Todos podemos hacer trabajo creativo. Solemos pensar lo contrario por dos mitos que circulan alrededor de la creatividad: 1. Que no se enseña, es un don con el que se nace o un momento de inspiración casi místico y; 2. Que es un trabajo para profesionales de ciertas industrias (publicidad, mercadotecnia, comunicación, etc).
La creatividad es simplemente la habilidad para analizar un problema, encontrar su solución y crear las condiciones para que esta se implemente. Otra definición muy común de creatividad es: la producción de algo que es tanto original como útil.
Detrás de cualquiera de estas definiciones parece evidente que, primero, la creatividad es el dominio de un proceso que puede ser enseñado y aprendido y, segundo, que es una habilidad aplicable a cualquier actividad de la vida, incluidas desde luego las de carácter profesional. Así que si eres de los que se la pasa diciendo que la creatividad no es lo tuyo, seguramente no has trabajado lo suficiente en desarrollar esa habilidad.
No me clavaré más en la teoría sobre la creatividad ni la ciencia detrás de su desarrollo en este texto (prometo que próximamente sí) pero sí te compartiré algunas de las técnicas más empleadas para detonarla:
1. Lluvia de ideas (brainstorming).
Es la técnica más popular y, al mismo tiempo, la que más se emplea de forma incorrecta. Se trata de generar ideas en equipo a partir de un problema específico. Durante la generación de ideas se sugiere no juzgarlas, ya que inevitablemente esto inhibe la creación de ideas disruptivas así como la participación activa de las personas. En una sesión de lluvia de ideas es clave que la persona que facilita la sesión impida la crítica, registre cualquier idea, promueva que las personas desarrollen ideas a partir de las de otros y cree una atmósfera idónea para que ideas fuera de lo común surjan. Al final de la sesión se debe hacer un resumen de las ideas generadas, promover una discusión que permita que se combinen entre ellas y analizar su viabilidad.
2. Reversión del problema (problem reversal).
La premisa básica de esta técnica es la generación de ideas que ocasionen el problema. Esto en vez de ideas que lo solucionen o bien ideas que causen el efecto contrario al que se pretende lograr. La técnica puede implementarse de forma combinada con la lluvia de ideas (sólo se requiere cambiar el enfoque). Una vez que se tiene el conjunto de ideas el grupo debe transformarlas en ideas que solucionen el problema original y evaluar su viabilidad.
3. Hacer preguntas (starbusting).
Esta técnica consiste en realizar preguntas sobre una idea establecida. A partir de las palabras “por qué”, “qué”, “cómo”, “cuándo”, “dónde” y “quién”, el grupo debe realizar todas las preguntas que pueda sobre la idea que se quiere poner a prueba. Inicialmente no es necesario responder a estas preguntas, simplemente hay que escribirlas y agruparlas (en una sesión posterior se pueden explorar respuestas). Respecto a las preguntas con “por qué”, se sugiere encadenarlas, es decir, preguntar “por qué” al menos cuatro veces más en función a las respuestas obtenidas (sí, como los niños lo hacen). Una herramienta muy útil para identificar problemas de forma creativa y tomar decisiones.
4. Forzar relaciones o analogías (forced analogy).
La idea es comparar el problema en cuestión con un objeto que tenga poco o nada en común. El objetivo es encontrar atributos nuevos que, eventualmente, pueden ser la solución al problema. Inicia con un grupo de objetos (o de imágenes de objetos) y busca qué tiene en común con el problema u objeto de la reunión. En el ámbito de la comunicación las analogías generadas pueden ser incluso conceptos útiles para una campaña.
5. Enlistar atributos (attribute listing).
El objetivo de esta técnica es encontrar soluciones a un reto a partir de la descomposición del mismo en sus partes. Si el problema es cómo mejorar un producto hay que hacer una lista de las partes que componen el producto, posteriormente asignar uno o más atributos a cada una de las partes y finalmente generar ideas para modificar esos atributos. Esta técnica es muy útil porque permite concentrarse en mejoras específicas que puedan agregar mucho valor a un producto o servicio.
Avísame si estas técnicas te sirven, próximamente más artículos y herramientas sobre creatividad.
