Qué hacer si te ascienden
Puede ser que anticiparas esta promoción, o que te haya caído realmente por sorpresa, haya sido como haya sido, necesitas capitalizar toda la energía posible y enfocarla para que este momento importante en tu carrera te haga brillar. Es importante que pienses con la cabeza fría, pues a veces la idea de avanzar te puede envolver de tal manera que olvidas qué sucede después de una promoción. Esta implica más trabajo, delegar responsabilidades y cambios en la trayectoria de tu carrera.
Por eso es importante que consideres estas tres cosas antes de aceptar tu promoción:
- ¿Cuáles anticipas que serán los retos y expectativas de este nuevo rol?
- ¿Esta promoción cumple con tu perfil y se alinea con tus intereses y aptitudes?
- ¿Cómo afecta esta promoción a las metas que tenías planteadas y tu trayectoria profesional? Tienes que pensar también qué pasará con tu vida personal.
Muchas veces tanto aceptar el ascenso como declinarlo requiere del mismo valor. Pensar en los tres puntos anteriores, hacer cálculos sobre dinero, posibles horas extras de trabajo, mayor presión y más responsabilidades, pueden llevarte a la conclusión de que no cuentas con las aptitudes necesarias para el puesto, o que tal vez necesitas mayor preparación para ello. Aceptarlo puede evitar muchos costos a futuro.
Tienes que saber qué tipo de perfil es el tuyo. Si eres mejor siendo la fuerza que maneja los proyectos desde un punto estratégico o quien ejecuta el trabajo en las trincheras. ¿Prefieres ejecutar, dirigir o planear? Tienes que saber si eres de los que son mejores haciendo cosas o empoderando a los demás para ejecuten un gran trabajo.
Hay otras aptitudes que tienes que mostrar durante una promoción. Poner a prueba tu autoridad es una de ellas. Necesitas demostrar que sabes lo que estás haciendo y que mereces esa promoción. Construye una credibilidad y averigua qué estilo gerencial es el que más va contigo.
Aprender sobre la complejidad de la interacción humana es un buen esfuerzo para ganar mejor entendimiento sobre cómo llevar una dirección y tratar con el personal a cargo. Necesitas aprender a diferenciar quién en tu equipo trabaja bien y quién no lo hace. Saber dar retroalimentación puede parecer complicado, pero es una de las cosas que tus subalternos agradecerán en un futuro. Piensa bien hacia dónde quieres ir y maneja tus aptitudes como un profesional.
Pedir consejos siempre es bueno. Busca a un mentor con el que puedas platicar sobre tus inquietudes. La buena noticia es que seguramente alguien ya lidió con esto antes, así que lo mejor que puedes haces es tener a una persona con quien puedas discutir de manera confidencial los problemas que surjan. Si es tu jefe, perfecto, si no, busca alguien más en la compañía con esta capacidad. Más que debilidad, es un signo de que así como das retroalimentación a tus subordinados, tú también estás dispuesto a tenerla.
Las oportunidades llegan una sola vez. ¡Aprovéchalas!