Jugando al abogado del diablo
¿Cuántas veces hemos visto productos ridículos, propuestas de negocio, proyectos de inversión, o procesos de producción que son inviables, fracasan rotundamente y todo el mundo se dio cuenta que su fracaso era inevitable porque la idea detrás era errónea? Cuando vemos este tipo de fallos constantemente nos preguntamos cómo es que lograron saltar de ser únicamente una idea a materializarse en algo mucho más concreto sin que nadie objetara o dijera que eran una mala idea.
Sin embargo, si alguna vez has estado en un proceso de lluvia de ideas (de nuevo, para cualquier tipo de producto u objetivo laboral) seguramente te has enfrentado a la situación en que aquella idea que se está discutiendo no es exactamente la más genial. El problema es que no es tan fácil demostrar estas fallas o jugar al abogado del diablo, pues esta idea fue pensada por alguien que la considera válida, propositiva y buena. Además, que pasa si el que está exponiendo es tu jefe, alguien con quien no te llevas bien o no tienes tanta confianza, ¿cómo le dirías que su idea no es viable o que hay una mejor alternativa? ¿Cómo encarnarías al abogado del diablo sin morir en el intento?
Aquí van unas sugerencias:
Escucha antes de actuar
Escucha con atención la presentación de la idea o producto antes de saltar ante la primera oportunidad de debatir. Es importante notar que el mismo proceso de llevar a cabo una “lluvia de ideas” se hace en etapas iniciales de la creación de un producto o idea. Así que no es extraño que surjan ideas muy locas o poco convencionales que son claramente destellos de creatividad que no pretenden ir más allá. El momento de encarnar al abogado del diablo es cuando una idea ha sido expuesta por un buen rato, ya tiene cierta forma y claridad pero aun así no es la mejor idea del mundo, y como hemos dicho antes, no es viable o puede ser mejorada ampliamente.
Construye con la idea
No solo encuentres o señales los errores sino tomate tu tiempo para encontrar alternativas y sugerencias que más allá de eliminar la idea la puedan modificar o enriquecer de tal manera que quizá la idea original se modifique pero la inspiración y el autor intelectual se sentirá menos derrotado. Además cuando ofreces alternativas o construyes a partir de algo preexistente, tu aportación será percibida como constructiva más que un ataque que se puede percibir como algo personal.
Cuida tu tono
El tono en el que resaltes los errores de tus colegas es quizá una de los aspectos más importantes pues un tono agresivo o altisonante puede ocasionar fricciones innecesarias. Así que mantén un tono amigable, positivo pero a la vez firme para que tus justificaciones de por qué la idea es deficiente se puedan entender sin causar problemas con tus compañeros.
El valor del abogado del diablo es poder evitar que una mala idea termine en una mala realidad y dañe la imagen y producto de tu empresa u organización. Sin embargo, no es un papel fácil y debes tener cuidado cuando te transformas en él. Por esta misma razón es deseable que las empresas o los equipos de trabajo incentiven a su personal a través de dinámicas especificas o como descripción explicita de un puesto de trabajo (quizá como líder o coordinador de un proyecto) para adoptar este papel de forma institucionalizada. De tal forma que en lugar de ser percibido como una agresión o una posible amenaza para el resto de tus compañeros y jefes, la figura del abogado del diablo se vea como una forma eficiente de agregar valor.