Además de tu sueldo, el salario o pago emocional te retribuye de una manera no económica, generando en ti mayor satisfacción y lealtad.
Mucho se ha hablado ya de que los millennials y las nuevas generaciones no están del todo a gusto en sus trabajos. Cada vez son más y más las encuestas y estudios que revelan que esta generación es una de empleados que van de empresa en empresa, buscando nuevos retos.
Por muchos años el ideal de nuestros padres fue encontrar una empresa dónde pudieran desarrollarse profesionalmente toda la vida y jubilarse. Ahora hablar de jubilarse suena como una misión imposible.
Podríamos decir que un buen sueldo ya no es suficiente, ahora buscamos ser felices en el trabajo.
¿Qué es el salario emocional?
Básicamente se trata de la forma en la que los empleadores buscan fidelizar a sus empleados, es decir que sean felices trabajando y se pongan la camiseta de la empresa.
Sí, es un pago no monetario que tiene como objetivo que te guste lo que haces, te sientas cómodo, libre, motivado… casi, casi como un niño en una alberca de pelotas.
Este tipo de salario mejora la calidad de vida del trabajador, que además se refleja en su productividad. ¿Por qué crees que en empresas como Facebook o Google parecen más un centro de entretenimiento que un lugar de trabajo?
Podríamos mencionar varios ejemplos de salario emocional pero entre los más comunes están:
1. Horario flexible: como cuando quieres hacer otras cosas y no te da tiempo para hacerlas por el trabajo, pero tu jefe te dice: “Con que cumplas con tu trabajo puedes salir más temprano o entrar más tarde”.
2. Home office: como cuando tu trabajo no requiere encerrarte en una oficina y te dan chance de cumplir con tus deberes desde casa.
3. Espacios de distracción: como cuando en el edificio de tu chamba encuentras salas de juegos, gimnasios, spa, dormitorios, etc. ¡Aunque no lo creas, existe!
4. Subsidios: como cuando la empresa pasa por ti en un transporte para que viajes cómodo y seguro o como cuando la comida en el comedor es más barata para que no te preocupes por esos gastos.
5. Reconocimiento a tu trabajo: como cuando te hacen saber que eres bueno en lo que haces. ¡Básico!
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