No se trata únicamente de utilizar mejor los recursos sino de un nuevo modelo de negocios que resulta altamente rentable. Por primera vez, este año, la lista de los personajes más ricos del planeta realizada por Forbes incluyó a empresarios dedicados a la economía colaborativa: Brian Chesky y Joe Gebbia de Airbnb y a Travis Kalanick, Garrett Camp y Ryan Graves por Uber.
Hoy 425,000 personas usan Airbnb y la compañía está valuada en 13 billones de dólares, casi la mitad de lo que vale la empresa hotelera Hilton, que tiene más de 96 años de existir. Uber por su parte está valuada en 41.2 billones de dólares y es una de las 150 empresas más grandes del mundo, según datos de la revista TIME. Con esta evidencia queda claro que este nuevo modelo está modificando la forma de hacer negocios y que debemos aprender estas 4 importantes lecciones:
Lección #1. Poseer ya no lo es todo. Esta era de la economía colaborativa ha creado un nuevo concepto de propiedad, como lo dice Thomas Friedman, y esa quizá sea la revolución más importante de este modelo. Siempre se consideró que poseer era esencial al ser humano pero hoy ya no es así. El siglo XXI ha hecho aún más evidente que la mayoría de la población no puede disfrutar de todos los productos y servicios existentes a menos que sea compartiéndolos. Rodolfo Carpentier sostiene que: hoy, quien no puede tener se conforma con probar y los negocios deben estar conscientes de esto.
Lección #2. Verdadero poder al consumidor. Estos negocios están basados en cómo la gente califica tanto al que ofrece el servicio como al que lo utiliza. Rachel Botsman dice que la economía colaborativa creó una nueva moneda: la reputación. La cercanía que estas plataformas dan entre consumidores y oferentes del producto/servicio elevan su calidad casi inmediatamente. Sin duda, cualquier negocio debe aprender a ser más cercano a sus clientes y escucharlos, pero más aún a reaccionar rápidamente ante sus opiniones, requerimientos y preferencias.
Lección #3. Uso de plataformas tecnológicas. Estas empresas no podrían haber logrado lo que han logrado sin las plataformas tecnológicas, pues la clave de estos negocios es la conectividad inmediata entre quienes ofrecen y quienes demandan el producto o servicio. El que los consumidores cada día tengan más acceso a internet y aplicaciones móviles, ha favorecido el crecimiento de estos negocios. Si bien es claro el beneficio que las plataformas tecnológicas tienen para empresas pensadas con el fin de desarrollarse en ellas, es crucial que cualquier negocio piense en cómo puede incorporarlas ya sea en la parte de difusión y promoción o hasta en procesos de venta.
Lección #4. Las reglas cambian. Este punto es un reto ya que al día de hoy no hay una regulación clara para la economía colaborativa salvo en el estado de California en donde desde 2013 se cuenta con una legislación específica para los coches con conductor como los de Uber. Pero por ejemplo en Nueva York, la ley de arrendamiento prohíbe rentar apartamentos por menos de 30 días por lo que pretende prohibir Airbnb y cualquier otro servicio similar. Las reacciones de las empresas tradicionales no se han hecho esperar y hay quienes han realizado lo posible por frenar estos esfuerzos. Pero también hay operadores tradicionales que se han sumado a estos negocios. Ejemplos como el de Chrysler que tiene carpooling.com, BMW con Park at my house o la empresa de rentas de autos Avis, la cual compró Zipcar (un servicio de autos compartidos). El caso es, ¿hacia dónde debiera encaminarse la regulación para que no inhiba ni este ni otros esfuerzos empresariales?
El mercado cambia rápida y radicalmente así que aunque no podemos predecir que los negocios continuarán siendo así en el futuro, sí sabemos que por ahora hay mucho que aprender de ellos.