lo estoy haciendo bien

Si has llegado a este punto, probablemente tus jefes tampoco han tomado cartas en el asunto (cualquiera que sea la razón). Este es el momento de ser proactivo. Si no hay reuniones para ello, pide una. Puedes decir algo como “Quisiera tomar un rato de tu tiempo para que me des retroalimentación sobre el trabajo de los últimos meses” o “Quisiera saber cuál es tu opinión sobre los resultado que estamos teniendo en este proyecto”. Recuerda, en este caso, ya tienes puntos positivos por iniciativa.

Te sugerimos que el espacio de retroalimentación sea cerca del fin de semana. Así podrás absorber las críticas durante tu tiempo libre y empezar con energías renovadas el lunes. Si tu jefe prefiere hacerlo el lunes, entonces es bueno estar preparado mentalmente, y saber que después de esta junta, habrá que hacer cambios inmediatos.

Como freelance, solicitar feedback es algo básico y que debe ser constante. Busca la manera de integrarlo a todas tus reuniones.

2. Ante todo, la calma

Llegó el momento… respira profundo. Ten presente lo siguiente: la empresa u organización siempre querrá que utilicemos todo nuestro potencial, esto significa que siempre encontrarán (sí, eso que te imaginas) “áreas de oportunidad” en las cuales podemos trabajar.

Cuando escuches las críticas correspondientes, o estés leyendo los resultados de tu evaluación, no recibas las palabras como un juicio que reafirma lo bueno o malo que ya pensabas acerca de ti mismo. Al contrario, mantén una mente abierta y una actitud de crecimiento profesional. Aunque es imposible eliminar nuestras emociones, mejor procura pensar en cómo realizarás cambios.

Por ejemplo, imaginemos que te dicen: “Falta generar contenido más variado, está empezando a parecer lo mismo”. Si tú eres el creador de dicho contenido, debes saber que tu jefe está ahí para denotar los aspectos que quizá tú has dejado pasar desapercibidos al estar tan metido en lo que haces. Vuelve sobre tus pasos.

Antes de terminar, es tu turno de hablar. Lo que te digan podría ser muy vago. Algunas preguntas válidas de acuerdo a Fast Company son:

–        ¿A qué te refieres exactamente con este punto?

–        ¿Qué te llevó a decir o pensar eso?

–        ¿Qué consideras que debería hacer diferente?

–        ¿Qué acción de mi parte haría la diferencia?

Enfócalas en el trabajo y no en ti. Así, al final podrás decidir si el mensaje fue útil o si lo puedes desechar. Por cierto, siempre da las gracias al terminar. Del otro lado, los jefes o clientes están buscando la mejor manera transmitir sus ideas.

3. Manos a la obra

Si prestamos atención, la parte más difícil no es escuchar las críticas (a menos que hayan sido excesivamente duras y en frente de todo el equipo, lo que no es muy profesional). Es saber qué hacer con ellas. ¿Te ha pasado que después de un mes de haber recibido retroalimentación las cosas se sienten igual?

Si te quedaron dudas, o te sentías muy abrumado durante la junta de feedback, siempre puedes solicitar otra reunión donde platiquen a fondo sobre específicos. A mí me sirve darme un tiempo (breve) para pensar, y luego regresar con alguna propuesta que solucione ese particular tema que no está funcionando. De esta manera, sé si entendí dónde estaba el problema, y si mi idea está bien encaminada.

Para ahondar más en esto, te recomendamos el libro de Sheila Heen. Thanks for the feedback: the Science and Arte of Receiving Feedback http://www.amazon.com/Thanks-Feedback-Science-Receiving-Well/dp/0670014664

Aprende a programar o estás muerto

Seguro has escuchado que todos deben saber programar o escribir código. Los lenguajes de programación no son nada nuevos, sin embargo, la necesidad de saber usarlos es cada vez mayor al grado que si no sabes codificar estás muerto… al menos en el mundo laboral. El lenguaje de programación tipo HTML o CSS, por mencionar algunos, ya no son exclusivos de los programadores o de los ingenieros en sistemas o computación pues la utilidad y aplicación del lenguaje de programación aplica para todo tipo de ocupaciones o empresas (no por nada lo llaman el skill del siglo XXI). Saber un poco de código impresionará a tus jefes o reclutadores, te hará un profesionista valioso para la empresa y te ayudará a tener una carrera más lucrativa.

Aquí hay algunos beneficios que llegarán a ti por saber escribir código, a pesar de que no seas programador.

1. Apantalla a los reclutadores. Utilizando el lenguaje de código podrás construir un sitio web con tu información profesional y que tenga tu CV o portafolio. Esto te hará sobresalir del resto de los candidatos, especialmente cuando le digas al reclutador que tú mismo armaste el sitio.

2. Diseña el correo o newsletter de tu empresa. Un gran numero de empresas utilizan el correo electrónico como herramienta de marketing y comunicación con sus clientes. La mayoría de los editores de mailing o correo utilizan lenguaje de código HTML o CSS, así que podrás diseñar y organizarlo de tal forma que sea atractivo para los clientes.

3. Te amarán los de sistemas. Es mucho más fácil comunicarse si hablan el mismo idioma. Al entender el idioma de programación podrás comunicarles eficientemente los problemas de la página de internet de la empresa o los problemas con los newsletters que envían.

4. Procesa y visualiza texto y datos. Con un poco de conocimiento de HTML o CSS podrás utilizar plataformas como D3 que te permiten presentar datos o texto de formas dinámicas y de esa forma dejarás de lado las típicas gráficas de Word o Excel.

Existe el mito de que debes ser una especie de genio en ciencias o matemáticas para aprender a programar. Incluso algunos piensan que deben regresar a la escuela para aprenderlo. Lo único que necesitas es saber es el proceso y luego practicarlo repetidamente. Puedes formarte un muy buen portafolio juntando tus meses de práctica. Recuerda que los skills computacionales son básicos aunque tengas un trabajo que no amerite nada técnico.

Ahora bien, ya viste que saber código te puede ayudar en una variedad de actividades en el trabajo y seguro te preguntas ¿cómo aprendo a programar? ¿por dónde empiezo? Hay varias opciones de cursos en línea que te permiten aprender desde cero. Yo quise probar una de ellas y sin darme cuenta, había pasado más de 30 minutos frente a la computadora super divertida aprendiendo lo más básico del programa. Te dejo algunos ejemplos para que te animes:

1. Codeacademy. Este sitio es gratuito, está en español y es muy popular, de manera que te pone en contacto con una comunidad de programadores de todos los niveles que te ayudarán a codificar. (link: http://www.codecademy.com/?locale_code=es)

2. Kahnacademy. Aquí encontrarás cursos de todo tipo, en inglés y en español.  Los de programación son particularmente recomendables y lo bueno es que puedes utilizar la plataforma en tu computadora o en tu Smartphone, así que podrás aprender a programar sin importar en dónde estés. (link: https://es.khanacademy.org/)

3. Coursera. Este sitio ofrece clases en línea con una estructura más similar a las clases en la universidad en donde tienes tareas, lecturas y ejercicios que deben de ser entregados para que te lo califique el profesor. La ventaja de estos cursos es que tienen más estructura y te obligan a tener un poco más disciplina. (link: www.coursera.org )

4. TryRuby: Esta plataforma te enseña a programar en el lenguaje Ruby, que es un lenguaje japonés que está cobrando fuerza por su eficiencia y sencillez. (link: http://tryruby.org/)

Dale una oportunidad a uno de estos sitios y empieza a programar, en menos tiempo de lo que crees podrás crear un sinfín de cosas que te pondrán a la vanguardia en el trabajo.



El terror de no ser contratado

Aceptémoslo. Todos hemos pasado por el tedioso proceso de entrevistas y selección de candidatos para un puesto. Además de alterar tus nervios; sacrificas tiempo y esfuerzo a una causa que muchas veces no tiene un final feliz. Sí, es terrible no quedarse en algún trabajo, pero muchas veces las razones son diferentes a las que creías.

Seguro surgen en tu cabeza muchas preguntas al recibir ese correo (si es que la empresa te avisa) en donde te avisan que lamentablemente no obtuviste el puesto. “¿Qué hice mal?” “¿Por qué se quedó la otra persona?” “¿Qué me faltó?”. Es por eso que me di a la tarea de hablar con expertos en reclutamiento para que nos expliquen qué los hace elegir a un candidato sobre el otro. Espero que después de leer este post, ya no te sientas tan mal.

Un buen candidato necesita dos cosas: debe tener ciertas competencias conductuales (comunicación, negociación, trabajo en equipo, etc.) y técnicas de conocimiento y experiencia. Esto quiere decir que aunque seas un genio en lo que haces, la gente de reclutamiento se fija muchísimo en la empatía y las aptitudes sociales.

“A veces los candidatos traen un discurso muy bueno pero a la hora de ejecutar no lo hacen muy bien. Hay mucha gente protagonista y que no sabe comunicarse, trabajar en equipo”, dijo Sergio Gutiérrez, especialista en formación y desarrollo de VolksWagen Bank. Obviamente hay un perfil ideal para cada posición, pues no es lo mismo aplicar para finanzas que para el área de marketing, pero existen habilidades que para cualquier reclutador son básicas y necesarias. Puede pasar que hayas sorteado todos los filtros y exámenes de RH, pero si el último filtro es tu futuro jefe, y no hay química alguna, es muy probable que eso pese más que otras cosas.

Obviamente el proceso de la entrevista es básico. Cuenta desde tu forma de saludar, presencia, CV, y las preguntas que hagas. ¡Sí, quedarte callado para no parecer intenso no ayuda mucho!

“Me gusta mucho una persona que, para un puesto gerencial haga buenas preguntas orientadas al rol como cuántas personas estarán en su equipo, cuáles son los principales clientes y qué métricas tienen. Me gustan las preguntas precisas y profundas”, comentó una especialista en Recursos Humanos con 11 años de experiencia, quien ha trabajado en sectores como minería, finanzas e ingeniería.

Muchas veces uno pone cosas en su CV para que suenen mejor de lo que en verdad fueron, y créeme, los reclutadores se dan cuenta cuando alguien miente. “Nosotros esperamos que la información tenga lógica y coherencia con su CV, con lo que preguntamos con las referencias y demás… esperamos que en lo que digas que eres especialista sea verdad”, agregó Sergio Gutiérrez.

Pero, ¿qué pasa cuando ya pasaste todo el proceso, viste que tu competencia era solo un candidato, y no te quedaste con el puesto?

Para Nadia Aguilar, HR Business Partner de la empresa Hilti, es cuestión del fit cultural. “En Hilti tenemos la cultura de feedback y valores enfocada a la gente. Si no lo encontramos en el candidato no lo contratamos aunque tenga los conocimientos”.

Aguilar narra el caso de un candidato súper bueno para una posición financiera, pero que durante el assestment (entrevista grupal de 9 a 12 candidatos con casos prácticos donde resaltan áreas de oportunidad y fortalezas) era demasiado altivo y arrogante. «Hacía gestos, se la pasaba contradiciendo a los otros candidatos haciéndolos sentir mal. No se quedó a pesar de ser el mejor por mucho».

Todos los reclutadores entrevistados concluyen que definitivamente casi el 90% de las veces tiene que ver con la empatía, además de que la respuesta final la da el jefe inmediato. Ellos siempre buscarán a quien le inspire más confianza de los dos perfiles.

“A veces nosotros le pasamos dos o tres candidatos finalistas al jefe inmediato. Aunque los tres tengan un gran perfil, si uno de ellos viene de una empresa por la cual el jefe siente cierta afinidad y además está familiarizado con los procedimientos de ese lugar, ese candidato se quedará. Así que a veces no es por falta de aptitud, son muchos factores que no dependen de la persona”, agregó la especialista en Recursos Humanos.

Los reclutadores también pueden llegar a descalificarte si ven falta de compromiso o por no darle seguimiento cercano al proceso. Otro caso es cuando los candidatos tienen expectativas salariales y de crecimiento mayores a lo que la empresa puede ofrecer, por lo que no es redituable avanzar con esa persona.

Algo que resulta obvio pero fue un denominador común para los reclutadores…. ¡Saber inglés es básico! Y a pesar de que manejar paquetería de Office ya no es un must, mucha gente no sabe usar Excel para lo mas indispensable, como ordenar bases de datos.

Para cerrar les dejo uno de los mejores consejos que me dio la gente de reclutamiento: “Buscar empleo es como un empleo”. Esto quiere decir que no basta con subir tu CV a una bolsa de trabajo. Hay que dedicarle de 5 a 8 horas diarias y ponerse objetivos de X número de entrevistas a la semana. Además recuerda que muchas empresas dan segundas oportunidades. Si no fuiste un candidato idóneo para cierta área, te pueden recomendar con otras personas de la misma empresa.

¡Quítate el miedo!



Siete competencias indispensables en marketing

Me gustaría empezar contándoles que yo estudié mercadotecnia y verdaderamente fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Llevo once años dedicándome a esto y les puedo decir que todos los días me levanto feliz por los retos que tendré que cumplir cada día. Durante estos años he pasado por varias empresas trasnacionales de todo tipo de culturas –corporativo y agencia— en distintos puestos desde becaria hasta tener la dirección y les puedo decir que en pocas carreras he visto personas tan apasionadas en lo que hacen.

Hay todo tipo de empresas, unas enfocadas más en mercadotecnia, otras en ventas, otras con múltiples lanzamientos pequeños y algunas más con grandes lanzamientos. Pero para que puedas ser exitoso en cualquiera de estas empresas tienes que hacer algo fundamental que es: desarrollar competencias.

Y ¿a qué me refiero con esto? Hoy en día un alto porcentaje de tu evaluación no será solo por conocimientos o resultados, además de esto tendrás que desarrollar habilidades y competencias para poder crecer en la empresa.

¿Qué tipo de habilidades  o competencias debe tener un mercadólogo?

Las primeras dos son liderazgo y trabajo en equipo. ¿Por qué? De entrada si tu tirada es trabajar en mercadotecnia tendrás que colaborar con muchísimas personas dentro de la empresa, tendrás que tratar con todas las áreas internas como son: ventas, customer mkt, finanzas, logística, legal, recursos humanos, comunicación, entre otras. Pero además la ventaja es que en la mayoría de los casos también tendrás el apoyo de agencias como de BTL, eventos, PR, influencer y giveaway trabajando para ti de manera que puedas lograr tus resultados. Así que si eres un buen líder y sabes trabajar en equipo harás una gran diferencia.

Pasando a un tema del día a día en la mayoría de los casos tendrás que priorizar y trabajar bajo presión. Se podría decir que en mercadotecnia casi todo es urgente. Recibirás muchos mails, tendrás muchas juntas, muchos análisis y muchas actividades qué hacer. No te preocupes, todo se puede; simplemente tienes que desarrollar esta habilidad para poder hacer bien tu trabajo.

Aquí van otras dos competencias que considero muy relevantes. La tercera es manejo de conflictos y una cuarta es la orientación a resultados. Tendrás que ver con muchas personas de distintos perfiles, unas más emocionales y otras más racionales, todas de distintas carreras y edades. Así que si aprendes a manejar este tipo de conflictos, más los que saldrán del mercado como aumentos de precio o cambio de leyes, más lo que origine tu competencia podrás crecer rápidamente en la empresa.

Un mercadólogo necesita además estas otras competencias básicas: ser crítico y tener capacidad de comunicación. Si no comunicas claro lo que buscas de cada persona, las cosas se retrasarán o no funcionarán. Siempre ten claro a quien te diriges y cuál es el objetivo que buscas.

Y por último la séptima competencia. Debes ser un estratega puesto que mueves las piezas del ajedrez. Sin tu equipo (y con eso me refiero a todos con los que trabajas) no puedes pero, si eres líder y marcas bien la estrategia, conseguirás excelentes resultados.

Al tener contacto con muchos universitarios me di cuenta de que la mayoría carecen de estas competencias como la empresa lo requiere, por eso creamos Working Transition Program en donde desarrollamos las competencias que necesitas desde seleccionar tu trabajo ideal, conseguirlo y crecer exponencialmente en la empresa. Si quieres estar un paso delante de los demás y lograr estos objetivos.

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Ahora sí acabo la tesis

Uno de los últimos retos que tienes que sortear para terminar la carrera y obtener tu título es terminar la tesis. A pesar de que algunas universidades cuentan con distintos mecanismos para obtener el grado de licenciatura, muchas de ellas exigen que los alumnos desarrollen un trabajo de investigación original y lo defiendan ante un sínodo.

Muchos alumnos se encuentran en la situación donde ya hicieron la investigación, tienen una pregunta y una estructura de cómo responderla pero aun así no terminan. Terminar la tesis es combatir escenarios de procastinación, ansiedad, distracción y desaliento que hacen parecer la tarea como un desafío imposible de vencer. Sin duda hacer la tesis no es una tarea sencilla pero no tiene por qué ser imposible. Aquí te dejamos unos consejos para terminarla:

1. Ante la hoja en blanco, ¡escribe!. No existen atajos ni remedios mágicos, el único truco que necesitas para terminar la tesis es escribir, escribir y escribir. Escribe sin pensar si es perfecto, si el argumento es totalmente claro o si la redacción es adecuada.

2. No esperes el momento de genialidad. Dado que escribir es pensar, no puedes esperar que los pensamientos más creativos e iluminados aparezcan en la página inmediatamente. Las mejores ideas siempre vienen después de varias horas de escribir y tratar de trasladar los pensamientos de tu cabeza a una página en blanco, volver a leer lo que escribiste y debatir contigo mismo si lo que escribiste es en realidad lo que tenías en mente.

3. No mezcles tus ideas. Si bien escribir ayuda a que las conexiones fluyan, uno no puede escribir todo al mismo tiempo. Así que inaugura una hoja de notas organizada por secciones para volcar las ideas geniales que surgen a la mitad de la escritura. De esta forma no se te olvidarán pero tampoco se mezclarán con el tema que estabas desarrollando en ese momento.

4. Establece fechas de entrega. A partir del índice de trabajo pide a tu asesor que fije las fechas de entrega de las secciones del mismo. Esto evitará que te distraigas y una vez que tengas avances, te servirán de motivación para seguir adelante. Además le dará oportunidad a tu asesor de revisar tu trabajo por partes y hacer los ajustes necesarios sobre la marcha.

5. No pierdas tus fuentes. Uno de los aspectos más importantes al hacer una tesis está en la investigación que haces del tema para poder contestar tu hipótesis. Al momento de escribir seguramente utilizarás ideas o citas textuales de otros autores que tendrás que reconocer a través de una nota al pie de página y en la bibliografía. Cuando estás escribiendo puede resultar tedioso citar perfectamente tu fuente. Una buena idea es insertar la cita en el texto y poner los elementos básicos de la nota bibliográfica como el autor, titulo, edición y, sobre todo, el número de página sin preocuparte por el formato. De esta forma tendrás claro de dónde viene la idea que estas desarrollando y una vez que estés dando formato a las citas la tarea será mucho más rápida.

6. No trates de escribir la “gran obra de tu vida”. La tesis de licenciatura tiene como objetivo mostrar algo relativamente sencillo que es: tu capacidad para plantear una buena pregunta y responderla de manera estructurada con un correcto uso de fuentes, datos y literatura del tema. Nadie espera que sea una pregunta inédita o que ganes el premio Nobel. Es simplemente el último ejercicio para demostrar tu pericia como novel profesionista que tiene todavía mucho por delante.

7. No te presiones. Lo más probable es que ni tus padres, ni tus hermanos mayores, ni tus mejores amigos lean tu tesis. ¡No pienses en ellos, ni en sus expectativas cuando estés escribiendo! Y quienes sí la leerán como tus asesores y sinodales (quienes estuvieron en tu lugar) lo único que quieren es ver un esfuerzo sincero, disciplinado y que muestre un razonamiento interesante.

Así que, ¡Ánimo y que termines pronto!