Videollamadas por Zoom. Cientos de mensajes no leídos de WhatsApp y Telegram. Decenas de notificaciones de redes sociales. Un inmensa cantidad de correos electrónicos. Descubrir cómo funciona Teams o Workspace. Realizar cursos en línea por Coursera o Udemy. Se trabó la app del banco y justo en quincena. El jefe quiere una presentación hecha con Canva. Esto es toda una larga cadena de tecnología que se ha convertido en nuestro día a día, pero que también puede resultar muy abrumadora para cualquiera. Por eso, hoy te queremos hablar sobre el tecnoestrés y cómo evitarlo.
¿Qué es el tecnoestrés?
La primera ocasión en que se utilizó el término tecnoestrés fue en 1984 por el psicólogo Craig Brod, quien lo definió como «la consecuencia directa del excesivo uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación». Sin embargo, no fue hasta 1997 que se adoptó el término tecnoestrés para definir a «cualquier repercusión negativa de la tecnología en cualquier aspecto de la vida del ser humano».
El tecnoestrés se da por el uso de la tecnología en el ámbito laboral y personal, y por la complejidad que esto puede representar a medida que la misma tecnología se actualiza y cubre más aspectos de la vida humana. En concreto, el tecnoestrés es una mala adaptación a la tecnología. Y no se refiere exclusivamente al no poder entender cómo funciona un aparato o un programa de computadora.
¿Cuáles son sus causas?
El tecnoestrés varía de persona a persona. Por ejemplo, la ansiedad que causa el no saber utilizar aparatos electrónicos, como una computadora o un celular. O también la ansiedad producida por la presión de ser hábil en el uso de la tecnología. En otros casos, el uso reiterado de las TIC puede ocasionar adicción y dependencia a ellos (especialmente en niños y jóvenes) o la sobreexposición a la información a través del internet puede causar una intoxicación.
¿Qué tipos de tecnoestrés existen?
De acuerdo con el libro «Tecnoestrés: efectos sobre la salud y prevensión» del Observatorio Permanente de Riesgos Psicosociales de la UGT, el tecnoestrés se puede clasificar en tres grandes grupos:
Tecnoansiedad
Es la tensión y malestar ocasionado por el uso de algún sistema o herramienta tecnológica, lo que lleva a adoptar actitudes escépticas respecto al uso de la tecnología o sobre la capacidad y competencia de las personas para usar la misma.
Tecnofatiga
Agotamiento cognitivo causado por la exposición prolongada al uso de teléfonos celulares, computadoras, pantallas, tabletas y demás aparatos tecnológicos.
Tecnoadicción
La incontrolable necesidad de hacer un uso continuo y compulsivo de las tecnologías, en todo momento y lugar.
¿Cómo prevenir el tecnoestrés?
Algunas maneras de prevenir el tecnoestrés es la desconexión digital, en la medida de lo posible, y preferir la interacción real en vez de la virtual. Para el caso de la adicción, en la medida de lo posible restringir el uso de aparatos tecnológicos o buscar ayuda profesional para superar la patología. Y, por otro lado, para vencer la ansiedad, será necesario buscar la actualización de las habilidades y competencias que el individuo posee sobre las TIC’s.