Actos de deshonestidad como fraude, corrupción, robo y en general las malas prácticas de trabajo afectan tanto a la empresa como a los colaboradores, ya que generan desconfianza, incertidumbre e influyen en el desarrollo de un clima organizacional negativo para la competitividad.
Debido a esta problemática, promover la honestidad es un tema que ha tomado mayor relevancia para los directivos, ya que la ética que posee un profesionista se relaciona con su desempeño y por lo tanto, influye en los resultados de la compañía.
Construir una cultura de honestidad representa un reto para muchas empresas debido a la falta de procesos o una deficiente estrategia que permita implementar prácticas laborales más eficaces.
En este sentido, los líderes necesitan compartir la filosofía de la compañía con sus colaboradores y convertirse en un ejemplo a seguir más allá de ser una figura de autoridad. Asimismo, es fundamental que participes en las iniciativas para combatir la deshonestidad.
Para prevenir actos que pongan en riesgo el bienestar de los colaboradores, afecten el clima de trabajo y ocasionan pérdidas económicas para la empresa, los directivos necesitan desarrollar un código de ética con el propósito de garantizar la sana convivencia en la oficina.
El primer paso para promover la ética es desarrollar un programa que ayude a orientar los actos de los colaboradores en función de los valores de la compañía. Por ello, es importante mantenerte informado de las acciones que emprenda la organización para combatir la deshonestidad.
Al existir un código de ética, no solo se combaten los actos de deshonestidad, también se fortalecen las líneas de autoridad y se crea un ambiente laboral que favorece la confianza, comunicación y convivencia.
Por último, al evaluar tu entorno e identificar actos que afecten a la compañía contribuirás a disminuir la deshonestidad y te convertirás en un agente de cambio que impulse la ética en tu lugar de trabajo.