La escuela mata la creatividad

No, no se trata de la excusa perfecta para ya no ir a la escuela: “No voy a la universidad, es que estoy protegiendo mi creatividad”, sino de hacer frente a una realidad del tamaño de un elefante. No me malinterpretes, la escuela es necesaria, es sólo que no es suficiente, necesitamos buscar otras experiencias que nos permitan diferenciarnos y adquirir habilidades significativas que nos ayuden a desarrollar todo nuestro potencial.

Vivimos en un mundo con tantos cambios que hace 10 años nadie podría haber imaginado cómo iban a cambiar nuestras vidas en tan solo una década. ¿Cómo pueden las universidades preparar a sus estudiantes para el trabajo que desarrollarán en 20 años? No pueden, o por lo menos, no del todo, quizá sólo están en posibilidad de sentar las bases para que tú continúes tu propia exploración.

Si lo pensamos un poco, tiene sentido (la escuela mata la creatividad). Cuando surgió la educación escolarizada su objetivo era homogeneizar los conocimientos de los estudiantes para asegurar que pudieran estar preparados para el trabajo que desarrollarían, esta idea surgió cuando muchos de los empleos eran muy similares. Hoy en día los trabajos son tan diversos que la preparación básica que brinda la escuela es sólo eso, el comienzo.

En el sistema educativo actual se da más importancia al desarrollo de habilidades matemáticas y de lecto-escritura que a habilidades artísticas como la danza o la música. Supuestamente esta jerarquía pone los conocimientos más útiles al principio, pero adivina qué, el mundo está cambiando y lo seguirá haciendo, hoy en día existen trabajos como el diseño de videojuegos que cuando se inventaron los sistemas de educación, jamás habrían pasado por la mente del más creativo escritor de ciencia ficción.

Actualmente la creatividad es tan importante como la educación formal y debemos ponerlas en el mismo nivel. En la educación escolarizada no hay mucho espacio para la innovación, la experimentación y la búsqueda personal, ya que la escuela pretende establecer estándares de aprendizaje donde todos cuenten con conocimientos en común. La idea de que todo lo que necesitamos aprender está en la escuela ha sido superada por las exigencias del mundo en el que vivimos. Hoy en día un título universitario no te asegura nada, hubo un tiempo en el que tener un título te aseguraba un empleo, esos tiempos quedaron atrás y adivina qué, no van a volver. ¿Qué vas a hacer para remediarlo?

Piensa en todo tu potencial y tus talentos. La inteligencia es diversa y dinámica, no sólo se limita a la parte académica. Muchas veces tus mejores ideas surgen de vivir una misma experiencia distinta al resto. ¿Cómo vas a lograr algo así si te limitas a leer lo que todos tus compañeros leen, a ir a los mismos lugares y exponerte a las mismas situaciones?

Tenemos que replantear nuestra concepción de la capacidad humana, no podemos sólo centrarnos en nuestras capacidades académicas, tenemos que explotar y aprovechar todas nuestras capacidades en un mundo que cada vez demanda más de nosotros y al que no podemos hacer frente sólo con una pierna si tenemos dos. ¿Por qué seguir creyendo que la escuela es el único espacio de aprendizaje relevante?

Cada persona aprende de distintas maneras y tiene intereses diversos. La educación escolarizada es necesaria, pero no suficiente, ya que busca uniformidad en un mundo que exige originalidad. Una opción puede ser tomar un rol más activo en el desarrollo de las habilidades que te diferenciarán del resto y así despertar cualidades que quizá ni siquiera sabías que tenías y sólo necesitabas despertar.

La creatividad, como cualquier otra capacidad necesita ser estimulada, cuando la dejamos arrinconada, empieza a oxidarse. Todos podemos ser creativos, es sólo que debemos dedicar tiempo para desarrollar esta habilidad. Sin embargo, en una sociedad donde el éxito se ha vuelto casi la única unidad de medida, nos aterroriza la posibilidad de equivocarnos y con tal de no hacerlo renunciamos a la posibilidad de ser originales.

Tenemos que desprendernos del miedo a equivocarnos. Si no estás preparado para equivocarte, nunca podrás tener una idea original. Si no cultivamos nuestra creatividad permitiremos que la educación formal nos aleje de ella.

Si quieres motivarte a buscar otras opciones para complementar tu formación te invitamos a ver este Ted Talk de Sir Ken Robinson:

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