No queremos que te deprimas, pero recientemente un reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló que la mayoría de los trabajadores del mundo subsiste con un salario notablemente bajo. El análisis indica que a nivel mundial la proporción del ingreso nacional que va a los trabajadores disminuyó al pasar del 53.7% en 2004 al 51.4% en 2017.
Es por eso que para muchos tener un empleo no significa ganar lo suficiente para vivir y si a esto sumamos que el ahorro no es el fuerte del mexicano esto puede convertirse en un problema importante. De acuerdo con los datos de la última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares, en México solo destinamos el 8% de nuestro dinero al ahorro, pero gastamos de un 35% a un 40% en alimentos, bebidas y tabaco.
A este rubro le sigue el gasto en transporte al cual le invertimos hasta un 20% de nuestro ingreso; luego los servicios relacionados con la educación en los que gastamos un 12%, y después se encuentran la energía y el combustible en los que gastamos hasta un 10%. Para el vestido y calzado utilizamos entre 4% y 5% de nuestro dinero y en salud solo destinamos el 2.7%.
La realidad es que en nuestro país no hay una cultura de planificación y ahorro y esto propicia que hagamos gastos innecesarios, recurrentes y en ocasiones poco perceptibles que solo merman nuestro ingreso mensual. A estos gastos se les conoce como gastos vampiro, pues de cierta forma hacen sangrar nuestros bolsillos sin que nos demos cuenta.
Esos cigarros sueltos que compras afuera de la oficina después de comer, los taquitos que te echas cada viernes en el mercado o las chelitas entre semana son ejemplos claros de estos “chupa sangre”.
Por ejemplo, el refresco de cola que te tomas al menos seis veces por semana, al año te representa un gasto de más de $4.000 pesos. Los cafecitos de Starbucks que necesitas para despertar de lunes a sábado (uno al día) llegan a ascender a más de $9.000 pesos al año; y los Uber de dos cuadras que pides (6 viajes a la semana) implican un gasto anual de más de $12.000 pesos (esto considerando que te apliquen la tarifa más baja en todos).
¿Qué hacer para evitar que tu cartera siga sangrando?
¡Haz cuentas! con lo que ahorrarías si suprimiéras estos gastos te podrías pagar unas muy buenas vacaciones, comprarte algún electrodoméstico para tu depa que parece caja de zapatos o ya si te quieres ver muy pro invertir el dinero en algún depósito a plazo fijo.
La clave está en consumir estrictamente lo necesario y al mejor precio y para hacerlo hay que comparar y no dejarse llevar por la publicidad. Si ya te decidiste y estás dispuesto a deshacerte de esos vampiros financieros, sigue estos pasos planteados por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef):
- Piensa cuánto dinero destinas cada día a cumplir tus caprichos, como café, galletas, dulces, cigarros y revistas
- Échale números y entérate de lo que gastas a la semana, al mes y al año.
- Hazlo tú: bolear tus zapatos y preparar tu almuerzo en lugar de comprarlo, son una buena forma de ahorrar.
- Calcula, ¿cuánto podrías ahorrar en seis meses o en un año?
- Convierte esa cantidad en un “capricho” mayor, como unas vacaciones, comprar un coche o liquidar tus deudas.
- Decídete ya. Comienza a ahorrar en este momento. Evita que el dinero se fugue poco a poco de tu bolsillo.
- Planea las compras y además haz un esfuerzo de ahorro para comprar en efectivo, empleando lo menos posible el crédito.
Información de DadaRoom.