Uno de los temores más frecuentes entre los jóvenes que salen a pedir trabajo por primera vez, es el rechazo por la ya tan conocida frase “No tienes experiencia” que, por más que suene trillado, sigue siendo una realidad en el mundo laboral actual. Basta con saber que nunca antes has cotizado en el IMSS para determinar una idea aproximada de cómo te podrías desenvolver bajo presión, qué conocimientos técnicos posees o con qué conocimientos funcionales tienes. Y al pensar en ello, normalmente se puede culpar a las empresas de no querer integrar al talento universitario, pero ¿Podrían las universidades tener algo que ver con el desempleo? Un reporte de la Stanford Social Innovation Review sugiere que sí.
En el tiempo de nuestros padres, se buscaban habilidades técnicas e informáticas en concordancia con los grandes saltos tecnológicos que sucedieron en las últimas décadas del S.XXI y que hoy dan vida a grandes como Apple o Microsoft, algo que las universidades continúan incorporando, pero en la actualidad, las empresas buscan una combinación adicional de habilidades sociales como la resolución de problemas, el trabajo en equipo, la empatía y la inteligencia emocional. En pocas palabras, podrás tener conocimientos técnicos esenciales, pero si no puedes abordar el trabajo de manera adecuada, no eres atractivo
Aunque si bien es cierto que, los empleos generados en tiempos recientes son insuficientes para satisfacer la demanda de jóvenes que han ingresado al mercado laboral, también es verdad que, los planes de estudio, de los centros de educación superior, no están incorporando la adquisición de habilidades sociales como eje medular de la formación universitaria, sobretodo en redacción, creatividad y emprendimiento social; una brecha que es aún más grande entre las universidades públicas que en las privadas. Ante tal escenario, lo que muchos jóvenes optan por hacer para abatir la falta de experiencia al egresar, es combinar el trabajo con los estudios.
Trabajar mientras se estudia, ¿Alternativa?
En conjunto con la adquisición de experiencia, la generación de ingresos adicionales para solventar los gastos de la licenciatura puede llevar a la conclusión de que combinar ambas actividades es una buena idea para los universitarios, sin embargo, tiene algunos inconvenientes, como el aumento del estrés, la posible disminución del rendimiento académico y un menor tiempo disponible para actividades recreativas, además, las situación se torna más compleja cuando el trabajo no guarda relación alguna con lo que estudia el universitario.
La Encuesta Nacional de Egresados primera edición, del Centro de Opinión Pública Laureate México, estima que la mitad de los egresados universitarios en México trabajó mientras estudiaba la licenciatura. Lo que quiere decir que no es una cifra menor sin importancia, pues sugiere que las universidades deberían de voltear a ver hacia este lugar en aras de conseguir una reforma al modelo de enseñanza, para poder lograr un equilibro entre la vida persona, la escuela y el trabajo, porque, si bien cuando se piensa en un estudiante intuitivamente se asume que dedica tiempo completo y de manera presencial a la academia, la realidad es que 1 de cada 2 universitarios no lo hace, por ello deben de abordarse opciones como por ejemplo, la inclusión de programas de enseñanza a distancia o por internet.
De la misma manera, el Centro Laureate concluye que se necesita una profunda reforma que rompa el paradigma de la educación universitaria y el mundo laboral, es decir, un programa eficiente de gestión de talento entre las empresas y universidades, que beneficie a los estudiantes con la posibilidad de realizar pasantías para la adquisición de experiencia dentro de los líderes de la industria con un beneficio mutuo de las ideas e innovación de la juventud pero que también las universidades, sobre todo las públicas, pero esto sólo se logrará con una convergencia de ambas partes en beneficio de los universitarios y recién egresados reformen sus planes de estudio para dotar a los jóvenes de habilidades como la empatía o el liderazgo y permitan ser flexibles de manera que exista un equilibrio entre la escuela y el trabajo.
¿Crees que sea posible romper el paradigma de la educación laboral en nuestro país? Deja tus comentarios y no olvides responder la Encuesta Nacional de Egresados 2017