Todos, absolutamente todos los universitarios lidian con una pequeña (o gran) crisis en algún punto de la mitad de la licenciatura. Preguntas como: “¿Estoy haciendo lo correcto?” “¿De verdad quiero dedicarme a esta profesión por el resto de mi vida?” “¿Debería de tirar la toalla?” son los fantasmas que rondan en la cabeza de muchos estudiantes y es lo más normal del universo, porque muchas veces encontramos materias que no son de nuestro agrado, profesores que nos hacen la vida imposible y situaciones que nos hacen querer huir de inmediato. Y aquél que te diga que su experiencia como estudiante universitario es como miel sobre hojuelas es un rotundo mentiroso.
Los estudiantes que entran a la Universidad son como harina, hay que prepararlos con diversos ingredientes para que al final de hornearse resulten ser grandes profesionistas. Los profesores de primer año deberían de enseñarte a querer la carrera, no a odiarla a través de torturas psicológicas, así que, si sobreviviste a los primeros dos años, es claro que pasaste el primer filtro pues, no se utiliza harina de trigo cuando lo que se quiere hacer son tortillas de maíz.
La crisis es algo que se puede volver fatal si no lo atiendes a tiempo, así que aquí tienes algunas recomendaciones para lidiar con este terrible problema:
Cuando tiemble, no corras porque te puedes caer
Plantearse cambiar de carrera es válido, pero a veces puede no ser la opción adecuada. Muchos factores se pueden presentar para evaluar el cambio: el dinero de la familia; el tiempo invertido que podría no regresar; el sentimiento de impotencia, entre otros. No es fácil empezar de cero una vez que has recorrido parte del camino, así que no te precipites en tomar una decisión de ese tamaño. Cuando en la vida tenemos un terremoto como esta crisis, lo primero que hay que hacer es no correr ni tomar decisiones impulsivas. Mantén la calma.
Camina hacia aquello que te mueve
Muévete hacia aquellos espacios que te apasionan; puedes buscar un pequeño empleo de becario o pasante que esté relacionado con tu carrera, puedes buscar una práctica profesional e incluso un voluntariado en donde puedas poner en práctica las habilidades que has aprendido. Además de darte idea de cómo es el mundo real, también podrás reencontrarte con el amor a la carrera.
Pide ayuda
Muchas Universidades cuentan con un servicio de orientación psicológica, no tiene nada de malo acercarse a ellos. Cuéntales cómo te sientes con respecto a la carrera, los profesores, tus compañeros, y todo lo que tengas dentro. Muy seguramente ellos te ayudarán a resolver esta crisis. Si en tu escuela no tienen un servicio como éste, siempre puedes acercarte con el profesor a quien más le tengas confianza, su perspectiva académica te puede ser de mucha ayuda. Platicarlo con tus padres también es indispensable, ellos son los que pagan tu Universidad o tu mantenimiento, y además son los que más interesados están en tu formación profesional, pues te aman.
Encuentra tu camino
A final de cuentas, los desequilibrios son avisos de que necesitas algo en tu vida, por ello es importante que encuentres tu camino. Y si de plano decides optar por la búsqueda de otra carrera, mejor pide tu baja temporal de tu carrera A, que puede ser de seis meses o un año, de esa manera, si después de haber estado en la carrera B descubres que lo tuyo siempre fue la carrera A, podrás regresar sin que afecte tus créditos o tu plan de estudios.
¿Qué piensas? ¿Crees que me faltó algún consejo? ¿Cómo resolverías la crisis de mitad de carrera? Si ya pasaste por ello, ¿Cómo le hiciste? Cuéntamelo en los comentarios.