Seguramente todos podemos recordar algún momento, ya sea durante la carrera o en nuestros primeros años en el trabajo, en que literalmente sufrimos por cumplir con una fecha límite para entregar algún trabajo, reporte o resultado. Al menos en mi caso, no era extraño ver como más de uno de mis compañeros (me incluyo en ese cálculo) dejaban todo hasta el último segundo para terminar ensayos y textos en la carrera. De hecho, hubo escenas realmente dramáticas frente a las impresoras –las cuales tienen un don de volverse más lentas o de plano dejar de funcionar cuando más prisa tienes– mientras terminábamos de imprimir dichos trabajos en la universidad. El problema es que nosotros solitos nos ocasionamos llegar a estas situaciones tan estresantes ya que en lugar de empezar a estudiar, o a hacer el trabajo que debemos entregar en una fecha predeterminada, muchas veces nos distraemos en cosas poco productivas –llámese redes sociales, salir de fiesta con los amigos o el chisme de la oficina– y cuando menos lo esperamos, tenemos la fecha a la vuelta de la esquina.
Procrastinar, o dejar todo al último momento es una estrategia extremadamente riesgosa y que tiene consecuencias negativas en distintos aspectos de nuestro desempeño, ya sea como estudiante o como profesionista. De hecho, un estudio de Scott Dacko y David Arnott de la Warwick Business School demuestra cómo los estudiantes que entregaron sus ensayos en el último momento, obtuvieron cinco puntos menos en su calificación final. En dicho estudio, Dacko y Arnott analizaron las calificaciones de 777 estudiantes en dos clases de marketing en la Universidad de Warwick. El primer hallazgo que encontraron es que el 86.1% de los estudiantes entregaron su trabajo final en las últimas 24 horas y las calificaciones que recibieron en realidad fueron bastante similares a las de aquellos que lo entregaron antes o temprano. Sin embargo, lo interesante está cuando analizan las calificaciones conforme la hora límite de entrega se acerca. En promedio, la calificación iba disminuyendo mientras se agotaba el reloj. Los estudiantes que entregaron sus trabajos en el último minuto perdieron, en promedio, 5 puntos en su calificación final. Es decir, recibieron un 59/100 en contraste del 64/100 que recibieron aquellos que entregaron su ensayo final con una antelación de 24 horas.
Por si esto no fuera suficiente, de acuerdo a Joseph Ferrari, profesor de la DePaul University, las personas que procrastinan son más propensas a sufrir malestares físicos, como gastritis, dolores de cabeza, y hasta, un autoestima bajo. Sin duda los síntomas físicos tienen que ver con la ansiedad, angustia y hasta las presiones o cargas de trabajo excesivas a las que se someten los “procrastinadores” crónicos.
Así que ya sabes, si crees que tu mejor estrategia es dejar todo hasta el último minuto o si según tú “trabajar bajo presión te hace más eficiente”, piénsalo dos veces. Es mejor estructurar tu tiempo de forma inteligente para poder cumplir con fechas sin causarte angustias innecesarias, y, de paso, obtendrás mejores resultados finales.