Cuando somos niños, nuestros temores son fantasmas, monstruos, que no haya dulces y demás; ahora, de adultos, los miedos han cambiado un poco: el SAT, las deudas, el metro en hora pico y, por supuesto, las actas administrativas [efecto de sonido de relámpago]. Por eso, a continuación te vamos a explicar todo lo que tienes que saber sobre estas formas de castigo en las empresas.
Naturaleza de las Actas Administrativas
Las actas administrativas son la forma que tienen las empresas de poder amonestar a los trabajadores que han incurrido en alguna falta o práctica desafortunada en el ejercicio de sus labores. Existe una creencia generalizada de que un acta administrativa es la antesala del despido, pero esto no es del todo correcto. Quizá esto tiene que su origen con sus primas anglosajonas «last chance agreement», que en países como los Estados Unidos, Canadá o Reino Unido, sí representan una última advertencia para el trabajador. Así pues, si bien no quiere decir que un acta administrativa no sea necesariamente una señal para andarse con cuidado; esto no quiere decir que se le tenga que restar importancia.
Si bien la Ley Federal del Trabajo no habla expresamente de las actas administrativas, su fundamento si se encuentra en la fracción décima del artículo 423 de la propia ley, que se refiere a las sanciones establecidas dentro del Reglamento Interior de Trabajo.
Validez de las actas administrativas
Las actas administrativas no son elemento fundamental para despedir a un trabajador, pues para la rescisión del contrato de trabajo es necesario que esté acompañado por el aviso de rescisión. Ahora bien, si no se utilizan para despedir a un trabajador, ¿cuál es su uso? Pues, son muy útiles para acompañar la defensa de cualquier demanda ante las juntas de conciliación y arbitraje.
Para que un acta administrativa tenga validez ante la Junta de Conciliación y Arbitraje debe de tener dos aspectos fundamentales: que esté fundamentada en el Reglamento Interior de Trabajo (rit) y que esté firmada por, al menos, dos o más testigos del incidente por el que se está formulando el acta.
Las actas administrativas no tienen otro fundamento más que el RIT y si la empresa no tiene uno, el valor probatorio de las actas administrativas carecerán de validez. Por otro lado, al momento de presentar dicha acta como medio de prueba ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, debe de ofrecerse su perfeccionamiento con la ratificación en contenido y firma por parte de los signantes, tanto testigos, como el patrón y el trabajador.
Sanciones de un acta administrativa
Las sanciones que puede contener un acta administrativa deben de estar bien claras dentro del RIT, de la misma forma que las conductas que derivan en la formulación de un acta; sin embargo, la ley federal del trabajo dice que, la suspensión como medida disciplinaria, no puede ser mayor a ocho días; además de que el trabajador tiene derecho a ser oído antes de que se aplique la sanción.
Por todo lo anterior, piérdele el miedo a las actas administrativas, pero no les pierdas el respeto.