Como seguramente ya has escuchado la economía y las condiciones de trabajo, en especial la “forma de trabajar”, ha cambiado drásticamente en los últimos años. La globalización, la tecnología, internet, los cambios demográficos y los cambios de estilo de vida y de los procesos de producción han generado una diversidad de alternativas para trabajar y desarrollar tu carrera profesional.
En ese contexto, trabajar por cuenta propia (freelance) se ha convertido ya en un estilo de vida para muchos. Esto es, ya no es sólo una forma de complementar el ingreso o bien, algo que puedes hacer en lo que encuentras trabajo o si te despiden. Ya es algo que la gente decide hacer por propia voluntad y algo en lo que se dedica tiempo completo.
Pero cuidado, elegir el camino de freelance no implica que entonces no tengas que buscar desarrollar y vender competencias. De hecho, es todo lo contrario pues si bien no tienes un “jefe” como tal y no serás evaluado constantemente por un área de recursos humanos si tendrás clientes y competidores. Ellos, además de evaluar y tomar en cuenta los resultados que generes, van a poner mucha atención –entre otras cosas—, en como trabajas, en si eres puntual, en si sabes cómo tratarlos, en si te apegas a los tiempos del proyecto, etc.
Así que mucho, por no decir todo lo que sugerimos en Profesionistas.org.mx, aplica tanto para una carrera profesional corporativa como para una carrera como freelance.
Algunas cosas que tienes que tomar en cuenta para construir tu carrera como freelance.
– En la sociedad mexicana, la idea de ser profesionista independiente aún no se extiende. Si ser emprendedor es visto como una afición al peligro –algo que aplaudimos en la calle pero en privado rehuimos–, trabajar como freelance es considerado como algo peor: una forma de sub-empleo, fracaso o hippismo; el resultado de la incapacidad para conseguir un empleo decente y normal. O sea, se piensa que trabajar freelance es siempre por necesidad, no por gusto. Así que a la hora de vender tus servicios deja claro que es algo que estás haciendo por gusto, de tiempo completo y, sobretodo, no dejes de mencionarle al cliente o empresa que contrate tus servicios de la conveniencia de contratarte como freelance.
– Aunque tu proceso de contratación y de interacción laboral será diferente que el de alguien que aplique y trabaje en un ambiente corporativo, es necesario que también cuentes con unos ejemplos de tu trabajo y con evidencia de las competencias que estas ofreciendo. Para ello, se muy claro en lo que hiciste y en lo que lograste. Comparte con tus posibles clientes evidencia de proyectos que hayas hecho y de resultados que hayas conseguido.
– Una de las cosas más difíciles a las que te vas a enfrentar va a ser la de cobrar por tus servicios. Por una parte, el cliente tiene un incentivo a buscar pagarte lo menos posible y por otro lado para ti, como freelance, es muy difícil comprobar y justificar los precios que estas cobrando. Por ello es muy importante que averigües bien cuánto es lo que se está cobrando en el mercado para que lo tengas como referencia. No pierdas de vista el valor de tu tiempo y trata de estimar bien los materiales y el número de horas que vas a utilizar para que no termines “regalando tu trabajo”.
Ya sea en nuestras familias, sociedad, gobierno o universidades, seguimos enganchados en una visión del mundo laboral que está siendo rebasada por los hechos. No tengas miedo de inventar tu propio trabajo o tu propio esquema de trabajo. Solo ten cuidado en cómo lo haces y en ser muy claro y sincero contigo y con los demás acerca de las condiciones y circunstancias de tu trabajo y de, si el caso, cuáles serán las condiciones de los entregables.