¿Tienes malas calificaciones y te preocupa tu promedio? El promedio importa porque es un factor determinante para conocer tu rendimiento en la universidad, pero en el mundo profesional, no siempre es igual de relevante.
Las calificaciones son resultado de una combinación de ciertas competencias evaluadas en el ámbito académico, pero no serán el mejor indicador de tus destrezas en el mundo laboral. Entonces, ¿realmente importa? La respuesta es muy sencilla: depende de a qué te quieras dedicar.
El promedio importa si la profesión que quieres ejercer está muy relacionada con la práctica académica como la contabilidad y la enfermería, o cuando son campos donde se requieren conocimientos muy técnicos, como la ingeniería o la informática. Por otra parte, si en tu futuro está el seguir con tu crecimiento académico, entonces sí deberías repensar mejorar tu rendimiento. La mayoría de las universidades reconocidas que ofrecen posgrados a nivel mundial exigen un promedio superior a 8.5 (GPA 3). En otras ocasiones, dependerá del tamaño y el giro de la empresa en la que desees laborar.
Por ejemplo, de acuerdo con una encuesta que llevó a cabo la Asociación Nacional de Universidades y Empleadores en Estados Unidos, el 67% de las empresas reportaron tomar en consideración el promedio de los postulantes a la hora de contratar. Asimismo, los bancos de inversión, las firmas de servicios financieros como Ernst & Young, las consultorías como Boston Consulting Group o McKinsey & Company, y las compañías del sector farmacéutico se encuentran entre aquellas empresas que más atención prestan al promedio obtenido durante la universidad. Sin embargo, la mayoría de las empresas toman en consideración otros factores más relevantes que tus notas, como tu experiencia profesional, tu participación en actividades extra-curriculares, las pasantías y más importante aún, tus habilidades.
Finalmente, lo más importante es ser honesto sobre tus estudios, ya que en algunas empresas es común solicitar una copia del expediente académico antes de la contratación. ¿Qué debes hacer si tus calificaciones son pésimas? No te angusties, mejor concéntrate en hacer explícito en tu CV las otras experiencias que te han permitido desarrollar competencias y habilidades como son: la capacidad para aprender nuevas cosas sobre la marcha, la habilidad para tomar la información y aplicarla en situaciones nuevas o proyectos, el saber gestionar el tiempo, la capacidad para dar y recibir retroalimentación, habilidades de presentación, habilidades para comunicarte y por último, la aptitud para relacionarte. Muchas de estás aptitudes son clave para el éxito profesional y desde luego más importantes para las empresas que el que hayas sido el mejor de tu clase.