¿Conoces a algún Profesionista altamente preparado pero que carece de empleo? Es decir, alguien que tenga maestría o incluso doctorado, pero que por alguna u otra razón no encuentra empleo o, por el contrario, se encuentra en el subempleo; es decir, en un puesto que le queda ‘chico’ porque podría utilizar sus habilidades en algo mejor. Pues, esta es una situación que se repite día con día en nuestro país y es una de las causas del fenómeno del que hoy te queremos hablar: la fuga de cerebros.
Los que se van… para no volver
La fuga de cerebros, también llamada fuga de talento o Migración Altamente Cualificada (MAC), es un fenómeno que se produce cuando profesionistas con alta preparación académica se ven obligados a migrar a otros países, ya sea porque no encuentran oportunidades profesionales en su país natal o por otros motivos de índole social. Profesionistas con licenciatura y posgrado salen del país para no volver, pues encuentran mejores condiciones de trabajo y de vida en el extranjero.
De acuerdo con el Migration Policy Institute, la migración altamente cualificada de México hacia Estados Unidos ha crecido a tal grado que, año con año nuestro país pierde un 6% de su total de profesionales con título universitario o superior, debido en parte a la falta de oportunidades laborales y de crecimiento profesional en México.
Cuando un profesional se va del país por no encontrar condiciones de trabajo adecuadas, se pierde la inversión académica en esa persona.
Frustración por no encontrar empleo
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE-INEGI) al primer trimestre de 2020, la cantidad de personas desempleadas con educación media superior y superior ascendía a más de un millón; es decir, un millón de profesionistas que están buscando empleo activamente. Sin embargo, si miramos las cifras de la población subocupada, es decir que se encuentra en puestos de trabajo que no concuerdan con sus habilidades, la situación aumenta hasta casi el millón y medio de personas. Lo anterior sin contar con el 27.6% de la población económicamente activa que se encuentra en el sector informal.
La frustración por no lograr encontrar empleo (ya no hablemos de buen empleo) no es una tendencia nueva; sino que, por el contrario, ha venido creciendo durante las primeras dos décadas del siglo XXI, erosionando el concepto que se tenía sobre que el acceso a una educación universitaria, e incluso una educación de posgrado, permitiría obtener una mejor calidad de vida. De acuerdo con datos del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico A.C., la tasa de población desocupada con educación media superior y superior ha aumentado del año 2000 hacia el 2017:
También, de acuerdo con datos de la OCDE, entre 2015 y 2017, emigraron 866 mil personas entre técnicos, científicos y personal altamente calificado.
La violencia también contribuye a la fuga de talento
Además de las condiciones de desempleo y subempleo a la que los profesionistas en México se enfrentan, hay que añadirle a la ecuación el factor violencia, que en México impera desde el 2006 con el inicio de la guerra contra el narcotráfico. Aunque no existen cifras oficiales para estimar el número de los desplazados por la violencia en México, tanto hacia otros estados de la república como hacia el extranjero, gracias a los esfuerzos de investigadores del Colegio de México, podemos relacionar los índices de alta migración en los municipios que han sufrido de alta violencia en el país.
¿Cómo resolver la fuga de cerebros?
En 2019 el gobierno de Polonia implementó una serie de reformas y beneficios fiscales con el fin de combatir la fuga de talento en ese país. Uno de los beneficios de incorporarse a la Unión Europea en 2004, para el caso de Polonia, fue el de permitir trabajar en cualquier país de la UE sin necesidad de obtener una visa o permiso de trabajo, lo que ocasionó la pérdida de 1.7 millones de personas que emigraron desde Polonia hacia otros países europeos en busca de mejores oportunidades laborales. Ahora, Polonia no busca recuperar el talento perdido en los pasados tres lustros; más bien busca retener al talento disponible dentro de su territorio. La nueva política fiscal para lograr esto es exentar del pago de impuesto sobre la renta a los jóvenes menores de 26 años. ¿Podría esto último funcionar en México?
Sin duda, será necesario que los gobiernos de México se enfoquen, no solamente en impulsar la ciencia y la tecnología para crear las condiciones que fortalezcan la creación de empleos en donde se requieran perfiles altamente calificados. Pero también, se deben de enfatizar las causas que han llevado a la violencia en nuestro país que afectan directamente en el bienestar social y la economía mexicana.
Y tú, ¿qué piensas sobre la fuga de talento? Deja tu respuesta en los comentarios.
