¿Cómo solucionar conflictos laborales?

¿Cuántas veces hemos sido partícipes de un conflicto laboral y sentimos que éste se sale de nuestro control? Debemos enfrentar la realidad, el hecho de trabajar con varias personas implica la probabilidad de toparnos con opiniones que se contradigan, choques culturales o visiones diferentes; y esto puede ser el inicio de una discusión si los argumentos no son expresados correctamente.

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Sea cual sea el ámbito en el que te desenvuelvas, cada persona tiene un temperamento diferente y diversas maneras de comunicarse y expresarse en medio de una situación que no tenían prevista o en la cual no se compartan las mismas ideas. Dicho esto, ser asertivo puede librarte de varios problemas a futuro y que tus compañeros no terminen teniéndote entre ceja y ceja.

Para empezar, ¿sabías que en toda relación interpersonal existen 3 diferentes posturas por las cuales terminamos inclinándonos por una a la hora de actuar? Estas son las siguientes:

-Conducta pasiva. Como bien dice el nombre, esta conducta es definida por la pasividad a la hora de enfrentarnos a un conflicto, adoptando una postura sumisa. En esta conducta suele anteponerse el bien de los demás al de la misma persona, haciendo que se esté a disposición de lo que los demás quieren.

-Conducta agresiva. El adjetivo define por si solo a esta conducta. En este tipo de actitudes se busca, mediante la demostración de orgullo y prepotencia, menospreciar a los demás. Siempre se está a la defensiva y se busca una acción combativa y discutir la mayor parte del tiempo. Este tipo de conducta suele alimentarse de conductas pasivas.

-Conducta asertiva. Esta es la conducta buscada y la que todos deberíamos de aspirar a adoptar. En esta conducta se busca defender las ideas de la mejor manera posible, teniendo siempre en cuenta la empatía y perspectiva de no perjudicar a los demás, buscando siempre el actuar justamente. Esta conducta se rige por la búsqueda del diálogo y la negociación.

Para ser más exactos con la definición, dos psicólogos famosos nos han ayudado a definir la asertividad. En primer lugar, Wolpe define la asertividad como la expresión adecuada de cualquier emoción diferente de la ansiedad, con relación a otra persona. Posteriormente, Lazarus añade a la definición de asertividad como toda expresión aceptable de derechos y sentimientos. Finalmente, y conjuntando ambas definiciones, se llega a la conclusión que la asertividad es el hábito de libertad emocional que implica la capacidad para proporcionar información acerca de uno mismo de manera madura y honesta.

Teniendo esta base, pongamos como ejemplo una situación (que seguramente sucede con poca frecuencia en nuestros lugares de trabajo). Supongamos que le encargaste un documento a uno de tus compañeros con cierta información, pero te la entrega a destiempo y con información errónea, ¿de cuál de las siguientes tres maneras reaccionarías?

A: Tu estrés y enojo por el incumplimiento de parte de tu compañero se apoderan de ti y rompes en gritos y usas palabras altisonantes.

B: Decides no decirle nada para no quitarle más de su tiempo y tú mismo realizas los cambios, aunque eso implique más carga de trabajo y horas extra en la oficina.

C: Le haces saber con un tono adecuado tu inconformidad y le comentas tu opinión acerca de la información que te brindó para que pueda corregirlo. Sabes que expresar tus emociones te ayudan a no explotar de enojo y que, al mencionarle sus áreas de oportunidad, ayudas a tu compañero a mejorar para futuras experiencias de trabajo en equipo.

Si te identificaste con la C, ¡felicidades! Has logrado una comunicación efectiva y tu asertividad en tu entorno laboral te ayudará a tener un ambiente más armonioso y a forjar buenas relaciones con tus compañeros de trabajo.

Si te identificaste con la A (agresiva) o con la B (pasiva), no te preocupes. A continuación, te presentamos algunos consejos que puedes aplicar para mantener una actitud asertiva y puedas ser eficaz y eficiente a la hora de comunicarte en medio de un conflicto:

-Definir la situación de conflicto

-Identificar qué conducta estás adoptando en la situación adversa

-Hacer consciente la postura corporal y el tono de voz que estás manejando

-Escuchar receptiva y activamente a la otra parte

-Identificar tus emociones, clasificarlas y comunicarlas lo más claramente posible

-Tener un objetivo claro

-Mantener la calma

-Describir los hechos concretos

-Buscar oportunidades de diálogo y negociación

-Usar oraciones simples y concretas a la hora de pedir las cosas

-Visualizar las consecuencias posibles de cada acto

La asertividad no se logra de un día a otro y se debe de ir trabajando paulatinamente. Puedes empezar con situaciones muy simples e ir haciendo pequeños ajustes en tus actitudes y la forma de expresar tus emociones. Con el tiempo, el cambio en tu actitud se irá viendo reflejado en tu equipo de trabajo, logrando una solución de conflictos más efectiva.

Y tú ¿ya identificaste qué estilo de conducta te caracteriza y has llevado a la práctica alguno de estos tips para ser más asertivo en la solución de conflictos?

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