La productividad no está relacionada con el número de horas que pasas en la oficina, se trata de los resultados que obtienes durante la jornada; en este sentido, la clave para mejorar tu rendimiento es aprender a definir tus prioridades y delegar aquellas actividades secundarias que te impiden avanzar hacia el cumplimiento de objetivos.
En primer lugar, planear tu jornada la noche anterior te ayudará a reconocer las tareas que requieren una atención inmediata, de esta manera podrás ordenar tus actividades en función de su relevancia. Así podrás realizar tus proyectos de acuerdo a su importancia para la organización; en este aspecto es necesario que te coordines con tus colaboradores para no afectar la dinámica del equipo.
Ahora bien, para gestionar tu tiempo adecuadamente es recomendable que comiences por realizar aquellas actividades que te resultan más complicadas por la mañana, ya que se trata del momento del día en el cual te encuentras más concentrado, así lograrás tener una jornada más relajada por la tarde.
Tu capacidad para organizarte y administrar tu tiempo es fundamental para incrementar tu productividad, por ello es importante que cuentes con una agenda, la cual te permitirá mantenerte al tanto de tus pendientes, reuniones así como conocer el grado de avance de tus proyectos.
Es necesario que aprendas a delegar, el primer paso es diferenciar aquellas actividades que demandan una respuesta inmediata de las que puedes encargar a tu equipo, esta cualidad te permitirá lograr los objetivos esperados.
Otro consejo que te ayudará a mantener tu productividad durante tu día laboral es realizar pequeñas pausas durante la jornada, las cuales te ayudarán a relajarte, recuperar la concentración y recuperar tu energía para llevar acabo tu siguiente actividad.
Por otra parte, la sobrecarga de trabajo ocasionada por una deficiente organización del tiempo no solo disminuye tu rendimiento, ya que tu calidad de vida se ve afectada debido a la exposición a periodos prolongados de estrés.
Por último, es importante encontrar un equilibrio entre tus actividades laborales y tu vida personal; pasar tiempo con tu familia, practicar algún deporte y dedicar parte del día a actividades que disfrutes resulta esencial tanto para tu felicidad como para tu rendimiento laboral.