Levantarse temprano, preparar el desayuno, conducir hasta la escuela, revisar cuadernos, atender juntas de padres, soportar cualquier clase de festival como el día de las madres (o padres) e incluso hacer magia para conseguir una cartulina blanca en domingo a las 10 de la noche; esas son actividades que todo padre realiza día tras día, hasta que los polluelos llegan a la universidad.
De pronto, tras 12 años de rutina, los hijos llegan a esa última etapa de la vida académica en la que ya no son los bebés que cargaron en brazos, en cambio están en busca de su propia independencia; y así como hay diferentes clases de universitarios, hay diferentes clases de padres: los foráneos que apoyan a sus hijos con la renta y manutención de su hijo lejos de casa; los que son despreocupados y dejan que sus hijos aleteen por sí mismos y algunos que quizá piensan que le hacen bien a sus hijos la realidad es todo lo contrario.
Papá helicóptero por favor, no me hagas daño
Seguramente el término podría serte familiar e incluso puede que tus padres hayan sido así por algún tiempo. Los “papás helicóptero” van sobrevolando sobre la vida de sus hijos, observando todo lo que hacen, advirtiéndoles sobre todo y evitándoles errores por más simples y reparables que estos sean; sinónimo de padres sobreprotectores que buscan que el menor daño posible afecte a su descendencia. Sin embargo, cuando llega la edad universitaria, un padre helicóptero podría ser algo muy malo.
Un estudio reciente, de la Universidad Mary en Washington, descubrió que los universitarios con padres excesivamente controladores son más propensos a padecer de depresión y sentirse insatisfechos con la vida. El mercado laboral altamente competitivo, la búsqueda de un lugar en las mejores universidades y en consecuencia un trabajo bien remunerado, son algunos de los motivos que llevan a los padres a sobre involucrarse dentro de la vida de su hijo universitario. Ya sea porque ellos no pudieron tener la oportunidad de ir a la universidad o porque no quieren que sus hijos cometan los mismos errores que ellos, los papás están listos no solamente para asistir al campus universitario y hablar con cada profesor, sino también, involucrarse en las actividades extracurriculares que sus hijos deseen tomar. La necesidad de autonomía y la oportunidad de aprender de los errores propios son algo indispensable en la vida de todo universitario.
La delgada línea de la responsabilidad
Ésta sutil diferencia entre un padre sobrevolando por el hombro y un padre que se encuentra atento a las necesidades de su hijo hace que a veces pueda ser confuso cuándo se ésta en una etapa y cuando no, aunque en el otro extremo también se encuentran los padres negligentes. Por ello, es importante entender que la tarea de los padres es guiar a los hijos y no resolver sus problemas, es decir, dejar que los hijos libren sus propias batallas pues, siempre será necesario el apoyo de la familia en cada etapa de la vida. La universidad no es algo fácil, y esos cuatro o cinco años son sumamente estresantes para los jóvenes, por ello, el rol de los padres en la vida académica de los hijos es indispensable para lograr que terminen sus estudios universitarios, no sólo desde un punto de vista financiero, sino también, desde el apoyo emocional. Así pues, a continuación, tienes 4 puntos ayudarán a aterrizar en el helipuerto:
- Sé un submarino: los submarinos son discretos vehículos que salen a la superficie sólo cuando es necesario.
- Los errores son buenos para la vida: resiste el instinto maternal/paternal y deja que tu hijo se equivoque. Así aprenderá más que cualquier otra cosa que pueda aprender en los libros, o en el internet.
- Un porrista de medio tiempo: el apoyo emocional que se le pueda proporcionar al universitario siempre será bien recibido, en especial en momentos de estrés como los exámenes a final de semestre. Inevitablemente se presentarán momento en donde las lágrimas salgan a relucir, en esos momentos, un abrazo, un beso o simplemente “Sé que puedes superarlo” son acciones con un valor infinito para empoderar al estudiante a seguir adelante.
- Cuidado con las señales de alerta: Fiestas excesivas, inasistencia a clases o falta de tareas son algunos signos de advertencia que podrían dar pie a una pequeña conversación para saber qué está sucediendo.
Y sí tu eres un universitario, no importa qué clase de padres tengas, helicópteros, responsables o negligentes, seguramente ellos te aman y hacen todo lo que pueden para ayudarte con tu carrera; recuerda que nadie es perfecto y ellos también son humanos que cometen errores, sólo ten paciencia con ellos y háblales sobre lo que te preocupa de la relación que tienes con ellos.