El nivel de importancia que las referencias pueden tener en un proceso de reclutamiento es muy variable. En algunos casos pueden ser casi un mero trámite o que, a lo mucho, sirvan para verificar que eres quien dices ser (y que no debes ser tan mala persona si alguien está dispuesto a confirmarlo). Sin embargo, hay casos donde la referencia para un trabajo puede ser determinante para que lo consigas o, bien, que tenga un impacto en la oferta económica que puedan hacerte.
No conozco una forma infalible de saber qué importancia tienen las recomendaciones en cada caso específico y, como no vale la pena ponerse a adivinar, lo mejor es poner las mejores recomendaciones que puedas. Aquí algunas ideas que te servirán para elegir a esas personas:
1. Contactos profesionales (no amigos)
Lo más importante de una referencia laboral es ¡que conozca tú trabajo! Eso implica que pueda argumentar por qué eres bueno haciéndolo y que incluso tenga ejemplos (así que olvídate de amigos o compañeros de oficina con los que sales de fiesta pero realmente no trabajas tanto). Recuerda, mientras mejor pueda explicar por qué eres indispensable en un equipo de trabajo mejor.
2. Personas con alto nivel de discreción o fuera de tu entono laboral actual
No siempre se puede ser muy abierto respecto a la búsqueda de una nueva oportunidad laboral. Si ese es el caso, lo mejor es poner referencias externas a tu trabajo actual. Ahora que, si es el único trabajo que has tenido, o de verdad no se te ocurre a nadie externo a quién poner, asegúrate de pedirles discreción al respecto (lo último que quieres es que en tu trabajo se enteren de tu búsqueda por alguien que no sea tú).
3. No pongas a tu tío (sé profesional)
Se ve muy poco profesional que pongas al tío o la prima como referencia laboral. Si tu experiencia es en una empresa familiar siempre puedes poner un cliente. Otra opción es poner alguna referencia académica (muy recomendable si no tienes experiencia profesional aún). Si de verdad no tienes otra opción que poner al tío (algo has estado haciendo muy mal en tu vida profesional) se transparente al respecto con el reclutador.
4. No pongas al presidente de tu país o al CEO de la empresa (con sus excepciones)
Siempre es bueno poner como referencia a la persona con el nivel organizacional más alto. Sin embargo, de nada sirve si no tuviste una relación laboral significativa con la persona (o peor aún, si dado que no te conoce tanto nunca va a atender el mail o llamada). Recuerda, no se trata de presumir con nombres.
Si eres bueno en tu trabajo seguro no tendrás problemas para seguir estos cuatro puntos. Ahora sólo recuerda avisar a las personas que pusiste como referencia, de modo que estén enterados, listos para atender esa llamada e, incluso, preparados para hablar de lo genial que eres en el trabajo.