Planeación estratégica 101

La vida está llena de retos y todos enfrentamos obstáculos mientras buscamos alcanzar nuestras metas. En este contexto resulta fundamental contar con un plan antes de brincar a la acción. En la medida en que comprendas mejor el problema al cual te enfrentas, más y mejores herramienta tendrás para desarrollar soluciones efectivas.

Convertirte en una persona que genera soluciones efectivas no se limita a desarrollar una serie de habilidades, sino que requiere transformar tu mentalidad. En vez de aceptar el statu quo, las personas enfocadas en generación de soluciones efectivas buscan proactivamente cambiar su entorno. ¿Qué habría pasado si líderes como Mandela, Gandhi o Steve Jobs se hubieran quedado conformes con el mundo como lo conocieron?

Las personas que incorporan la planeación estratégica a su práctica profesional alcanzan sus metas más directa y rápidamente (y tienen acceso a mejores oportunidades de empleo). La planeación estratégica no se limita a celeridad en la ejecución, sino que tiene que ver con entender las causas del problema, desarrollar un plan de acción, ponerlo en marcha y vigilar constantemente el progreso para realizar ajustes necesarios y asegurar el avance en la dirección correcta. No se trata de un talento con el que se nace, sino de un hábito que se desarrolla y que puede marcar la diferencia entre realizar un buen trabajo o entregar resultados sobresalientes.

A veces podría parecer que los problemas que se nos presentan son muy grandes. En estos casos fragmentar un gran reto en pequeñas metas puede ayudarnos a ver las cosas en perspectiva y resolver punto por punto. Te presentamos una guía que puede apoyarte a desarrollar una planeación estratégica:

1. Establece una meta clara.
2. Determina la brecha entre tu meta y tu situación actual.
3. Elabora una hipótesis sobre cómo cerrar esta brecha y alcanzar tu meta.
a. Enlista tantas opciones e ideas como te sea posible.
b. Selecciona las mejores ideas como hipótesis.
4. Pon a prueba tu hipótesis.
a. Define qué información necesitas para comprobar tu hipótesis.
b. Desarrolla un plan de acción.

Supongamos que tu meta es cambiar de trabajo. Ten en cuenta que es importante ser tan específico como sea posible. ¿En cuánto tiempo quieres alcanzar este objetivo?, ¿Qué tipo de trabajo deseas encontrar? Entre más clara sea tu meta más detallado será tu plan de acción. Utilicemos un ejemplo: Quiero cambiar de trabajo en un plazo máximo de seis meses.

Pensemos que actualmente trabajas en el área de ventas en una aseguradora trasnacional, haz tratado de obtener ascensos en la empresa, pero a pesar de ser evaluado positivamente en reiteradas ocasiones, la oportunidad simplemente sigue escapando. Aspiras a un puesto gerencial en el cual puedas tener a tu cargo un equipo de trabajo y mayores responsabilidades.

Para desarrollar una lista de potenciales soluciones puedes generar un árbol lógico, una herramienta visual que desglosa un problema en categorías. El árbol lógico de nuestro ejemplo se vería así:

planeación estratégica

Para hacer crecer el árbol de forma vertical pregúntate: ¿Hay otras formas de solucionar el problema? Para crecer el árbol en forma vertical considera qué elementos entran dentro de esta categoría. Así desarrollarás una gran cantidad de ideas específicas.

Puedes eliminar ramas del árbol si la idea claramente no es efectiva. En nuestro ejemplo cortamos la rama de Ascenso en la propia empresa pues es una opción que se ha buscado en el pasado sin resultados positivos. Al descartar ramas se hace más evidente cuáles crees que son las mejores opciones y puedes formular una hipótesis: Puedo conseguir un puesto gerencial en seis meses en el sector asegurador si empiezo a movilizar mi búsqueda en redes sociales, contrato a un coach de desarrollo profesional, elaboro postulaciones espontáneas y empleo bolsas de trabajo por Internet.

¿Por qué esto es una hipótesis y no la solución del problema? Porque no sabemos si es verdad, pero con una hipótesis clara es más fácil recolectar información y descubrir si la hipótesis es cierta.

Para tener el mayor impacto necesitas un plan efectivo y una gran ejecución. Una vez que tienes un plan no olvides elaborar un calendario de actividades, escribe todo lo que planeas hacer y cuando lo harás. Observa tu progreso y haz ajustes si es necesario. Casi nada funciona a la primera ni sale exactamente como lo planeamos. Si esto sucede, no te preocupes, solo vuelve a utilizar el mismo modelo que revisamos aquí.



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