¿Ya te decidiste a emprender o lo estás considerando? Todos sabemos que implica riesgos. De hecho, evitarlos es quizá la razón más importante por la cual muchas personas deciden nunca emprender en su vida. Sin embargo, si bien es necesario ser cuidadosos al momento de emprender, es todavía más necesario reconocer que existen riesgos porque esto nos ayudará a estar mucho mejor preparados. Y si aún no decides qué emprender, recuerda que puedes tomar este curso en línea para convertir tu idea en empresa.
Debes saber que hay riesgos inevitables por más que hagas una perfecta planeación, un grandioso estudio de mercado o domines todo lo relacionado a tu negocio. Esta es la realidad y debes enfrentarla, no temerle. Es necesario saber que una vez decidido a emprender, estarás dejando a un lado la cómoda vida de recibir un sueldo cada quincena y deberás empezarte a preocupar por pagar la nómina. Suena emocionante ¿verdad? Déjame te platico cuatro de los riesgos más importantes que he identificado a la hora de emprender:
Riesgo #1. ¿A dónde se fue mi dinero? La gente exitosa siempre dirá que para ser felices, en lo último que debes pensar es en hacer las cosas sólo por dinero. Ok sí, pero no conozco a un solo empresario que haya invertido su dinero con la intención de perderlo, por eso, al emprender -y más si es la primera vez- debes ser exageradamente precavido con tu dinero y disciplinado en los gastos. Debes tener un presupuesto muy bien delimitado y sobre todo, debes procurar seguirlo al pie de la letra. Claro que siempre habrá imprevistos pero hasta esos debes tenerlos en mente. Debes saber manejar el dinero y ceñirte a un presupuesto. Si no, sólo verás cómo se adelgaza tu cartera, tus cuentas bancarias y tu ánimo.
Riesgo #2. No pegó mi idea. Sé que suena como una pesadilla pensar en esto. Pensar que en lo que tanto creías no funcionó pero créeme, no es tan malo. Cuando planeas abrir tu negocio, debes tener en mente esta posibilidad. Una vez que estás decidido a arriesgarlo todo por tu idea, sólo pregúntate ¿Cuál es el plan b en caso de que tu empresa no funcione? ¿Tienes suficientes ahorros en caso de que debas cerrar y no encuentres trabajo inmediatamente? ¿Cuánto de tus ahorros invertirás en tu negocio y cuánto dejarás en tu fondo de contingencia? Ante esta posibilidad es importante que seas tolerante a la frustración. Si todo sale mal y te enfrentas a esta situación, sólo te daré un consejo: Aprende de esto.
Riesgo #3. ¡Ya tengo competencia! Pero qué tal si por el contrario, tu idea fue tan buena que ahora ¡ya tienes competencia! Si, alguien vio el potencial de tu empresa y ahora te quiere ganar clientes. Primero, debes estar feliz porque tu idea inspiró a más personas. Si sientes que tu competencia es un riesgo, lo único que puedes hacer es poner en marcha tus mejores aptitudes de análisis. Analiza qué ofrece diferente tu competencia y qué puedes mejorar sin que te lastime en los costos. Si tu competencia se está llevando a tus clientes, analiza (más bien averigua) qué está haciendo mejor. Sea lo que sea que tenga diferente tu rival, debes entender que la competencia es buena porque, invariablemente, te hará mejorar. Si no lo haces, desaparecerás.
Riesgo #4. La realidad no es como la esperabas. Ya sea porque te enfrentaste al riesgo #3, porque estás a punto de enfrentarte al riesgo #2 o simplemente porque ya en la práctica tu idea necesita ajustes; es necesario que todo emprendedor tenga la capacidad de adaptar su idea a la realidad. Todo buen emprendedor debe tener una capacidad de adaptación enorme. Debes saber cuándo modificar cosas y sobre todo cuáles. No te cases con tu idea. Obviamente debes creer en ella pero es importante que seas lo suficientemente flexible para saber que la mejor idea es la que se modifica de acuerdo a la experiencia.
Recuerda que para ser un emprendedor exitoso y convertirte en un gran empresario debes notar ciertas tendencias de consumo o preferencias antes de que el mercado se sature.
Por último, recuerda que si bien todo en esta vida implica cierto riesgo y el emprender es uno alto, debes equilibrar ese impulso excesivo por arriesgarte. Tomar riesgos desmedidos puede no sólo destruir un negocio sino tus finanzas y hasta tu vida personal. Definitivamente el riesgo, así como emprender, no es para todos, pero nunca gana el que nunca apuesta así que, calcula bien el riesgo e ¡inténtalo!