No importa cuánto lo evites, nunca podrás escapar. En algún punto tienes que preparar una presentación y conforme tu carrera profesional avance esta situación será más frecuente, así que puedes seguir dándole vueltas al asunto o poner manos a la obra. Te damos 10 consejos que pueden ayudarte en este proceso y, de paso, no matar de aburrimiento a tu público en el intento:
1) Cuenta tu verdad. Cuando hablas con la verdad tres cosas pasan:
- Conectas con tu audiencia.
- Instantáneamente te apasionas por lo que estás contando (y transmites esa pasión).
- Encuentras confianza y de pronto te sientes seguro de lo que estás diciendo. Tú eres el experto en el tema, finalmente es TU verdad.
No hay una manera más rápida de establecer confianza con tu público que hablando con la verdad.
2. Utiliza una historia para transmitir tu mensaje. Cuando cuentas una historia tres cosas pasan:
- Conceptos complejos de pronto parecen claros.
- Tus ideas se vuelven memorables.
- Atraes la atención de las personas.
Una buena presentación siempre tiene una historia clara con un principio, un desarrollo y un final. La mejor defensa contra la confusión es una historia clara. El objetivo de tu historia debe ser detonar un cambio, la acción que deseas motivar en tu público.
3. Apóyate de imágenes para contar tu historia. Cuando utilizas imágenes tres cosas pasan:
- La gente puede ver claramente a qué te refieres.
- Atraes la atención de tu público.
- Espantas el aburrimiento.
Nuestra mente nunca descansa. Si nuestros ojos no tienen nada interesante qué observar, empezamos a inventar o recordar cosas. Piénsalo, ¿cómo organizarías tu lista de pendientes si no tuvieras tantas juntas o clases aburridas que te permitieran divagar mientras el tiempo pasa? En cambio, si tenemos algo interesante qué observar nuestra mente puede mantenerse atenta.
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4. Conoce tu tema. No olvides que quieres convencer a tu público de que trate algo nuevo, la opción que tú le estás presentando. Toma en cuenta que, en la mayoría de los casos, algo nuevo es lo último que la gente quiere, por eso tienes que comenzar estableciendo que hay un problema que todos compartimos. Para eso considera que si quieres vender una solución, primero tienes que entender el problema que aseguras vas a resolver con tu propuesta.
5. Apasiónate por tu tema. Si tu presentación no te parece lo suficientemente interesante, ¿por qué si debería serlo para tu público? Para tu presentación encuentra el tema que te inspira, aquello que te motiva. Muchas veces no podemos seleccionar el tema, pero si el ángulo con el que abordaremos el asunto a tratar, dale la vuelta a las cosas de tal forma que lo que estés diciendo te emocione. La gente notará eso y comenzarás a contagiarla con el mismo sentimiento.
6. Sé conciso. No divagues. Menos es más. Si vas a utilizar una presentación, asegúrate de que cada diapositiva sólo contenga una idea. ¡Sí, solo una! Recuerda que la diapositiva ideal tiene:
- Título
- Imagen
- Un breve texto
- ¡Y nada más!
La mejor manera de confundir a tu público es introducir una diapositiva que trate de explicar múltiples ideas. Pero no te agobies, si una idea es demasiada complicada como para explicarla en una diapositiva, usa varias.
7. Elimina las dudas. La parte más importante de tu presentación son los primeros dos minutos. En este lapso la gente decide si debe o no escucharte, si lo que dices es relevante para ellos o no. Por eso es vital que domines al 100% estos primeros minutos, repasa tu presentación y asegúrate de eliminar cualquier elemento que te pueda hacer dudar. Cuando tienes un buen comienzo, el resto de la presentación fluye y empiezas a sentirte relajado.
8. Reduce la velocidad. Cuando estás frente a un público, lo que para ti se siente como tu ritmo normal de habla, para los otros suena acelerado. Tómate tu tiempo. Cuida tu respiración, asegúrate de no acelerar y respirar profundo, esto te dará más espacio para pensar y así transmitirás una sensación de confianza a tu público, les mostrarás que tú eres quien está en control.
9. Identifica tus puntos de apoyo. No importa cuán experimentado sea el presentador, nadie jamás le habla a todo el mundo. Entre más rápido identifiques algunas caras que te hagan sentir cómodo, más pronto estarás tranquilo. Cuando escuchamos a alguien hablar y nos percatamos de que nos voltea a ver repetidamente, casi sin pensarlo le sonreímos y asentimos. Eso es lo que busca el ponente, eso es lo que tú debes buscar, eso te hará sentir más en tu elemento.
10. Encuentra tu estilo personal y sé fiel a él. Hay quien es chistoso, hay quien es serio, otros son callados. No importa cómo seas, acéptalo y transmítelo. Practica tu presentación para que puedas descubrir qué se siente bien en ti, qué te hace sentir cómodo, qué te hace sentir tú mismo, así encontrarás tu estilo personal.
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