Hay un momento en la vida de todo emprendedor en que las cosas se ponen difíciles. Tan difíciles que la idea de tener que bajar la cortina para siempre se asoma por la cabeza y produce un cóctel de estrés y ansiedad que provoca que no se pueda conciliar el sueño. La decisión entre tener que cerrar o seguir intentando y ver si las cosas mejoran nunca es algo sencillo; sin embargo, hay algunos síntomas que te dicen que es hora de cerrar el negocio.
Síntoma 1: Las ventas no alcanzan
Todos los negocios tienen que vender un producto o servicio para continuar en el mercado. Pero, algo muy importante es el nivel de ventas que necesitan para alcanzar el punto de equilibrio, es decir, el momento en que las ventas alcanzan a cubrir los costos de producción. Sin embargo, al principio es poco probable que las empresas alcancen las suficientes ventas para cubrir los costos, pero si ya llevan algún tiempo operando y continúan sin cubrir las pérdidas, quiere decir que algo va mal.
Síntoma 2: Las deudas se acumulan
Antes de lanzarse a la aventura emprendedora, todo buen empresario sabe que requiere de cierta cantidad de financiamiento para operar en lo que alcanza el punto de equilibrio y la empresa puede sostenerse por sí misma. Y es que dentro de los costos que hay que pagar, puede haber sueldos, rentas, insumos, servicios y un largo etcétera por el que los negocios deben hacerse responsables. Cuando comienzan a tener un corto flujo de efectivo y a no poder pagar las deudas, hay que preocuparse.
Síntoma 3: No hay inversionistas a la vista
Puede que no haya mucho financiamiento y tampoco las suficientes ventas, pero un claro síntoma de que el momento de cerrar ya viene es que no se consigan inversionistas. Y es que después de las 3F (Friends, Family and Fools), si los inversionistas no logran ver potencial en el negocio del emprendedor, no van a querer invertir. Y sin inversiones a la vista, el negocio comenzará a agonizar.
Síntoma 4: el equipo está moralmente acabado
Cualquier emprendimiento causa gran expectación entre los miembros del equipo, ya sea por las expectativas de tener un negocio propio o de un mejor ingreso en el futuro. Esto conlleva a que muchas veces se sacrifique tiempo, dinero y esfuerzo, en pro del crecimiento del negocio; sin embargo, cuando las cosas no han ido nada bien por un tiempo y la motivación anda por los suelos, son los emprendedores y dueños del negocio quienes tienen que mostrarse valientes e inyectar ánimos al equipo de trabajo. Pero, cuando son los propios emprendedores que no logran poner una buena cara ante la adversidad y hasta tienen discusiones entre ellos, es mala señal.
Síntoma 5: Tu producto no convence
Quizá uno de los síntomas que logra coronar la situación al respecto de si es momento de cerrar el negocio es que al final el producto o servicio que ofreces no logra convencer al cliente. Puede que tú estés 100% seguro y enamorado de tu producto, pero si éste no logra convencer al cliente y satisfacer alguna necesidad que tenga, por esa razón es que no vendes. Y
Justo en este momento en que varios factores se han combinado para dificultar aún más las cosas, hay que hacer una apuesta arriesgada: o reinventar el negocio o cerrar. ¿Tú que decides?