Contar con personal a cargo de redes sociales dentro de una empresa o institución ya dejó de ser una excentricidad y, en muchas industrias, se ha vuelto imprescindible. Con este panorama quizá el ser community manager sea una gran apuesta, o quizá al intentarlo resulte algo completamente distinto a lo que imaginas. Para salir de dudas, comparto 6 puntos que debes tomar en cuenta si realmente quieres explorar esta opción.
1) Ya vas tarde
De hecho, si te quieres dedicar a las redes sociales una vez que te gradúes, espero que ya te dediques a eso ahora. ¿A qué me refiero? Quizá ya seas twitstar o influencer en Instagram, pero lo verdaderamente valioso es que estés aprendiendo constantemente, usando herramientas, experimentando con nuevas funciones, nuevos formatos y poniendo a prueba la sabiduría de los gurús de estos medios (un secreto: nadie sabe qué está haciendo, todos estamos jugando al clásico prueba y error). Toma las oportunidades que se te presenten (incluído el Facebook del negocio de tu tía). Todo es experiencia y sólo en la práctica podrás saber en verdad qué funciona y qué no, o más precisamente, cuándo sí y cuándo no. (Y al menos para mí, un año de experiencia vale más que 5 cursos malos de marketing digital.)
2) Usar Twitter cualquiera lo hace, ¿no?
Es posible que este agradable comentario sea una de las primeras reacciones con las que te encuentres de parte de familiares, amigos o peor aún, clientes o jefes potenciales.
¿Y sabes qué es lo peor? Que es cierto.
La buena noticia es que ser community manager no es “usar Twitter”. El truco está en usarlo como parte de una estrategia. Es decir, tomar Twitter, Pinterest, Facebook o Instagram como quien elige el pincel exacto para una sección específica del cuadro. Tu misión, si quieres ser community manager, content manager o derivados, es aportar un conjunto de habilidades que hagan que tu valor como profesionista trascienda las modas y los caprichos de Mark Zuckerberg. Por lo tanto, no te limites con ideas como: no hago diseño, no sé html, no me gustan las estadísticas. Incorpora todo aquello que te permita ejecutar mejor una verdadera estrategia digital.
3) Entérate
Complementando el primer punto. Si te gusta esto y quieres destacar entre los otros cientos de candidatos, el mejor consejo que te puedo dar es: mantente actualizado, y hazlo por cuenta propia. Tu tarea es conocer la última modificación al algoritmo de Google o Facebook, cómo están funcionando las estadísticas de Twitter o qué demonios es Ello. Algunas universidades ofrecen materias completas para uso de herramientas digitales, pero si no es tu caso, no te quejes. Hay miles de recursos en línea, y el propio proceso de sistematizar los que mejor te acomoden te enseñará varias cosas. Dedícale tiempo a suscribirte a blogs o videoblogs, a seguir a tuiteros relevantes, medios de tecnología, grupos de Facebook y podcasts. (Cuando hayas logrado una selección de la que te sientas orgulloso ya puedes agregar algo más a tu cv: curación de contenidos) Es probable que así sepas mucho más que tus potenciales reclutadores y, si saben lo que les conviene, lo valorarán.
4) Es comunicación, pero no es sólo para comunicólogos.
Independientemente de lo que estudies puedes ser un gran community manager si tienes la capacidad, y el interés, de dominar las herramientas. Con las bases de tu área de estudios y las competencias para ejecutar una estrategia digital, tendrás una combinación ganadora que te hará sumamente valiosos en muchos proyectos. Eso sí, evidentemente, necesitas fuertes habilidades de comunicación escrita, probablemente un buen dominio del inglés, la capacidad de síntesis es imprescindible y la buena gramática y la ortografía deberían ser una obviedad. (como dicen, #sonlascompetencias)
5) Defender tu labor, y a la vez, ser el que ponga los pies en la tierra
Como ocurre con profesiones que parecen “fáciles”, muchas veces los que más daño le hacen a su reputación son los propios profesionistas que no saben identificar la importancia de lo que hacen, y el valor de hacerlo bien. Así que haznos un favor a todos los communities y transmite este mensaje: el community manager tiene las llaves de toda la casa. Es el que dará el primer empujón a la cadena de fichas de dominó – puede haber meses, o años, de trabajo detrás, pero una mala decisión de “el que lleva las redes” puede cambiar todo el resultado.
Por otro lado, a veces ser community manager te vuelve el aguafiestas designado. Tu trabajo es recordarle al resto del equipo que es estrategia de comunicación, no magia. Que las redes no resuelven todos los problemas y que, de hecho, en muchísimas ocasiones no sólo los descubren sino que los magnifican. (Es decir, si una marca tiene muy mala reputación no hay peor error que abrir una página en Facebook sin incorporar estrategia para atender y capitalizar los comentarios negativos)
6) Por último: Aprovecha
Ser CM te lleva a aprender de temas diversos. A veces, si te lo propones y tienes suerte, serán justo los que más te apasionan. Pero también sucede que tu día a día gire en torno a temas, productos o procesos a los que nunca te hubieras acercado de otro modo. No los desprecies. Aprende, pregunta, y saca ventaja de la posición en la que estás: podrías sorprenderte de a dónde te lleve después ese conocimiento.