Errores en tu lenguaje corporal

¿Te ha pasado que estás hablando con una persona y tienes un presentimiento de que está mintiendo? ¿O que intentan venderte algo con una gran sonrisa y en el fondo sabes que es falsa? ¿Alguna vez has estado tan enojado que no puedes ocultarlo sin importar cuánto lo intentes?

Decía el famoso teórico de la comunicación Paul Watzlavick que “todo comunica”. Si esto es cierto, significa que aunque verbalmente digas algo, tu cuerpo puede estar expresando todo lo contrario. La comunicación no verbal o lenguaje corporal se percibe generalmente de forma subconsciente, pero tiene un peso mayor que el consciente.

Algunos de los errores más comunes en nuestro lenguaje corporal, que probablemente ni siquiera has notado que tienes, son:

1.Señalar con los pies hacia otra dirección.

Cuando estamos en una conversación podemos introducirnos tanto en ésta que pasamos desapercibido el movimiento de nuestros pies. Aunque no lo creas, estos comunican mucho cuando hablamos con alguien. Así que cuando converses, procura que tus pies siempre apunten hacia la persona que está hablando, esto te ayudará a mandar el mensaje de que estás comprometido con la conversación.

Cuando no se cumple con esta característica, lo primero que comunicamos es que no estamos en sintonía. Y muy probablemente eso ponga muy incómodo a nuestro interlocutor, ya que posiblemente sentirá que no se le está prestando la atención que merece.

2.Cruzar pies, piernas o brazos.

Cuando adoptas esta postura no solamente sugieres a los demás que estás siendo mentalmente cerrado. También puedes comunicar, dependiendo del contexto, aislamiento, inseguridad, ansiedad y una actitud a la defensiva.

En una conversación, si la otra persona se inclina hacia adelante, sabrás inmediatamente que se está interesando por lo que estás diciendo. En este caso particular, intenta inclinarte también; inconscientemente, la persona sentirá empatía y probablemente la conversación sea mucho más ligera. Esta es la técnica de “El espejo”, de la que hablaremos más adelante.

3.Mirar desinteresadamente o exagerar la atención.

No importa si estás conversando con un grupo o una persona, ¡deja de distraerte con el celular, la computadora, el lunar del vecino o la mosca en la ventana! Hacer contacto visual con las personas con las que estás hablando es súper importante. Recuerda que aunque estés prestando atención, tu cuerpo puede estar comunicando lo contrario.

Por otro lado, ¡no exageres! No estamos tratando de hipnotizar a nuestros interlocutores. Los expertos sugieren que en una conversación se utilice un 60% de contacto visual, el exceso de éste, está relacionado con una reacción primitiva que sugiere una actitud dominante. Así que relaja la vista, sólo no aproveches para mirar a la chica guapa del grupo o los demás notarán que estás distraído.

4.Olvidarse de asentir con la cabeza.

Asentir con la cabeza se percibe generalmente como un signo de aceptación, empatía y aliento. Es tan importante que, en prototipos de inteligencia artificial, muchos robots incluyen este gesto con el fin de humanizarlos.

¡Advertencia! Hay dos tipos de asentimientos; uno es rápido, denota que “ya has escuchado demasiado” y que estás impaciente por terminar la conversación. El otro es lento, y comunica interés por el tema, paciencia y atención. Así que la próxima vez que estés ansioso por terminar una conversación cuida de no asentir rápidamente con la cabeza, a menos que ese sea el mensaje que quieres transmitir. O bien, si deseas que la otra persona continúe hablando, asiente lentamente.

5.Ausencia del “Espejo”.

Así es. Tal como suena, la técnica de “El espejo” se basa en imitar sutilmente los movimientos del interlocutor. ¡Pero no seas copión! Se trata de buscar empatía y comodidad, a través de proyectar lo que el otro está proyectando.

Un ejemplo de esto ya lo vimos en el punto 2, cuando te sugerimos inclinarte hacia adelante  si alguien se inclina hacia ti en una conversación. Imagina que estás en una junta y uno de tus compañeros está muy renuente a trabajar, y mientras él te escucha, recarga el mentón en la palma de la mano. ¿Qué es lo que puedes hacer en este caso? Intenta ponerte en la misma postura y notarás cómo la comunicación mejora.

Estos sencillos puntos, son apenas una pequeña punta del gran “iceberg” que representa el lenguaje corporal o la comunicación no verbal. Te sugiero que te sumerjas un poco más en este tema, pues la comunicación no verbal se encuentra prácticamente en todas nuestras relaciones. Si utilizas más este conocimiento a tu favor tendrás más posibilidades de mejorar tu comunicación en el trabajo.

¡Éxito en poner en práctica estos consejos!

Nota: Si quieres conocer más del tema, te recomendamos leer el libro “La comunicación no verbal” de la autora Flora Davis.

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