Estás en una entrevista de trabajo, todo marcha bien hasta que viene la siguiente pregunta “¿Por qué te fuiste de tu trabajo anterior?”. Cuando el motivo es fácil de explicar, como un recorte de personal, no hay mayor problema y la respuesta sale con naturalidad. Sin embargo, el explicar que tenías una mala relación con tu jefe o que el ambiente laboral era realmente malo siempre resulta una encrucijada.
Muchas preguntas que la gente de Recursos Humanos hace están diseñadas para probar cómo reaccionas ante ciertas situaciones. Según la Encuesta de Competencias Profesionales 2014, las empresas buscan en los jóvenes aptitudes como tolerancia a la frustración, resolución de problemas y saberse comunicar. La próxima vez que te hagan esta pregunta, piensa dos veces antes de contestar (de hecho te recomendaría ir preparado con una respuesta). No hay respuestas correctas, pero de entrada te digo que mentir es la peor opción entre todas.
Hoy en día, según la directora general de RH Fractal, las empresas se cercioran por medio de consultorías externas tanto de referencias personales como laborales antes de contratar a un candidato. “Por mucha experiencia que tengamos y cubramos al 100% el perfil que la organización está solicitando; si mentimos u omitimos empleos, la empresa no nos contratará porque no estamos siendo totalmente sinceros al decir por qué salimos de nuestro empleo anterior”.
Queda claro también que el reclutador no quiere escuchar una novela ni historias que suenen como chisme, pues inmediatamente serás visto como una persona conflictiva y eso creará muchas barreras.
Algunos de los argumentos que puedes dar son los siguientes:
1. No me sentía a gusto con el ambiente laboral o la cultura organizacional de la empresa.
2. Sinceramente no había buena química con mi jefe directo y decidimos terminar la relación laboral.
3. Después de trabajar “x” años para esta empresa ya no tenía un crecimiento profesional.
4. Las funciones que desempañaba en mi puesto no son lo que estoy buscando realmente para mi crecimiento profesional.
5. Llevo muchos años trabajando como “X” pero me gustaría enfocarme ahora hacia “Y” y se que en esta empresa puedo lograrlo de la mejor forma.
No olvides:
* Formular una respuesta que hable sobre cómo terminaste en esa situación, lo que aprendiste de ella y lo que harías diferente ahora como resultado de lo anterior.
* Eres tu propio vendedor. Si cuentas la historia de la manera más negativa y emocional, no lograrás nada. Frasea todo hacia lo positivo.
Otra cuestión importante son las referencias. El haber sido despedido no quiere decir que no puedas obtenerlas. Tienes cuatro opciones:
1. Preguntar a tu jefe en el momento del despido cuáles son los motivos y cuáles son las áreas de oportunidad que identifica en tu trabajo. Si bien puede que no sean referencias positivas, puedes obtener algunas neutrales.
2. Negociar con tu ex jefe o departamento de Recursos Humanos para que te extiendan una carta de recomendación. En ocasiones para la empresa es conveniente cerrar sus relaciones laborales en los mejores términos.
3. Solicitar que al menos, de ser contactados, confirmen que trabajaste ahí y por cuánto tiempo.
4. Acercarte a otras personas de tu equipo que puedan servirte de referencia: colegas, jefes de otros departamentos y clientes pueden ser una excelente opción, asegúrate de conservar ese tipo de contactos para el futuro.
Te dejo un ejemplo concreto sobre dos maneras totalmente diferentes de frasear la aterradora pregunta “¿Por qué te fuiste de tu anterior trabajo?”
Caso 1
“No lo se, estaba haciendo mi trabajo. Todo mundo me quería. Siempre venían a mi para consejos en lugar de ir con mi jefe. Cuando el otro manager se fue, promovieron a la asistente. Tiene aproximadamente 28 años. Creo que pensaron que sería buena por que llevaba ahí mucho tiempo pero realmente era mala. Creo que me odiaba. Siempre hablaba mal de mi y se adjudicaba el crédito por mis proyectos. Ella debió haberse ido”.
Caso 2
“Me despidieron, de hecho. La asistente del manager fue promovida por que ella tenía antigüedad y era muy buena en su trabajo. Desafortunadamente, era joven y tal vez pensaba que el respeto estaba automáticamente establecido por la posición en vez de ganado. La gente seguía viniendo a mi para pedir consejos, lo cual no le sentó muy bien. Hubo diferencia en la manera de pensar de los dos y me dejó ir. Me pesa dejar la compañía pero aprendí mucho de esa experiencia e inclusive de ella”.