Es viernes por la noche. Después de una semana pesada, tú y tus amigos se preguntan ¿Cuál es el plan para el fin?. Deciden salir a un bar para el ‘pre’. Después de varios tragos, optan por irse de fiesta, van al antro de moda y abren la primer botella de tequila. Casi sin que lo percibas, son las cuatro de la mañana, tú y tus amigos se sienten tan felices que siguen la fiesta en casa de alguno de ustedes. El sábado, todos despiertan y recuerdan que ese día hay fiesta, de nuevo, por el cumpleaños de otro amigo. Así que, bajo el lema “X somos chavos”, se lanzan a la fiesta sólo para terminar el domingo, a media tarde, tumbado en un sofá con un malestar descomunal, pero eso sí, con la firme idea de que se debe vivir el momento.
Seguro te ha pasado alguna situación similar, y si fue así, eres afortunado de despertar al siguiente día, porque muchos jóvenes que vivieron la misma historia, no tuvieron oportunidad de hacerlo. Muchos de esos jóvenes, como tú ahora, forman parte de las 24 mil personas que mueren anualmente en México en accidentes automovilísticos causados por el alcohol o quizá pertenezca a las 12 mil 500 personas que fallecen por enfermedades del hígado relacionadas con el consumo de alcohol.
Si el siguiente fin de semana piensas salir de fiesta, disfrútalo al máximo pues, seguramente aún no padeces algunas de las 200 enfermedades que se asocian al alcohol como cirrosis, diabetes, hipertensión arterial, varios tipos de cáncer como de garganta, esófago y pulmones o aún no sufres de un infarto o derrame cerebral, pero además, si no has tenido nada de esto, celebra a lo grande porque eres muy afortunado, en el mundo mueren al año 300 millones de personas por estos padecimientos derivados del alcohol.
Se dice que el futuro es de los jóvenes. No es mentira, pero cuál será ese futuro en dónde 63% de la población consumidora de alcohol son adolescentes y jóvenes de entre 12 y 24 años de edad. ¿Qué futuro deseas? Aquel en donde dependes de una sustancia o peor, vivir con las consecuencias de una enfermedad, porque el alcoholismo lo es, o mejor un futuro en cual te desarrolles plenamente, disfrutes y en verdad vivas cada momento de tu vida de una manera sana.
No hay nada de malo en beber un par de cervezas o tragos con tus amigos, en alguna reunión o evento, lo realmente alarmante es la cantidad que se bebe. Así como los comportamientos de riesgo adoptados después de ingerir alcohol. Inicias siendo buena copa, pero mientras más tragos consumes podrías convertirte en el mala copa de la fiesta. Lo que en un inicio te podría parecer una mala idea, terminas por hacerlo, por ejemplo conducir en estado de ebriedad o beber de un trago una botella completa de whisky. Algo que te parece gracioso, en un abrir y cerrar de ojos se vuelve trágico, de ser el alma de la fiesta podrías pasar a convertirte en el payaso, o peor aún, en el asesino de las personas que iban en el auto contigo o de aquel peatón que sin estar de fiesta resultó perjudicado por tu “diversión”.
Al final tú decides cómo te gustaría ser recordado. Con una sábana blanca sobre tu cuerpo o realizando cada uno de tus proyectos y sueños. Recuerda, prevenir es tarea de todos pero quien decide tomar ese trago extra o conducir alcoholizado, eres tú.