COVID-19: Los que no pueden pagar la cuarentena

La pandemia por el COVID-19 tiene puesto de cabeza al planeta. Y, aunque la enfermedad no distingue género, estudios o clase social, las consecuencias de la pandemia no son las mismas para todas las personas ni para todas las clases sociales; de hecho, como en todos los desastres, los que más sufren sus efectos (y seguirán sufriendo) son los pobres. Quédate a leer una interesante reflexión sobre cómo se está viviendo la cuarentena en otros países, especialmente para aquellos que menos tienen, nos referimos a los que no pueden hacer cuarentena. 

¿Crees que ella pueden hacer cuarentena? | Imagen libre de derechos.

La cuarentena no es igual para todos

Probablemente cuando el gobierno dijo ‘#QuédateEnCasa’, lo primero que se te vino a la mente fue realizar compras de pánico. Posteriormente, quizá te hablaron de tu oficina y te dijeron que tendrías que hacer Home Office o incluso que tomaras esas vacaciones que te debían y hasta un permiso con goce de sueldo. Quizás ahora estás en tu sofá y esperas con ansias el día en que puedas salir de casa para irte a celebrar que sobreviviste a otro fin del mundo. Y no está mal; pues estás haciendo lo que crees que es prudente para evitar que tú y los tuyos se enfermen sin embargo, millones de personas en nuestro país no tienen tanta suerte.

Y es que no solamente los profesionales de la medicina son los que no pueden darse el lujo de quedarse en casa; también lo hacen cientos de miles de trabajadores de supermercados, farmacias, policías, bomberos, trabajadores de limpieza, recolectores de basura y demás. Sino también, millones de dueños de pequeños negocios, vendedores de comercio informales, empleados que trabajan por comisión; la señora de las quesadillas; el puesto de la esquina donde venden jugos; la cafetería de barrio en donde pasabas por tu americano antes de entrar a trabajar y una enorme lista que parece no tener fin. A lo anterior, también debes de agregarle los miles de empleados que verán reducidos sus sueldos, que se han ido a casa con permiso sin goce de sueldo; e incluso, aquellos que fueron despedidos injustificadamente aprovechando que los tribunales laborales no tienen actividades por la contingencia sanitaria. Todos ellos no pueden aplicar el #QuédateEnCasa porque viven al día y deben de salir a la calle a ganarse la vida. 

En otras partes del mundo la pobreza también excluye

El privilegio de #QuedarseEnCasa es algo que también se presenta en otras latitudes, especialmente si eres una persona que vive al día, o más bien; de quincena en quincena. Por ejemplo, en el país ‘más rico del planeta’, el 33% de los estadounidenses han admitido que han dejado de un lado el tratamiento médico porque simplemente no pueden pagarlo. En ese país, no existe un sistema de seguridad social como en México; por lo que cada persona debe de contratar un seguro médico privado y, aunque su presidente ha firmado un acta para hacer gratis las pruebas de Covid-19, el tratamiento no es gratis. Desde la hospitalización, las complicaciones por neumonía, hasta la renta de un respirador artificial, todo esos costos pueden llevar a una familia a la quiebra tan sólo en facturas médicas por pagar.

En España, el 12% de la economía de ese país depende del turismo; y, se espera que, si la cuarentena continúa más allá de semana santa, se pierdan más de 2.7 millones de turistas; cosa que invariablemente afectará a las familias que dependen del turismo para subsistir. 

En Centroamérica la cosa pinta aún peor. Con países entre un 20% y un 50% de pobreza en la población, ciertamente las medidas de prevención como lavarse las manos o usar gel antibacterial son casi un lujo. Por ejemplo, en Honduras, una de cada cinco personas de zonas rurales viven con menos de veinte pesos mexicanos al día. Las mismas que llevan parte de sus cosechas a vender en el mercado del poblado más cercano y si no lo hacen, no comen. No los matará el coronavirus, sino el hambre. Y en otras latitudes, como en Argentina, el ejército de ese país ha tenido que repartir comida en los barrios más pobres debido a que la cuarentena ha provocado la caída del ingreso de las familias más vulnerables.

El 85% del empleo en la India se compone por trabajadores informales, vendedores y freelancers y ellos no pueden darse el lujo de quedarse en cuarentena, porque no obtienen ninguna clase de ingreso y, por tanto, no comen. El gobierno de ese país se esfuerza en proveer de raciones de comida y agua a los millones de trabajadores que se han quedado sin sustento de un día para otro en las grandes ciudades; y, por otro lado, ante la falta de otras condiciones, los más pobres que han caído contagiados por el COVID-19, se han visto obligadas a aislarse en las copas de los árboles. 

 

En Italia, la situación se deteriora conforme más avanza el tiempo, especialmente en el sur de esa nación. Al decretarse la cuarentena, incluso para los giros económicos no esenciales; millones de familias han terminado con sus ahorros después de 20 días que iniciaron las restricciones. Diversas llamadas en redes sociales para romper los protocolos de sanidad y saquear los supermercados se han presentando en redes sociales. Incluso unos de los ministros confesó, en una entrevista, que de no actuar con rapidez para llevar comida y bebida a las familias afectadas por la cuarentena, el orden democrático se caería. 

Los más pobres de los pobres. Los olvidados. Los vagabundos.

Quizá hasta este punto no te habías detenido a pensar en esas personas que algunos desearían que se fueran de las ciudades; pero que existen, son personas y necesitan ayuda. ¿Has pensando alguna vez en esa adulta mayor que te pidió una moneda para comer? ¿Sabes cómo la pasa esa mujer en silla de ruedas que mendigaba por una pieza de pan? ¿Y qué hay de los niños que venden mazapanes en la calle? ¿Qué es lo que venden si no hay gente para venderles?

Todas esas personas sin hogar. Sumidas en la más pobre de las pobrezas. Dependiendo diariamente de la caridad humana en las ciudades del mundo. ¿Ellos a donde se guardan por la cuarentena? ¿Qué es lo que comen si no hay quien les dé una moneda? Ellos son los olvidados que el COVID-19 ha olvidado aún más. El viejito que se ponía a tocar un viejo violín en el metro. La abuelita que envuelta en un chal y sentada en una pequeña silla vendía chicles en las escaleras. Ellos no aparecerán en las estadísticas de muertes por el coronavirus; es más, puede que ni siquiera aparezcan en ningún lado, porque nadie se acuerda de ellos y a nadie le importa lo que les pase.

Los olvidados por el COVID-19.

Así que, mañana que te vuelvas a sentar en tu sofá, al abrir tu refrigerador con comida y al utilizar tu papel de baño, considérate extremadamente afortunado. Y quizás, cuando todo esto acabe, podrías tener empatía con aquellos menos afortunados. Un buen inicio sería por consumir lo que venden tus vecinos y no lo que encuentras en una tienda de una empresa transnacional. Porque seguramente ellos no pudieron pagar la cuarentena.

¿Sabías que sabiendo inglés y español puedes hablar con el 80% de la población mundial? Certifícate ahora.
Becas Profesionistas

Suscríbete

Últimos artículos

¿Sabes qué es la IA y cómo puedes aprovecharla en tu día a día?

La inteligencia artificial (IA) no es una tecnología única,...

El top 10 de empresas de EdTech en América Latina

La tecnología ha revolucionado prácticamente todos los aspectos de...

Los retos en el e-learning

La enseñanza virtual se ha desarrollado considerablemente en los...

El top 5 de empresas de EdTech en México: innovación educativa en la era Digital

La educación ha experimentado una transformación significativa en la...