Una vez más la MIT Technology Review anunció a los ganadores de la edición 2015 de Innovadores Menores de 35 México. Este concurso busca alentar el desarrollo y la vocación científica en nuestro país al apoyar a los jóvenes mexicanos, o de residencia en México, con las mejores propuestas y avances en cualquier rama de la ciencia y la tecnología.
Les dejamos a continuación la lista de estos 10 ganadores, quienes fueron seleccionados por el impacto social, su creatividad, y cómo las investigaciones que hicieron se orientan a resolver problemas en nuestra sociedad.
1. Ramón Bacre
Egresado del Tec de Monterrey y de la maestría en Ciencias de la tierra en la UNAM, este joven de 34 ingenió un tipo de fertilizante enfocado a hacer frente al cambio climático. Bacre tomó el biocarbón (variante del mineral) y lo enriqueció con microorganismos, los cuales enriquecen la tierra y retienen más agua, haciéndola más fértil. A través de su empresa, Biotecnología Mexicana contra el Cambio Climático, espera integrar su producto en el mercado. Esta alternativa podría reducir nuestras emisiones de CO2 hasta un 12%.
2. Carlos Bernal
Este joven de 33 años estudió la Ingeniería en Sistemas Computacionales en el Instituto Tecnológico de Chihuahua II, y la maestría en Ingeniería Tecnológica de Redes y Comunicación en la Universidad de Boston. Su aportación se orienta a ayudar a los diabéticos a monitorear el nivel de glucosa en la sangre. Tomando en cuenta que las alternativas para revisarse es algo doloroso, caro y tardado, Bernal desarrolló un sensor llamado GlucosAlarm, el cual se coloca en el escusado y se conecta via bluetooth al celular. Este sensor absorbe una muestra de orina y mide su concentración de glucosa para alertar al paciente de su nivel.
3. Peter Bloom
En México como en otras partes del mundo, no hay obligación legal de ofrecer cobertura telefónica a todo el territorio. El fundador de Rhizomatica, de 33 años, busca darle acceso telefónico a comunidades aisladas en México. Gracias a su compañía, zonas sin cobertura ahora podrán tenerla. Para lograr esto, Bloom conecta el Internet a través de microondas que rebotan entre antenas de un costo reducido. Ahora cuenta con unas 19 comunidades en Oaxaca aprovechando este servicio de red 2G, y su siguiente paso es convertirla en 4G.
4. Eva Hernández
Ingeniera bioquímica por el Instituto Tecnológico Superior de Coatzacoalcos, Eva Hernández, de 23 años, comenzó su trabajo por la preocupación de las infecciones vaginales y las enfermedades en que una de estas pudiese provocar. La aportación que hizo a lado de sus dos socios a este cuidado son unas tiras llamadas V. Confident, que se adhieren a la ropa interior de la mujer, reaccionando si existe alguna infección. Las tiras detectan el nivel de pH y la concentración de bacterias en la vagina. Dependiendo de la intensidad del color es la indicación del nivel de flora, lo cual puede señalar si existe la posibilidad o ya hay una infección.
5. David Leal
Este joven de 33 años cofundó hace dos años Reduse Ltd. con el objetivo de insertar al mercado un producto capaz de desimprimir el papel. Considerando que cada año la generación directa o indirecta de emisiones de CO2 es de 420 millones de toneladas por la producción de pulpa de papel, Leal, egresado de Cambridge, Manchester y el Tec, elaboró una desimpresora que por medio de un láser evapora la resina poliéster (componente del tóner) del papel y así los pigmentos se desprenden. El proceso genera vapor de agua y un poco de CO2, el cual se va a un filtro comercial.
6. Edgar Rodríguez
Estudiante de Ingeniería Mecánica en la UNAM, Edgar Rodríguez, de 30 años, elaboró una alternativa para buscar fuentes de agua. Con la estimación de que para el 2025 un gran número de personas de la población mundial tendrá escasez de agua, este joven desarrolló un condensador capaz de captar humedad del aire y llevarla a un contenedor, todo sin usar electricidad. Esto lo logró gracias a la implementación de una placa negra de metal corrugado que calienta el aire, el cual asciende por una chimenea que conduce hasta el filtro.
7. Víctor Serdio
Con una formación académica en el Instituto Tecnológico de Tokyo, Víctor Serdio llegó a esta lista a sus 31 años por la elaboración de chips con sensores nanométricos capaces de detectar proteínas asociadas con el cáncer. Estos sensores lo que hacen es que, por medio de ARN o anticuerpos detectan un tipo particular de proteína en la sangre. Esta innovación hace el diagnóstico de cáncer más barato que la técnica ELISA y ha sobresalido porque Serdio encontró la manera de construir estos sensores de dimensiones tan diminutas sin dedicarle tanto tiempo a su producción.
8. Elena Soaje
Por medio de Lego, esta joven de 34 años elaboró un método para generar interés y vocación en los niños para que se dediquen a las ciencias. Hace unos años Soaje creó Robocrea, una empresa que en colaboración con Lego se dedica a enseñarle a niños en escuelas (materia extraescolar) a diseñar y construir robots. Este desarrollo llevó a Soaje a la construcción del primer drone producido sin herramientas, sino con Legos y piezas impresas en 3D, el cual además vuela a través de un smartphone o control remoto.
9. Marco Trujillo
Con 25 años y egresado del Tec de Monterrey, Marco Trujillo y su socio Cuauhtli Padilla, elaboraron una pulsera inteligente que es capaz de orientar a personas ciegas. El dispositivo funciona a través de ultrasonidos que envían la información a través de vibraciones a los usuarios. Ya lo probaron y está listo para el mercado (349 dólares). Estas pruebas fueron con niños en una escuela, y ahí los pequeños fueron capaces de solucionar laberintos e incluso correr sin problemas. Ésta sólo se activa cuando el usuario se desplaza a pie y su batería tiene una duración de hasta una semana.
10. Sharon Velásquez
El objetivo que tiene esta joven de 34 años, investigadora de la Universidad de New Castle, es mitigar los problemas con la evaluación de contaminación del agua. Es decir, creó un biosensor capaz de detectar contaminación fecal en aguas para consumo humano. La investigación de la joven se originó porque las bacterias hacen un proceso de degradación y este produce energía. En lugares de recursos escasos, la población llega a tener serios problemas de salud por tomar agua contaminada, así, el invento de Sharon es capaz de detectar esta energía a través de celdas de combustible microbianas. Este invento puede ser un enorme paso para facilitar y acelerar el análisis de un agua que podría estar contaminada.
