La universidad es esa etapa de la vida que define el camino de las personas entre el término de la adolescencia y el inicio de una verdadera adultez; claro, con su ensayo y error hasta que se puede encontrar el equilibrio. No obstante, a veces la universidad puede no ser tan sencillo como la pintan, especialmente si hay una distancia de cientos de kilómetros entre la escuela y el hogar. Por eso, te presentamos razones para cambiar de ciudad al estudiar la universidad.
Cambiar por practicidad
Un fenómeno que permea en gran parte de nuestro país es la centralización del talento y de la oferta educativa. Es decir, en determinados centros urbanos es en donde se construyen los campus universitarios y también, es donde se encuentran los mejores empleos. En la Zona Metropolitana del Valle de México es muy común observar estudiantes cuyos hogares se encuentran en los municipios conurbados, a 2 ó 3 hora de distancia de su universidad y que a diario realizan esa travesía. Este tiempo muerto y el dinero invertido en la transportación puede ser adaptado de forma adecuada al mudarse más cerca del campus universitario, y que, ciertamente conlleva su ventajas; pues esas horas que se utilizaban en transportarse, ahora pueden ocuparse para estudiar, atender eventos académicos, culturales o deportivos, e incluso salir con los amigos.
Cambiar porque estás de intercambio
La movilidad estudiantil nacional o internacional permite que los estudiantes salgan de su campus universitario original y puedan realizar, por un tiempo determinado, sus estudios en otra universidad, con la oportunidad de que pueda revalidar aquellas materias en la universidad de origen. Así pues, irse de intercambio implica salir de la ciudad (o incluso del país) de origen y buscar un nuevo lugar en donde vivir; y aunque algunas universidades ofrecen habitación a estudiantes dentro de sus propias instalaciones, esta no es la regla general y el estudiante debe de buscar una habitación en una casa o departamento para habitar por el tiempo que dure su intercambio. Y las becas pueden, o no, cubrir determinados gastos, como alojamiento, manutención, libros, etcétera.
Cambiar porque es tu sueño
Quizá una de las principales y más poderosas razones para cambiar de ciudad al estudiar la universidad sea precisamente hacerlo porque ese es el sueño que tiene el estudiante. Y en la Ciudad de México es el lugar del país donde éste fenómeno se da por excelencia. Estudiantes de todas partes de la república, desde Yucatán hasta Chihuahua, vienen a la ciudad para estudiar en universidades como la UNAM, el IPN, la UAM, el ITAM, la Ibero, el CIDE, el Colmex, entre otras. La pregunta es, ¿por qué lo hacen?
Si por practicidad hablamos, sería más sencillo quedarse en sus lugares de origen y estudiar con la oferta educativa que ahí se ofrece. Cambiar de ciudad porque la mejor escuela, la mejor carrera o simplemente el mejor camino para llegar hasta donde te gustaría llegar se encuentra a kilómetros de distancia, es un acto de valentía.
Cambiar porque puedes permitirtelo
Para concluir, es importante mencionar que aquel estudiante que puede cambiar su ciudad de residencia para estudiar la universidad lo hace porque tiene el apoyo de su familia, moral y económicamente hablando, para solventar el costo de realizar dicho cambio. Y es que no sólo es el concepto de la renta por el lugar en donde se va a vivir, que puede o no incluir servicios como agua, luz, gas o internet; sino también, alimentos, libros, materiales, actividades recreativas y demás.
A veces, los sueños son truncados, porque no existen las condiciones económicas para cambiar de ciudad pero, considera que también es posible, aunque un poco más difícil, que a través de una beca (y lo que implica mantener esa beca) y un trabajo de medio tiempo, puedas mantener a flote la travesía de estudiar en otra ciudad. ¡Ánimo!, todo ese gran esfuerzo, te dará resultados satisfactorios. La experiencia y las competencias que adquieras en el trabajo, sumadas al conocimiento de la universidad, harán de ti un profesionista altamente preparado.