Seguramente todos hemos tenido un mal día de trabajo que nos ha hecho preguntarnos si estamos en el lugar correcto. Cuando sólo fue un mal día es muy fácil olvidar ese drama pasajero y darte cuenta que de verdad aprecias tu trabajo. Sin embargo, más allá de malos días e, incluso, de buenos o malos trabajos (con sus respectivos extraordinarios y pésimos jefes) hay razones perfectamente válidas para pensar que tu ciclo laboral terminó en la empresa.
El peso de las razones, desde luego, varía en cada caso. Por eso vale la pena que pienses qué tan importante es cada una para ti y para el futuro profesional que quieres construir, aquí van:
Ya no estás aprendiendo
Te das cuenta que no estás adquiriendo el conocimiento necesario para dominar tu trabajo o, bien, consideras que ya lo dominas y no hay nada nuevo que aprender. Si para ti es importante seguir aprendiendo, y no tienes tan claro qué necesitas aprender o cómo acercarte ese conocimiento por tu propia cuenta o a través de tus superiores, es razonable pensar en nuevas opciones laborales.
No hay desafío ni recompensa
Desempeñas tu trabajo a un muy buen nivel pero no ves en el horizonte una meta más compleja ni tu empresa está creando los incentivos para que la visualices y logres alcanzar. Este entorno puede ser muy cómodo en el corto plazo, pero eventualmente minará tu crecimiento profesional y, también, tu ingreso.
Nada cambia y tú tienes ideas
Las cosas en tu empresa operan de cierta forma (no de la mejor, sólo de cierta) y hay poco apertura para cambiarlas. Si eres una persona que todo el tiempo ve oportunidades de mejora y no logras convencer a las personas indicadas de implementarlas, quizá es momento de pensar que esa habilidad puede ser mejor aprovechada en otro lugar.
Quieres conocer y trabajar con gente nueva
Pasas mucho tiempo con los compañeros de trabajo y, por mucho que los aprecias (o quizá no), sientes que el entorno está un poco viciado. Es natural que ante un escenario así la oportunidad de trabajar con personas diferentes sea una buena razón para considerar que tu ciclo en un lugar ha concluido.
Has perdido interés en tu actividad o industria
Puede que más que las personas con las que trabajas sea el entorno de tu actividad o industria lo que te parezca viciado, repetitivo o aburrido. Si es así es momento de pensar si tus habilidades pueden ser empleadas y valiosas en otra actividad o industria.