En el ecosistema emprendedor existen varios elementos que conviven entre sí: inversionistas, aceleradoras, modelos de negocio, emprendedores e incubadoras. De éstos últimos queremos hablarte; así que, si estás pensando en emprender con una incubadora (o sin ella) tienes que seguir leyendo este artículo.
¿Qué es una incubadora de empresas?
Así como cuando un bebé nace prematuramente y requiere de estar en una incubadora, para un emprendimiento, la incubadora brinda asistencia para que crezca bien. Con esa idea en mente, estas entidades ofrecen asesoría financiera, técnica, de negocios, legal y de marketing; además, también ofrecen un espacio en el que los emprendedores pueden trabajar y tener reuniones con aliados y potenciales clientes, además de acercarlos con inversionistas.
Una incubadora ofrecerá 3 tipos de servicios:
- Preincubación: donde asesora al emprendedor sobre la idea de negocio que tiene, para poder ponerla en marcha.
- Incubación: asistencia para el inicio de operaciones del negocio.
- Postincubación: acompañamiento para mejorar el negocio ya incubado.
Hay ciertas incubadoras que lanzan convocatorias para incubar proyectos de alto impacto, totalmente gratis. Aunque, también la gran mayoría cobra por sus servicios con costos que pueden ascender a varios miles de pesos.
Razones para emprender con una incubadora
1. La experiencia
Todas las incubadoras han visto pasar un buen número de proyectos entre sus filas, algunos buenos, otros no tanto, pero ellos saben de primera mano las ventajas y desventajas de los sectores industriales; e incluso, en muchas ocasiones, te ponen en contacto con aliados que se pueden convertir en puntos clave para tu emprendimiento. Incluso existen incubadoras especializadas en cierto tipo de proyectos, sólo es cuestión de encontrar la adecuada.
2. El conocimiento
Las incubadoras están formadas por equipos multidisciplinarios que te brindarán asesorías en todo lo que vas a necesitar saber para que tu idea de negocio tome forma. Desde los trámites legales, hasta los cálculos y ajustes financieros que necesitará tu modelo de negocio.
3. El tiempo
No es necesario que incubes tu idea de negocio; pero sí es muy recomendable, de otra forma, tendrás que tomar el camino largo para entender por ti mismo todo lo que podrías aprender en una incubadora. Digamos que, es cómo un atajo, aunque siempre puedes hacerlo por tu cuenta, a través de cursos en línea, ensayo y error, mentorías y otro tipo de ayuda a emprendedores.
4. La validación
Desde el primer momento en que acudes a pedir informes, lo primero que te van a preguntar: «¿Cuál es tu idea de negocio?». Ellos te ayudarán a saber si tienes una buena idea con posibilidades de abrirse paso en el mercado o si en realidad deberías de pensar en otra cosa.
5. La inversión a largo plazo
Si bien es cierto que las incubadoras cobran cierta cantidad por sus servicios, debería de considerarse no como un gasto, más bien como una inversión; pues, el conocimiento y el valor agregado que le aportan al emprendimiento le permiten crecer de una manera más rápida, disminuye el riesgo de fracasar y brinda herramientas a los emprendedores para guiar correctamente a su proyecto.
Una incubadora es sólo una herramienta para mejorar la idea de negocio y el crecimiento real que tenga una empresa dependerá solamente de las acciones de sus miembros.
Si estás buscando los servicios de una incubadora pero no sabes por dónde empezar, te puede interesar nuestro artículo con las mejores incubadoras universitarias. y si aún no decides qué emprender, recuerda que puedes tomar este curso en línea para convertir tu idea en empresa.