Y ahora el examen profesional

Ya terminaste materias, ya liberaste el servicio social, aprobaste todas tus materias, y por fin terminaste la tesis, ahora sí lo único que  se interpone entre tu título y tú es el examen profesional. Este es el último obstáculo para que te vuelvas un joven profesionista.  La importancia del examen profesional va más allá de la experiencia o del momento que representa en tu desarrollo como estudiante pues es una experiencia que te ofrece la oportunidad de aprender o poner a prueba ciertas competencias que utilizarás en tu futuro profesional.  Frecuentemente, entre las prisas por terminar y la emoción de cumplir con todos los requisitos no preguntamos o no nos enteramos de cómo es un examen profesional y qué se espera de ti como alumno.  Al menos a mí me pasó que apenas un día antes de mi examen profesional me enteré del formato, duración y dinámica, lo cual no ayudó a los nervios y al estrés. Para que no sufras como yo, aquí te van unos consejos.

¿Cuál es el formato? 

La estructura de los exámenes profesionales varía y depende mucho de la institución educativa, la carrera y el tipo de trabajo de titulación que realizaste, así que lo mejor es preguntar a tus asesores, sinodales o profesores. Sin embargo, la mayoría consta de una exposición de tu trabajo de titulación o tesis que puede durar entre quince minutos a más de una hora seguido por varias rondas de preguntas y respuestas. Durante esta exposición se busca que puedas explicar la motivación detrás de tu tesis, la pregunta de investigación que la motivó, el planteamiento metodológico que usaste para responderla, y los hallazgos más importantes del estudio. Más allá de la duración, los sinodales calificarán tus competencias de expresión oral y  de argumentación lógica y clara. Es decir, evaluarán que tanto conoces tu trabajo y que tan bien lo puedes defender.

No tienes que estudiar

Un examen profesional no es una evaluación tradicional en el sentido que puedas repasar de alguna guía o materia en específico pero eso no quiere decir que no evaluarán algunos conceptos y competencias que adquiriste a lo largo de la carrera y especialmente durante la elaboración de tu tesis o trabajo final lo cual sí deberás repasar a manera de tener toda la información fresca aunque seguramente dominas el tema.

Conoce a tu público

Cuando preparas una presentación uno de los aspectos más importantes es conocer a quién se las vas a presentar. En el caso del examen profesional, la audiencia más importante son los sinodales pues ellos son quienes decidirán si apruebas o no. Por lo tanto, es importante que puedas conocer quienes formarán parte del sinodo para así poder anticipar el tipo de preguntas que te harán o los temas que tocarán a la hora de las preguntas y respuestas. Si no puedes conocer de antemano quien tienes que tener en cuenta que hay distintos tipos de sinodales que van desde el que se quiere lucir y habla más de lo que pregunta o cuestiona, el que se porta mala onda y pregunta cosas sumamente específicas sobre tu trabajo para ponerte en aprietos y el que quiere que te luzcas y te deja el protagonismo.

Consulta tu tesis

No importa si terminaste la tesis hace años o si está recién salida de la imprenta tienes que leerla a consciencia muchas veces. Seguramente encontrarás errores de dedo, de formato y te mortificarás de algunas cosas que escribiste. Es normal. Aprovecha esta oportunidad para leerla con ojos frescos, de corrido y tratando de escuchar la historia que estás contando para poder replicarla de manera sintetizada el día del examen.

“Decora” tu tesis

Una vez que hayas leído tu tesis varias veces, es momento de marcar las páginas clave en donde se encuentran elementos como la pregunta de investigación, tus hipótesis, la manera en que las pones a prueba y los resultados más importantes.  Utiliza marcadores de varios colores para resaltar los distintos tipos de contenidos como preguntas, argumentos, tablas, gráficas o imágenes que te puedan ayudar al momento de explicar o defender tu trabajo. En otras palabras, transforma tu tesis en un “acordeón” que te pueda ayudar si entras en aprietos durante la examinación.

Créete experto/a

Uno de los mejores consejos que me dio mi asesor de tesis antes de entrar al examen profesional es que nadie conoce tu tesis mejor que tú. Quizá los sinodales que tengas en frente son expertos en el tema y sin duda tienen más experiencia que tú, pero no conocen el contenido y los detalles de tu trabajo como tú. Recuerda que mientras más confianza tengas en lo que escribiste más sólida será tu defensa.

Sin duda el examen profesional es una de las experiencias más emocionantes ya que marca el inicio oficial de tu vida profesional así que aprovéchalo, fortalece tus conocimientos y competencias.

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